Capítulo 1

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                                   Capítulo uno

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                                   Capítulo uno

Comenzar una historia donde cuento que me quedan tres meses de vida tal vez no suene muy agradable.

Yo tampoco lo soy, pero él me conoció de esa manera y sin embargo vio algo en mí aquel día que recibí la noticia del doctor Bulson.

−Lamento mucho decirte que tendrás que pasar más tiempo en el hospital hasta encontrar un trasplante para tus pulmones, los medicamentos dejaron de hacer el mismo efecto y tu enfermedad es muy arriesgada. Ya lo sabes.

−No me quedare más tiempo aquí, llevo meses esperando.

El doctor Bulson se acerca a mí, retrocedo con furia.

−No puede hacerme esperar más tiempo, tengo dieciocho años y la mayoría de ellos viví en el hospital. Estoy cansada.

−Lo sé, Grace. Y no sabes cuanto me duele pero esta vez es diferente, tus pulmones no soportaran mucho tiempo si no estas monitoreada con las cosas que tienes aquí. Dentro de poco te costara aun más respirar.

Suspiro profundamente mientras las lágrimas rondan por mis ojos.

−¿Si no consigo un trasplante, cuando tiempo me queda?

Espero cada segundo que se tarda en contestar mientras escucho los latidos de mi corazón agilizarse ante la espera de sus temidas palabras.

−No es algo que podamos saber exactamente −hacen un pausa, agachando su cabeza, y sin mirarme a los ojos, contesta −: Meses, tal vez diez o... tres, lo más probable.

Asiento con cabeza ocultando mi dolor bajo una risa perversa.

−Tres meses −mi garganta se quiebra −. Que afortunada soy.

El doctor intenta con todas sus fuerzas consolarme pero le pido que me deje sola y lo cuando lo hace, la furia se apodera de mí. La soledad me consume y el dolor me impulsa a empujar mi carrito de medicamentos con todas mis fuerzas. Rompo cada fotografía que tengo colgada con mis padres y decido que no quede nada de mí en esas imágenes. Ellos no están aquí, por más que los necesiten, sus cosas son más importante y no los culpo, yo también estoy cansada de estar enferma. Siento odio, ni siquiera se a quién o a qué pero toda mi energía se basa en sentirme enojada. Lo estoy a mayoría del tiempo y aunque suene mal, la noticia del Doctor Bulson no es tan mala como parece. Después de todo, creo que debo rendirme y dejar de lado la idea de que en tres meses podamos encontrar unos pulmones para mí. Moriré, eso es seguro.

−¿Estás bien? −escucho la voz de un joven detrás de mí −. ¿Necesitas que llame al doctor o algo así?

Me doy la vuelta y presencio a un chico alto de al menos un metro ochenta con cabello rubio y ojos café entrar a mi habitación.

−¿Por que mejor no llamas a seguridad para que te saquen de mi cuarto? −camino hacia él, cruzándome de brazos −. No puedes entrar aquí.

−Estaba buscando una habitación y me encontré con la de una loca, lo siento. Ya me voy.

Largo un suspiro ofensivo ante sus palabras y me acerco a él.

−Si no te largas en cinco segundos confirmaras que estoy loca.

Él se encoje de hombros y camina despacio hacia la puerta.

−Eres muy bonita como para cargar con tanta locura, casi que lo disimulas bien. Aunque te recomiendo que te relajes, la muerte es inevitable, enojarte no lo cambiara pero aceptarlo puede que sí lo haga −me guiña un ojo con picardía.

−No necesito ningún sermón de como afrontar mi muerte.

−Solo es un consejo.

−¿Como puedes dar consejos de algo que no entiendes?

Él se ríe con una ironía que no logro descifrar.

−Llevo esperando un trasplante de corazón desde que soy un niño, si te digo algo es porque lo sé −lo dice con seriedad −. Pero como digas, nos vemos pronto, loca.

Salgo de la habitación observando como camina hacia las escaleras. Con la espalda recta y sus pasos firmes.

−¿Quien es él? −le pregunto a Magui, mi enfermera.

−Lucky Gilfort, paciente del área de cardiología.

Quiero saber más de él pero no averiguo más de lo que me dijo. Me pregunto ¿como puede estar tan tranquilo sabiendo que en cualquier momento puede morir? Pero esa pregunta no me quita el sueño.

Me acuesto con los audífonos a todo volumen mientras suena Linkin Park y cuando miro el reloj percibo que pasaron tres horas, no me hubiera dado cuenta si no abría aparecido un pequeño sobre por debajo de mi puerta.

Me levanto a abrirlo y me encuentro con una inesperada sorpresa de ver el nombre de Lucky Gilfort en la presentacion de una carta.

La misma carta que cambio toda mi historia.

...

Nota del autor: Espero que les haya gustado, es algo nuevo para mí y la verdad que no tenía pensado subirlo pero acá estoy.
Todos los martes habrá capítulo nuevo, a menos que le den mucho apoyo y compartan la historia a otras personas.

Comenten que les pareció.

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