Capítulo 4

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¡¡ A D V E R T E N C I A !!

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Este capítulo contiene escenas +19 por favor leer bajo su propia responsabilidad.

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Mirar los brillantes e hipnóticos ojos de Mikey hizo que elevara mi rostro y lo besara en los labios. Besar sus exquisitos y suaves labios fue suficiente para borrar de mi mente los prejuicios de acostarme con un hombre.

— ¡Jeje! Me haces cosquillas.

Mientras este atractivo Alfa se divertía dejando chupones por todo mi cuello yo me estremecí y reí mientras me sentaba sobre su regazo. Con la mano que él tenia libre, me afirmo bien sobre su cintura y con la otra sujeto uno de mis pechos haciendo presión mientras lo lamia como si de una paleta dulce se tratara. El sentir su lengua caliente  recorrer parte de mi cuerpo solo provocaba que mi respiración se agitara.

Poco a poco comencé a temblar ligeramente mientras Mikey aprovechaba a jugar con mi otro pezón envolviéndolo lentamente en su boca y succionándolo.

— ¡Oh por dios!

La parte inferior de mi cuerpo comenzó a calentarse y vibrar al compas mientras sus manos seguían ocupadas acariciando mi pecho entonces otra vez volví a sentir esa sensación de que algo dentro de mi estaba a punto de explotar. Cuando pude sentir los dientes de Mikey sobre mi pecho haciendo presión mi cuerpo se sacudió violentamente y en un aullido de placer solté un gran chorro de semen sobre su cuerpo.

— ¡Ahhhh... M-Mikey...kun...!

Mikey sin dudarlo me sostuvo firmemente mientras yo no podía hacer nada mas que arquearme y clavar mis uñas sobre su espalda volviéndome a desplomar entre sollozos eyaculando al punto de quedarme sin fuerzas.

— Hick... M-mikey-kun... eres... hick... eres un idiota...

— Ohh ¿con que esas tenemos Mitchi? Pero, ¿acaso no fuiste tu el que dijo que quería experimentar tener sexo cuando nos vimos en aquel callejón?

Al verme refunfuñar pero también disfrutarlo, Mikey me sonrió ampliamente disfrutando de mi vergüenza y eso que no habíamos llegado a la parte principal. Realmente creí ilusamente que con esto ya estaría al menos algo agotado pero no se puede suponer nada con estos malditos alfas ya que me sorprendió su jodida resistencia. Sin decir absolutamente nada, arremetió nuevamente contra mi tomando mis partes íntimas y masajeándolas inclino su cuerpo hacia adelante robándome un beso profundo dejándome sin aliento.

— Oye Mitchi, ¿Qué me hiciste? Creo que... me encantas...

Sus labios se sentían jodidamente agradables y dulces.

Cuidado con ese AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora