𐐪Love is (not) easy𐑂

1.7K 203 73
                                    

-Hey hey hey hey, shhh- Dios, no no puede ser. Tomó al chico entre sus brazos con sumo cuidado, como si fuera una pieza de porcelana que se fuera a romper en cualquier momento.

-M-Minho... ¿eres tú?

El castaño se rió entre lágrimas, aún sosteniendo al pecoso para evitar que se hiciera más daño al moverse.

-Si, s-si soy yo, no hables Pequitas, por favor- Hay mucha sangre aquí.

-D-Duele mucho- lloraba Felix, su conciencia abandonándolo poco a poco.

-Lo sé lindo, pero debes de quedarte despierto. No hables, tampoco te muevas corazón- No, no. Quitó unos mechones rubios de su frente para poder ver sus ojos marrones, deseando que la luz en ellos no se apagara.

-H-Hey, ¿Minho?- su voz temblaba y parecía que se le acababa el aire rápidamente.

-¿Si?- Manténte despierto.

-Te- tosió algo líquido y el castaño se tensó- T-Te amo.

Cerró sus ojos.








Minho se levantó de la cama de golpe, con la respiración agitada y capas de sudor cubriéndole la frente, con una imagen en su mente que dudaba que pudiera olvidar. Sus manos viajaron inmediatamente a su pecho, buscando desesperadamente algo de aire.

Sentía que se ahogaba.

Después de lo que parecieron ser unos minutos eternos, pudo fijarse en la habitación donde estaba y todo lo que había visto en su mente se hizo claro. Brincó de la cama y tomó lo primero que encontró tirado para salir disparado hacia la sala del lugar.

Changbin soltó un respingo, tirando su taza de cereal al piso y rompiéndola.

-LEE MINHO QUE MIERDA-

El pelinegro no pudo terminar de maldecir a su amigo porque éste lo tomó de la camisa y lo arrastró hacías coche, obligando a Changbin a manejar lo más rápido que podía hacia el departamento de cierta persona.

-Te lo explicaré todo, lo prometo.

-Me debes una taza nueva, maldito desquiciado.

Llegaron a una torre de departamentos y el castaño salió disparado hacia el elevador, picando repetidamente el botón del piso, como si eso fuera a hacer que el elevador subiera más rápido. Apenas las puertas se abrieron, corrió directamente hacia un departamento en específico y se detuvo frente a él.

"143"

Tocó el timbre, esperando que alguien en específico le abriera la puerta, pero nadie llegaba. Ahora golpeaba suavemente la madera de la puerta de la entrada, las imágenes de lo que le había pasado seguían frescas en su memoria, no quería creer lo peor pero mientras los minutos pasaban, se desesperaba cada vez más...

Estaba a punto de romper la puerta de una patada hasta que escuchó la llave girar en la chapa y el aire se le atoró en la garganta.

Lee Felix estaba abriendo la puerta.

No le dio tiempo al pecoso de siquiera preguntar nada, solo se lanzó a sus brazos y de suerte no cayeron contra el piso de madera. Todo lo había soñado, era una terrible pesadilla, su chico estaba sano y salvo con él.

-Honnie, ¿qué pasó?- preguntó Felix, visiblemente preocupado por la visita del castaño.

-Nada Lixie, tuve una pesadilla y-

Se detuvo a media oración cuando notó un moretón en la mejilla del rubio, manchando unas cuantas de sus pecas con una tonalidad morada y algo negra. Allí fue donde se preguntó qué tan real había sido todo lo que pasó en su mente.

-¿Eso te lo hizo el desgraciado hijo de perra?

Felix abrió los ojos al escuchar el tono de voz tan oscuro (y sexy) de Minho y cayó en cuenta de que se refería al moretón. Internamente maldijo a Hyunjin porque pensó que no lo había golpeado con tanta fuerza, pero al parecer alcanzó a dejarle varias marcas.

-La verdad no es nada- lo dejó pasar el pecoso- Deberías de ver cómo quedó él.

Minho internamente sonrió pero eso no hizo que dejara su preocupación a un lado. Suavemente acarició su mejilla y Felix se hundió en su toque, ambos chicos perdidos el uno en el otro, en su propio mundo. No existían Hyunjin ni Jisung, ni siquiera Changbin esperándolos abajo porque se les estaba haciendo tarde para la universidad.

Solo estaban Lee Minho y Lee Felix.

-AMBOS LEE MUEVAN EL CULO O LOS DEJO AQUÍ- gritó el pelinegro desde las escaleras.

-Vamos a llegar tarde- murmuró Felix- Aparte tienes que cambiarte esa playera de gatito.

El castaño miró lo que traía puesto y casi se moría de vergüenza, era una playera rosa con un gato y una frase cursi. Se avergonzó tanto que no se dio cuenta cuando Felix le cambió la ropa por su camisa negra que había dejado una noche antes. Caminaron juntos hasta la salida del departamento tomados de la mano y antes de salir se voltearon a ver.

-Vamos a llegar así a la universidad- dijo Minho.

-Sip- confirmó el pecoso.

Sus manos encajaban como dos piezas de rompecabezas, que habían estado separadas por las piezas equivocadas, pero que a pesar de todo se encontraron.

-¿Sabes?- preguntó Felix- El amor da miedo. El sentimiento me aterra a veces, la única forma de hacerlo desaparecer es cayendo al vacío.

-No si te atrapo antes- contestó Minho, acariciando la diminuta palma de su mano.

-No me puedes atrapar si estás cayendo conmigo.

-Cariño, estoy cayendo desde mucho antes de que tú lo hicieras.







En la madre ya casi acabo mi primer semestre de universidad.

PERO- sigo con esta historia que ha recibido tanto amor y cariño por parte de ustedes <3

De hecho quería saber si les gustaría que adaptara esta historia en ingles, para ver qué tanto alcance y recibimiento puede llegar a tener, pero quisiera saber su opinión.

De nuevo, gracias por su apoyo y los lindos comentarios que dejan, me inspiran a escribir más ^^



LustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora