- ¡¿Qué me ves enclenque?! ¡Vamos, lucha conmigo!
Hanagaki Takemichi, un joven trabajador a medio tiempo de una tienda de videos de medio pelo, cansado regresa a su hogar realizando el mismo recorrido de siempre. Sin embargo, un día de repente recib...
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Tres hermosos y dulces años pasaron casi sin darme cuenta. Mientras sacudía la ropa recién lavada y la doblaba me puse a tararear una canción en medio del balcón. Era una melodía que solía tararear para hacer dormir a mi pequeño Takeru, Manjiro también solía tararear la misma melodía mientras ayudaba con las tareas de la casa o cuando yo dormía un poco con nuestro hijo. Sin embargo, hoy quería que ambos pudieran descansar un poco y pasar tiempo juntos.
La voz de Manjiro que se encontraba recostado en nuestro sofá jugando con el pequeño Take haciéndole cosquillas en su pancita, se detuvo un momento al escuchar mi tarareo.
Cuando me percate de sus pequeñas risitas provenientes del interior de la casa, me detuve por un instante e inclinando la cabeza mire en su dirección. Ambos, Takeru y Manjiro me observaban sonrientes con sus ojitos abiertos expectantes.
― ¡Oh! ¿sucede algo?
― No, no es nada cariño.
― ¿En serio?
Ante mi pregunta Manjiro solo atino a esquivarme la mirada ruborizado y se negaba hacer contacto visual conmigo, mientras tanto nuestro pequeño aplaudía con sus pequeñas manitas y hacia sonidos graciosos observando a su padre y a mi al mismo tiempo.
― Eres injusto Mitchi ~
Cuando comencé a tararear nuevamente los ojos de mi apuesto esposo temblaron y nuestro Takeru soltó una risita contagiosa. Entonces Manjiro comenzó a acompañarme con la canción con un alegre Take-chan agitando sus manitas de arriba abajo.
Cuando finalmente termine de colgar y doblar la ropa en el tender, ingrese lentamente dentro de la sala.
― ¿Por qué dices que es injusto Manjiro?
― Uhm... ¿a que te refieres?
― A lo que dijiste anteriormente.
― Uhm... eso es...
― ¿Eso es?
No entendía bien lo que estaba pasando. Manjiro se aferraba a nuestro retoño mientras ladeaba su cabeza todo ruborizado.
― Creo que me volví a enamorar mucho más de Takemitchi~
― ¡Ptff! ¡Jajajaja!
Incapaz de contener la risa, deje caer el cesto con la ropa recién doblada y sujetándome el estomago me senté en el suelo.
El pequeño Takeru sin entender absolutamente nada inclinando su cabecita, dando pequeños pasitos se acerco a mí colocando sus manitas sobre mis piernas esperando que lo cargara en brazos.
Secándome las lagrimitas de tanto reír y ruborizándome un poco, tome a mi pequeño y haciéndole una seña a Manjiro para que se acercara, le di un tierno beso en los labios provocando que se ruborizara como un tomate.
Quien iba a esperar que en este corto tiempo, aquel rudo hombre temido por todos ahora se había convertido en todo un romántico padre de familia.
Amo a Manjiro con todo el corazón, tal vez nuestro encuentro no fue del todo convencional y no fue la típica historia cliche, pero gracias al destino dos vidas fueron cambiadas.
― ¡Maám! ¡Paa!
― Jeje, ¿nuestro pequeño esta celoso de papá?
― ¡Maám! ¡Maám!
― Jajajaja, oye oye Takeru-chan, no seas así y comparte a mamá con papá.
― ¡Paa! ¡Paa!
Los tres comenzamos a reír juntos, mientras rememoraba nuestra historia, en fin, Manjiro era una persona extraordinaria, un poco torpe pero muy divertido y amoroso. El pandillero, conocido como "El Gran Mikey" es el Alfa a quien yo amo.
[FIN]
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Muy buenas noches, como lo prometí en el capitulo anterior, les comparto el epilogo de esta historia. Muchas gracias a todas las personitas que me siguieron día a día en cada actualización, me divertí mucho e incluso pude interactuar con algunos de ustedes. Gracias por leer "Cuidado con ese Alfa" espero que lo hayan disfrutado. Espero que nos veamos pronto en una nueva próxima historia.
