Capítulo 15: ¿Los sueños sueños son?

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- Eva, si tan enamorada estás de él, yo me voy, te lo he dicho mil veces
- Es que te quiero a ti
- No Eva no
- Que si joder, os quiero a los dos, ¿tan difícil de entender es?
- Si, Eva si, es muy difícil de entender
- Pues para mi no Álvaro, te amo, pero también me pasa con Hugo. No sabría vivir sin ninguno de los dos
- No podemos tener una relación a tres
- Nadie te ha pedido eso
- ¿Entonces? No entiendo nada
- Solo te lo he dicho Álvaro, pero yo no quiero dejarte, ni dejar lo nuestro, pero tampoco me puedes pedir que me separe de Hugo
- ¿Y qué hacemos? Hablo con Hugo y hacemos una custodia compartida de ti ¿quieres? A semanas o a meses meses, alternos o seguidos
- Álvaro
- Álvaro no, no te entiendo Eva
- Yo tampoco me entiendo amor, esto es una mierda, no sabía que se podía amar a dos personas a la vez, esto no sale en los cuentos de hadas
- Eva, aclararte y me dices algo
- ¿Te vas a ir?
- Si, no se cuanto tiempo, pero volveré

Me desplome en del suelo y me puse a llorar, no entendía lo que me estaba pasando, Álvaro siempre estaba ahí, era ese corcho que siempre salía a flote y Hugo.. Hugo era Hugo, no había más. Después de llorar y llorar, durante horas los párpados me pesaban y acabé decidiendo al sueño.

Volví a sentir una presión horrible, la misma de siempre, esa a la que ya estaba acostumbrada, pero está vez la intensidad era horrible, peor que nunca y sentía como si me estuvieran rajando  entera. Me incorpore, estaba en la cama, junto a mi marido y a mi hijo. Mi cerebro había colapsado, no sabía si la charla con Álvaro era fruto de un sueño o había sido real. Me levanté con cuidado, para no despertarlos y baje a la cocina, me prepare una infusión apta para embarazadas y la medicación por si me daban dolores, esperé a ver si hacía efecto y no era así, por lo que me puse un rato un documental de Netflix, haber si así se me pasaba o me encontraba mejor, cosa que no estaba siendo así.
Me puse a pensar en aquel sueño por llamarlo de alguna manera y no amaba a Hugo, le tenía cierto cariño, le consideraba algo más que un compañero de trabajo, pero que no llegaba a ser un amigo. Sin embargo a Álvaro le tenía un amor incondicional, era el hombre perfecto.
Los dolores aumentaron, y mi cabezonería me impedía despertar a Álvaro, por lo que no sabía muy bien que hacer. Me acordé del teléfono personal de la ginecóloga y que me dijo que la podía llamar en cualquier momento, daba igual la hora, por lo que llame y tuve suerte

- ¿Eva?
- Perdón las horas
- No pasa nada, estoy de guardia, dime
- Los dolores no cesan, me he tomado la medicación y no estoy bien, no he mejorado, he empeorado mucho
- Hospital Eva
- No quiero despertar a mi marido
- Eva, la niña puede estar mal, ¿tienes la barriga dura como siempre o más blandita?
- Blandita
- Vente, te espero aquí, Eva, eso no me gusta nada
- Solo estoy de 31 semanas
- Eva
- Vale vale.- Colgué y no era capaz de subir por lo que solo me quedo pegar voces hasta que Álvaro bajo.- Hay que ir al hospital
- ¿Que ha pasado?
- La bebé vuelve a empujar, me encuentro muy muy mal, no he sido capaz de subir

Corrió por toda la casa, vistiéndose, preparando las cosas y cogiendo al enano, y sus cosas. Después me llevó al hospital, me dejó en buenísimas manos y se fue a llevar a Oliver a casa de mi hermana.

La doctora Sierra, me llevo a monitores y allí vio que la bolsa estaba rota, y que había perdido algo de líquido, rápidamente me pusieron una vía, por la que me pasaron antibióticos para protegernos a los dos.

- La fuga, indica que en breve se dará el nacimiento de Olivia. Nos preocupa, bastante, pero está toda la medicina tan avanzada, que la niña, vivirá sana. Lo que nos preocupa de verdad eres tú, estás hipotensa, y bajita de todo, por lo que te vamos a dejar en la UCI
- Doctora, me duele mucho, no me encuentro bien
- Eva
- No estoy bien
- Tranquila

Me fui durmiendo, gracias a que la medicación iba haciendo efecto, pero en el fondo sentía miedo, 31 semanas eran muy pocas, le faltaban 9 semanas, en las que se desarrollaría del todo como su hermano. Al rato note a alguien agarrarme la mano y medio abrí los ojos, era Álvaro

- Hola amor, no te quería despertar
- ¿Oliver?
- Con tu hermana
- ¿Y Hugo?
- No, se mudó, a otra casa, pensé que lo sabías
- Ah sí si lo sabía
- ¿Estas bien?
- Si, si, no tengo la cabeza en su sitio
- Tranquila pequeña, que Olivia esperara
- No quiero que espere, quiero que nazca ya, estoy agotada, me duele todo
- Amor, todo va a ir bien

Álvaro siguió hablando y yo desconecte, intentaba hacer aquello que hacía siempre en las situaciones en las que yo estaba reventada. Debí quedarme dormida porque cuando me desperté era de día, había desayuno en la mesa y Álvaro estaba hiper dormido en aquel sofá de mala muerte. Me sentí más mojada, y al mirar, vi que me había meado un poco, o eso parecía porque pensé que la bolsa se había roto más y el líquido lo estaba perdiendo. Llame asustada a la enfermera, eso despertó a Álvaro. La enfermera alarmada trajo a la ginecóloga, quién solo sabía mirar y negar

- Vamos a probar algo nuevo, vamos a poner en el mecanismo, que se pone para levantar la pierna cuando se rompe, eso hará que tu zona este hacía arriba
- Vale
- Te vamos a llevar a la habitación 2 de ginecología, está en el control, te tendrán vigilada. Al mínimo cambio, Eva mínimo, llamad. Vamos a intentar que esa pequeña aguante su máximo ahi dentro, pero Eva, no nos ocultes información
- No no, si se que si sale no va a pasar nada si nace
- Así me gusta, ah y come es muy importante que no dejes de nutrirte

La magia no está solo en los cuentos (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora