"-Chen Baimei es la novia de Si!"
CHEN BAIMEI a pesar de ser una chica que vivía fuera de los lujos, lamentablemente era parte debido a su amiga, quién adoraba salir con millonarios y pertenecer a la élite. DAOMING detestaba a las personas y sobre t...
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DAOMING SOLÍA ABURRIRSE CON FACILIDAD, SIN EMBARGO, por primera vez estaba muy entretenido mientras miraba el reloj de su muñeca esperando a que Baimei saliera por aquella puerta.
—¿Te falta mucho?—preguntó curioso mientras que levantaba la vista.
—No—mintió— estoy a portas de salir.
Sus ojos miraban los montones de vestidos en gamas de colores, formas y telas mientras que suspiraba, su mente divagaba en el "dónde irían" y en el "que comerían", porque no podían comer papas fritas si usaba un vestido ceñido al cuerpo rojo o si iban por un filete en un restaurante elegante y usaba algo con una falda de tul.
—No quiero ser impaciente pero tenemos 15 minutos para ir saliendo, la reserva es a las nueve—su voz sonó calmada.
Reserva. Esa palabra le había gustado, reduciendo sus opciones, tomando el primer vestido que sus manos tocaron al jugar al detin marin dedo pingüe, siendo uno negro con la espalda descubierta para seguir haciendo lo mismo al momento de elegir unos tacones chunky heels de Versace y la bolsa, tomando una negra de Chanel. Decidió maquillarse con tonalidades tierra y los labios en un tono rosa claro, tomando uno de los cosmetiqueros con maquillaje carísimo que solía usar en las salidas con Jin, para verse según su amiga "más radiante".
—Ya estoy...—habló mientras que se daba una última mirada a un espejo de pared.
—Ya era hora, déjame verte.
Baimei vaciló unos segundos y abrió la puerta, mirando con atención a Si, quién estaba con una sonrisa de niño pequeño, como si hubiera visto a Santa Claus y tuviera el privilegio de disfrutar esa emoción.
—Quiero decir algo... y no me malinterpretes—Daoming tragó saliva antes de proseguir— debería ser ilegal verte salir de este lugar vestida así, ¿no quieres pedir comida y comemos aquí?
—Es solo un vestido —rodó los ojos graciosa— nada nuevo.
—No es solo un vestido—tomó su mano y la hizo girar, acercándola luego a él unos pasos— y no es "nada nuevo", realmente estás de infarto.
Baimei soltó una risa, tapando su boca para bajar un poco el ruido que producía al reír.
—Infarto me va a dar a mi si me sigues haciendo reír así.
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