Rhaenyra llevaba días de en la corte caminando a espaldas de su madre y cuestionando todo, lo que hacía que Alicent estuviera más irritable por lo que gritaba por cualquier error a Aegon, cosa que sucedía más a menudo, sin embargo esa tarde durante la comida tuvieron un momento relajado, Rhaenyra y Daemon no los acompañaron, habían volado a visitar a algunos grandes señores de tierras cercanas a Kings Landing quienes habían jurado su lealtad a la posible heredera, para su buena suerte los habían acompañado toda su estirpe, así que no tenía que verle la cara a sus sobrinos a quienes no toleraba demasiado, las heridas físicas sanan y dejan cicatrices, pero las internas, son más complicadas y pasan años sangrando.
En esta ocasión había algo sumamente inhabitual en el gran comedor, su padre, el rey estaba ahí, al parecer la visita de su hermana le había recordado que tenía más hijos, Helaena y Alicen estaban felices por su presencia y se desvivían en atenciones por él, ambas lo amaban, y siempre buscaban la manera de estar con él y pasar tiempo, a Aegon parecía simplemente no importarle, si el rey lo requería se presentaba, si deseaba conversar él conversaba, lo quería incluso parecía respetarlo, quizás por miedo, costumbre o cariño, algo que sin duda compartía con su hermano Daeron incluso cuando no se encontraba cerca de la familia desde hacía ya bastante tiempo cuando lo habían enviado a Antigua a cumplir con ciertos deberes.
Aemond no compartía ningún sentimiento con sus hermanos para con su padre, lo respetaba por el hecho de ser el rey y nada más, pero su trato y relación con él era tan fría y formal como lo sería como con cualquier Lord, veía en Viserys un rey pero no un padre. No se puede decir que algún día las cosas fueron diferentes pero sin duda quizás más fáciles, antes incluso de que perdiera el ojo le tenía cierto cariño a su padre aun cuando se molestaba cuando se hacía el ciego ante las cosas que le parecían incomodas lo que le hacía pensar que tenía el carácter débil pero lo que detestaba más fue crecer viendo a su madre intentar ocultar sus angustias que con el paso de los años volvieron su mirada cada día más cansada y triste, algo que Aemond odiaba, odiaba tanto ver sufrir a su madre como a Helaena, y eso hacía que tuviera el mínimo respeto por Viserys como rey pero no como padre, de cariño no hablaba, ni se molestaba en cuestionarse a si mismo, había comprendido desde la noche que perdió su ojo que de algún modo había perdido a su padre, si es que alguna vez lo tuvo, pues parecía solo ver los logros de Rhaenyra y era ciego a sus errores, pero también era ciego a los errores de Aegon, ciego al don de Helaena, y ciego a sus logros, A veces se preguntaba si recordaba tener otro hijo, nunca hablaba de Daeron.
Y la comida comenzó, los sirvientes comenzaron a llevar los platillos y llenar las copas con vino, el más feliz por eso era Aegon, Alicent como siempre estaba a lado de Viserys y Helaena a lado de Aegon, no entendía porque su madre quería verlos tanto juntos, estaban comprometidos, pero un compromiso no es un matrimonio, él siempre encontraba la manera de molestar diciendo sus estupideces y su madre se ponía de nervios mientras Viserys reía incomodo capaz de decir algo para reprenderlo.
—¡Hermano!, tienes una cara tan jodida que pareces gemelo de la rara.
Aemond que estaba sentado en su lugar habitual, con una postura impecable y un semblante serio, lo miró con frialdad, toda su vida se había recordado a Aegon que debía respetar a Helaena y no ser un idiota.
—Vamos no me mires así, es una broma, ella sabe que es una broma, ¿Lo sabes cierto? — Preguntó a Helaena y ella asintió tímidamente pero para Aemond era una excusa estúpida y cobarde, no relajó su semblante ni su posición.
Alicent en su intento de mantener la paz y la calma en la comida familiar que estaban teniendo intervino entre la platica o mejor dicho la riña de los príncipes, intervino excusando a Aegon, al parecer sufría el mismo mal de ceguera que Viserys sufría con Rhaenyra. Miró en dirección de este último quien como siempre no se daba cuenta de nada, a propósito, después a su madre con el mismo gesto que había dedicado a Aegon, lo que la hizo dar marcha atrás.
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THE WARM DREAM
FanfictionLa guerra había comenzado hace ya bastantes años, incluso cuando aun eran demasiado inocentes para entender todo lo que significaba, pero los años transcurrieron a toda prisa y justo ahora la vida de su padre era lo único que mantenía al reino estab...