Codigo De Amor En El Fin Del Mundo Parte 2

Capítulo 231 - Joven

Eché un vistazo casual y vi un libro a un lado. Respondí: "Colegio de dioses en ciernes".

"Está bien", respondió el bibliotecario.

En la vitrina había un brazo robótico que llevaba un guante blanco limpio. Tomó el libro con extrema delicadeza y apareció una abertura debajo del panel de visualización frente a mí. Luego, la mano entregó el libro de la misma manera extremadamente gentil.

“Por favor, tome su libro. Espero que la pases muy bien leyendo”, dijo la bibliotecaria con una sonrisa.

Tomé el libro de su mano. El libro había sido muy bien mantenido. Parecía casi nuevo además de las marcas de plegado dejadas por los lectores anteriores.

Habían pasado sesenta años y los libros parecían haberse congelado en el tiempo. Parecían perfectamente intactos.

“Luo Bing, el sistema aquí todavía está funcionando. La sala de servidores principal también debe estar funcionando normalmente. Ve y mira el chip allí…”

"Disculpe por interrumpir", interrumpió Ice Dragon. "Alguien entró y ya está aquí".

"¡¿Qué?!" Giré mientras exclamaba sorprendido. Una túnica larga parecida a una galaxia entró en mi vista a través de la cortina de lluvia borrosa.

El mundo entero estaba en silencio. Solo se oía el sonido de la lluvia salpicando en el palacio. De alguna manera, se sentía como si el tiempo pasara muy lentamente; esta extraña sensación provino de esa figura borrosa detrás de la cortina de lluvia. 

Se quedó allí en silencio y me miró en silencio a través de la cortina de lluvia.

*Rumble.* El trueno se alejó más. La cortina de lluvia parecía haber sido enrollada y quitada mientras desaparecía lentamente entre nosotros dos. La hermosa apariencia de esa persona apareció a la vista. 

Un par de cejas arqueadas como montañas lejanas bajo la lluvia en una pintura de tinta, y un par de ojos oscuros como la tinta húmeda pero con una madurez que estaba mucho más allá de su edad. Era como si se hubiera parado y visto la historia desarrollarse ante él en silencio. Como si hubiera visto todos los cambios históricos y lapsos de miles de años no fueran nada ante él.

Había un silencio único y una vibra de firmeza que llevaba.

Estaba tan silencioso, como si el tiempo mismo se hubiera congelado. El reloj parecía haberse detenido en el universo fuera de la torre.

El temperamento único que tenía me llamó la atención y no pude evitar fijar mi mirada en él. Era como un libro escondido detrás de la vitrina, emitiendo un aura misteriosa.

Llevaba una corona exquisita pero no llamativa. Su largo cabello había sido trenzado detrás de su cabeza, dejando al descubierto sus orejas. Su barbilla afilada que parecía como si hubiera salido de un cómic de chicas, alargaba el contorno de su mandíbula y resaltaba su madurez.

Pero parecía que solo tenía dieciocho años.

Su nariz alta hizo que sus rasgos fueran aún más significativos y limpios. Era como un hombre hermoso que un artista había dibujado con un trazo magistral, las líneas finas pero contundentes. Sus finos labios ligeramente fruncidos. Parecía estricto pero sus ojos parecían amistosos.