Capítulo 12: Siéntate por favor

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- Se ha quedado dormidito
- Normal, amor, estaba reventado
- Me encanta cuando cae así de rendido
- Bueno ha sido un día de muchas emociones, los primos, el fútbol, la cena con los amigos, la vista exprés de Hugo
- A Hugo le dije que no viniera, pero quería venir a ver a Oliver, como no lo veía desde que estaba malito
- ¿Seguro que solo venía a ver a Oliver?
- Amor
- Eva, os he visto juntos
- Amor, solo somos amigos
- Eva, yo solo quiero que me digas la verdad, si sientes o no por el, recuerda que antes que nada, somos amigos
- Álvaro, te lo he dicho mil veces, serás el primero en enterarte si yo siento algo por Hugo, de momento no es así, es un amigo que lo está pasando mal y necesita de vez en cuando ayuda con el crío
- ¿De verdad?
- Que sí mi vida, yo solo tengo ojos para ti, y para la preciosa familia que estamos formando
- Perdona por esto Eva
- Que no amor, es normal que seas inseguro con esto, pero no lo pienses porque si algo va a cambiar te avisaré antes, no va a ser de la noche a la mañana. Además yo quiero estar contigo y ver juntos como me crece la barriga y que estés conmigo en el paritorio cuando nazca Olivia, y cuando la llevemos a casa por primera vez. Quiero estar contigo Álvaro, Hugo es solo mi amigo, de verdad
- Perdona Eva
- Que no amor. Te lo digo una última vez hoy, si te lo tengo que repetir mañana lo hago, pero solo tengo ojos para ti, solo quiero estar contigo. Solo tengo amor para la persona que sin pedir nada a cambio me acogió en sus brazos, fue mi amigo, un hermano en algunas ocasiones y como con sus gestos poco a poco hizo que me enamorase de él. Yo no quiero a una persona indecisa que no sabe si me quiere porque me quiere o si me quiere por una apuesta o por hacer caso a Sam, yo quiero a esa persona que nunca dudo de lo nuestro, que tiro para delante sin miedo a nada, que no dudó en decirme que si Hugo me hacía más feliz el se apartaría, que no dudó en apostar por una boda, y que en cuanto le dije que íbamos a ser papás me cogió en brazos y me dijo que ibamos a ser los mejores padres del mundo. Quiero a ese padre que hace cualquier cosa por su hijo y ese que un día se le ocurrió ir a por la segunda sin saber que la segunda ya estaba en camino. No quiero a alguien que aparece después de 10 años, medio arrepentido, quiero a ese alguien que lleva conmigo desde hace 10 años y que quiere estar conmigo otros 80 años
- No vamos a vivir tanto
- ¿Solo te has quedado con eso?
- Pues claro que no enana, pero nunca hice nada para enamorarte solo fui yo
-Pues eso fue suficiente para enamorarme
- Que tierna está mi niña
- Hace mucho que no tenemos tiempo para nosotros y lo extraño
- ¿Si?
- Si, te acuerdas hace 4 años, antes de enterarnos de que esperábamos al bollito
- Refrescame la memoria
- Mmm, porque no dejamos a Oliver en casa de Mai y disfrutamos de la noche tu y yo. Son solo las ocho
- ¿Vas a sacar a Oliver de la cama?
- No se va a enterar, vanga Álvaro, vamos a cenar y al cine
- Vístete, lianta, me encargo yo de preparar las cosas de Oliver
- Ropa para mañana y poco más y te vistes
- Si amor, tu llama a tus hermana
- Eres el mejor
- Aduladora
- Te como. Lo besé y subí corriendo a cambiarme, mientras elegía que ponerme llame a Mai.- Hola bombón
- Uy, ¿que pasa?
- Me he puesto pesada con Álvaro, porque quiero salir como hacíamos antes, cenar, cine un paseo
- Tráeme al niño
- Gracias
- Mañana me cuentas
- ¿El que?
- A que se debe el arrebato de amor
- Pues a que lo adoro y echo de menos salir solos
- No se debe a que le tengas que mostrar tu amor, porque Hugo a vuelto
- No, ahora te llevo al niño pesada
- Vale vale

Colgué y seguí mirando en armario, Álvaro llego y me abrazó por detrás situando sus manos en la barriga y dejando un beso muy sonoro en mi cuello

- ¿Dudas?
- Me pongo el peto o quieres que me arregle
- El peto te queda increíble, te hace una barriga preciosa
- Pues el peto. Ayúdame.- Me beso el cuello.- Si sigues así, vamos a ir muy mal
- Dime, que necesitas
- El suje, y que me abroches el peto y los zapatos
- Te visto entera
- Si mejor

Álvaro me ayudó muchísimo a vestirme, después cogió al niño en brazos y lo metió en el coche, condujo a casa de Mai. Al llegar lo volvió a coger en brazos, y yo fui abriéndole las puertas.

- Hola, ¿donde lo dejamos?
- En mi cama
- Lo paso enana, ahora vengo
- Perfecto amor
- Holaa
- Hola Hugo
- ¿Como tú por aquí?
- Hemos venido a dejar a Oliver, nos vamos a cenar Álvaro y yo
- ¿Se celebra algo?
- Que nos queremos y somos felices
- Ya está peque, ¿nos vamos?. Uy hola Hugo
- Hola Álvaro
- Mañana venimos a buscarlo Mai, gracias. Vámonos bebé
- Mañana hay comida Eva, os acostareis tarde, llevo yo al niño
- ¿Mañana comemos?
- ¿Donde tienes el cerebro?
- No te preocupes cuñada, me encargo yo, estaremos donde siempre a la una y media
- Gracias Álvaro
- Bueno, gracias y adiós

Salí corriendo de allí de la mano de Álvaro, fuimos al parque al que íbamos de críos, no se parecía en nada al de entonces, había edificado mucho al rededor, y había miles de bares alrededor. Paseamos un rato, hasta que la pequeña Olivia empezó a moverse dentro de mí, tenía hambre y yo con ella, por lo que paramos en un pequeño restaurante, por fuera no aparentaba gran cosa, pero al entrar, daba la sensación de hogar. La verdad que comimos como hacía tiempo que no lo hacíamos, solos, con una conversación muy agradable de la que salieron una lista interminables de cosas que hacer antes de que Olivia llegase al mundo.
Al terminar decidimos volver a casa, donde le pedí sutilmente una sesión de mimitos, que terminó en una sesión increíble de sexo en la ducha.

La magia no está solo en los cuentos (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora