Mi shonen genérico se transformo en un sof-hentai, como (no) esperaba

Nijou Aki calma las aguas

¿Alguna vez creíste ver algo imposible? ¿Un hecho que nunca fuese posible de explicar?

Tal vez recuerdes algún misterioso suceso de tu infancia o un hecho traumático en la pubertad. No sé, incluso es posible ocultar algún secreto familiar muy grotesco. Sin embargo, la mayoría de esas ocasiones ocurren como sucesos aislados; lejos de la comprensión in situ de personas comunes o "personas del sentido común". (No comparar con los casos extraordinarios de sectas o sociedad llenas de adolescentes con delirios místicos). En otras palabras, solo afectan a una persona o personas cercanas, que resultan ser pocas.

Ahora, compáralo al mundo desconocido lleno de complots y poderes extraños, inentendibles a mi parecer, que destruyen el paradigma social. Donde gente extraña a ti, y numerosa, interactúa con magia, por así decirlo, tan sencillo como una caminata en el parque. ¿Cómo es posible que sea tan evidente y, a la vez, tan oculto? Incluso, creo, es científicamente imposible ocultar un secreto tan grande por tanto tiempo. Además, tengo entendido que no somos el "puntero" de esta fenomenología, solo uno de los más avanzados. América, Europa, África, Oceanía y Asia: todos tiene sus propias instalaciones donde educan a la siguiente generación de especiales. Un burdo engaño, si no fuera porque debe existir algo que frene el conflicto frenético entre todas las partes. Es lógico, además de común en mangas. Sí, esa fuente puede considerarse verídica en estos momentos.

Bien, ¿de dónde saque tanta información? Un solitario no se enorgullece por ser perceptivo, es solo una característica más de su estirpe, un indicador superior. Realmente, es increíble lo que puedes inferir luego de cursar unos pocos días en estas instalaciones. Las quejas de los profesores, los horarios estandarizados, el internet a libre disposición, las múltiples marcas reunidas en las instalaciones, la tecnología híbrida, entre muchos pequeños detalles. Dudo en ser el primero en notarlo, no sería coherente. Entonces, ¿qué sucedió con mis senpais?

Sin comentarios. El mañana es cruel en cualquier instancia.

Tan solo pensar en el futuro, uno muy inestable, termina quitándome la fuerza en las piernas. El peligro, en todas sus formas, está más cerca que nunca. Más cerca que el rencor de la gente, más cerca que la monotonía de una vida, más cerca que un carro a altas velocidades y más aterrador que la sensación de alivio antes de romper todo tu mundo pacífico. Lo peor, no solo me perjudica, engloba toda mi familia. Especialmente, Komachi. Odio esto.

Ese mismo sentimiento me invadió por primera vez cuando conocí los "elementos". Esa sensación de irrealidad e incomodidad resonaron en mi cabeza, a pesar de que recién salía de mi fase chuunibyou. Lo peor no fue ser consciente de ello, de manera instintiva, sino que siguió sucediendo. La segunda vez ocurrió luego de ver cómo, mágicamente, el mes en el hospital se trasformó en unos pocos días. El recordatorio de que no sería un adolescente normal, tocaba con frecuencia la puerta. El más reciente, a este paso se vuelve una costumbre mensual, fue cuando descubrí mi maken. Una extraña(desagradable) sorpresa en todos los sentidos.

¿Cómo te sentirías si tu oruga, en vez de transformarse en una mariposa, se convierte en una polilla? Ese fue mi caso. Un escenario desafortunado más, digno del cine posmoderno.

Mi poder nato(elemento) fue apodado, cortesía de Borinori-san, "aura deprimente". Consiste en perturbar la psique de cualquier persona, dentro de un rango mediano, con emociones fuertes o sentimientos pesados. En términos de lucha, son casi inútiles a corto alcance o largo alcance. La intensidad que logro generar no es automática, no de una manera deseable, por lo que debo enfocarme en el ser vivo. Por eso, un enemigo con buen control de las emociones, la mayoría practica algún arte marcial así que nope, o un masoquista, vamos no es raro a estas alturas, me neutralizaran en menos de lo pensado; solo siendo simplistas. En conclusión, mi esperanza recaía en el oji-san de pelo rubio y su máquina de testeo. Si conseguía alguna ventaja, como un artefacto moderno o una funcionalidad más contundente, tal vez no necesitaría esforzarme tanto. Ah, que desgano.