Capítulo 12

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Capítulo 12

-Entonces mi intuición no me fallo'ttebane- se tocó el pecho con aflicción -Naruto... tienes una relación con Uchiha Sasuke- suspiró negando con la cabeza resignadamente.

-Oka-san...

Ya se imaginaba lo que iba a encontrar cuando Hinata se negaba a dejarla pasar sin avisarle al rubio su llegada.

Encontrar al Uchiha menor durmiendo plácidamente no sería tan extraño si no fuera por el hecho de que se encontraba en la oficina de su hijo y este estuviese tapado mimosamente con ese saco que ella ya conocía muy bien, vaya que todo eso hasta podría entenderlo, pero ver a ese niño altivo y egocéntrico al cual cuidó infinitas veces durante su infancia con ese gesto relajado y "angelical"... eso sí que no era normal casi podía jurar que tenía una diminuta sonrisa en su durmiente rostro, si ni cuando llego a hacer galletas de coco especialmente para él y ni hablar de la cara de estúpido que tenía su primogénito mientras veía al otro dormir, como si hubiese encontrado la fuente infinita de ramen.

-¿Y bien?

-Ya... ya lo viste mamá- susurra para no despertar al bello durmiente- Estoy en una relación con Sasuke-chan- y Kushina nota el orgullo en las palabras de su hijo, lo que la descoloca por un instante.

-¿Por qué? - ella ya sabe la respuesta, pero pregunta por qué quiere entender.

-¿Por qué, que? - remarca lo obvio.

-¿Por qué el pequeño Sasuke?...Naruto quiero entenderte, pero necesito que me expliques'ttebane.

En ese momento el azabache se removió aún con los ojos cerrados para acomodarse, tanteando el lugar con su mano para encontrar a su rubio y abrazarse más a el.

-Mmmmm Naruto ... tengo frío abrázame- murmura ignorante de la tercera presencia en el lugar.

-Sa...Sasuke-chan- trata de impedir que continúe, no porque a él le avergüence, si no por qué sabe lo mucho que Sasuke odia ser expuesto.

-¡Que me abraces! usuratonka...chiii- lo último salió con una voz átona cuando abrió los ojos y miró a Kushina con una sonrisa bastante tétrica.

-Pero adelante... por mí no se detengan- añade sarcásticamente.

Rápidamente se incorporó tocando su propio cuerpo por el terror que le dio recordar que se había dormido desnudo, pudo soltar el aire con alivio cuando comprobó que el rubio lo había vestido. Demonios otra razón para amar a Naruto.

-Kushina-san- hace un enorme esfuerzo por no tartamudear, hace también una reverencia por qué no sabe que más hacer.

-Sasuke-kun- pretende sonar enfadada, pero el tono no le sale, no cuando adora a ese mocoso, hijo de su mejor amiga, que ella misma vio crecer.

-Hablemos oka-san- en su voz no cabe la duda y no la cabrá cuando se trata de Sasuke.
La progenitora asiente, aunque las respuestas que busca, ya las puede leer en el rostro que le muestra su rubio retoño, no hay ni un atisbo de duda. Ella es su madre y lo sabe perfectamente, Naruto está loco como una cabra de amor por el niño Uchiha.

¿Lo veía venir? por supuesto que no, nunca llegó a conocer una novia de Naruto, primero por qué este vivía viajando constantemente y en cada lugar buscaba compañía para el tiempo que durará su estadía y en segundo lugar por qué ella sabe que nadie fue tan importante en la vida de su hijo, si en el año pocos meses que el rubio llevaba en Konoha paso por 5 o 6 relaciones o al menos eso se enteró por terceras personas.

Eran tantos los sentires que podía leer en los ojos de su primogénito en ese preciso momento; amor, devoción, adoración, admiración, deseo etcétera, lo sabía porque esos ojos eran los mismos con los que Minato llevaba más de 30 años mirándola. Ya no necesita saber los porqués.

EL EPÍTOME DEL EROTISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora