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Narrador omnisciente

Mientras tanto cuatro chicos afuera la buscaban desesperados, Gwen decidió contarles sobre sus sueños y daba pequeñas pistas que podrían ayudar a encontrar a Jess, en una situación así, todos decidieron creerle.
Dos de ellos se sentían sumamente culpables por su desaparición, después de todo si ellos no hubieran comenzado una pelea sin sentido, Jess no tendría por qué haberse separado de Vance

Ahora aquel chico de cabellos rubios, que se hacía llamar el más rudo de la escuela, se encontraba devastado en el cuarto que le había ofrecido a la chica, recostado en la cama en la que ella durmió a penas una noche.
Llorando, ésta vez sin el consuelo de su buena amiga, con la culpa carcomiendolo por dentro cada día que pasaba sin ella, ni siquiera le había dado tiempo de expresar su verdadero sentir, tres días habían pasado desde su desaparición, cada uno con una pizca de esperanza menos al anterior, las posibilidades de que siguiera viva eran bajas, y eso no lo dejaba siquiera dormir tranquilo, pero de algo estaba seguro, hasta no volver a verla no dejaría de buscarla...

Pov Jess

Después de horas esperando que el raptor bajara caí dormida por el cansancio

Entre sueños escuchaba una respiración, abrí levemente los ojos y podría jurar que el teléfono parecía respirar

-no me jodas...- dije para mí aún con el sueño dominando mis acciones

-niña grosera- escuché a mis espaldas y ahora sí cualquier rastro de sueño desapareció, siendo sustituido por el miedo

-¿Qué haces aquí?- después de unos segundos logré articular una pregunta

-me gusta verlos dormir...-soltó un largo suspiro, se levantó del suelo y salió por la puerta, ésta vez poniendo el pasador aunque con algo de dificultad, aún así mi plan no había servido, me eché a llorar de nuevo hasta caer dormida por más que traté de evitarlo, después de eso no me quedaban ganas de dormir pero mi cansancio era extremo, me sentía débil y la única forma de recuperar algo de fuerzas era durmiendo

Desperté nuevamente con la finalidad de encontrar otra posible salida, pero antes de siquiera pensar claramente, sonó el teléfono y lo levanté al instante

-¿Billy?-

-¿Por qué no haz intentado aún con la ventana?-

-tu no eres Billy...-

-claro que no, indocumentada inútil-

-ohh mierda... ¿David?-

-si no fuera por tu maldita culpa...- al decir eso la charola de comida y la botella comenzaron a vibrar haciendo que casi me de un maldito paro cardíaco

-¿De qué hablas?- hablé aún con miedo

-¡si tú no le hubieras lavado el cerebro al imbécil de hopper yo seguiría vivo!- gritó con rabia haciendo que las cosas salieran disparadas a mis costados, y como una cobarde cualquiera grité, y solté el teléfono haciéndome un ovillo en el suelo

Después de un buen rato mi instinto de supervivencia volvió a mí, me levanté dispuesta a abrir la maldita ventana, la analicé unos segundos y noté que ésta tenía un pasador en la parte de arriba, si lograba tirar de el, sería mi salvación

Después de muchos intentos tratando de escalar la pared por fin pude sostenerme de la reja, con una mano me sostenía y con la otra trataba de llegar al pasador, pero por más que tiraba de el, la ventana no se abría, al parecer era solo un placebo para hacernos creer que se podía abrir, antes de que pudiera soltarme de la reja, esta se desprendió de la pared haciendo que con mi propia fuerza me golpeara la cabeza, sumándole a esto el golpe en seco contra el concreto que me sacó todo el aire que tenía, me sentía destrozada; esperé un buen rato en el piso hasta recuperar el aire y que el dolor de mi cabeza se fuera, me levanté de nuevo para tratar de romper la ventana con la misma reja y después de mil intentos de romperla acepté que el vidrio era templado, lo único que hice fue mover el polvo y piedras que se soltaron hacia una esquina y escondí la reja detrás de la taza del baño

Después de un nuevo intento de escapar fallido simplemente me recosté en el colchón, tiempo después el raptor se hizo presente con una nueva charola de comida

-¿Cuál es tu nombre?- fue lo primero que soltó estando aún al pie de la puerta

-Eso no te incumbe- respondí recordando que tiempo antes el me había dicho eso

-es que es extraño, casi siempre me entero por los periódicos, ponen una foto muy linda con toda la información que necesito -

-¿Y por qué no investigas mi nombre en el periódico?-

-nadie está buscandote...- soltó haciendo que me quebrara de nuevo, probablemente a mi tío le valió que yo desapareciera, pero ¿Y los demás?

-por favor, déjame ir- respondí dejando caer unas cuantas lágrimas

-lo estoy considerando, solo dime tu nombre -

Sorbí mi nariz y le respondí -Jessabeth Mondragón- dicho esto dejó caer la charola con comida al suelo

-no me gustan las mentiras- respondió lanzandome con odio un periódico, rápidamente lo abrí y ahí estaba mi foto, con la única diferencia que los malditos inútiles me buscaban como Jessabeth Blake, el raptor azotó la puerta sin darme tiempo a responder, resignada sequé mis lágrimas y por más asco que me diera tomé la comida del suelo, por suerte la soda no se rompió

Nuevamente era de noche y estaba recostada pensando qué ahora la idea del suicidio no sonaba nada mal, prefería mil veces morir por mi propia mano que a causa del maldito raptor, aunque la idea de matar al raptor antes de que él me matará a mí sonaba mucho mejor que las dos anteriores, y así lo decidí, tal vez las otras tres personas que estuvieron aquí antes de mí tenían miedo de matar a alguien pero sinceramente con todo lo que ha hecho el maldito enfermo, siento que la muerte es lo único que merece, perdida en mis pensamientos escuché algo similar a una gotera, me senté en el colchón para buscar de dónde provenía el sonido, solo para encontrarme con la peor imagen que he visto en mi vida, juro que jamás se iba a borrar de mí mente, un niño suspendió en el aire en posición de arco con ropa sucia y sangre cayendo de su boca, no pude siquiera gritar por el shock, solo me aferre a la tela del colchón, el niño extendió su brazo señalando hacia el teléfono, a penas después de unos segundos mi cuerpo reaccionó, me levanté temerosa hasta el teléfono y lo descolgué

-no te queda mucho tiempo-

Mi mente hizo click y reconoció la voz

-¿Griffin?- pregunté derramando lágrimas, ¿Cómo alguien podría hacerle eso a un niño?

-no llores por mí, tú me ayudaste una vez y yo haré lo mismo por tí - sorbí mi nariz y trate de limpiar mis lágrimas en vano ya que estas seguían saliendo

-tienes que salir de aquí, el raptor no ha dormido bien-

-sigue siendo más fuerte que yo, Griffin-

-pero ahora sí, ya se durmió, en su silla, esperando a que subas-

-¿Qué?- hablé al aire y giré mi cabeza hacia la puerta, ni siquiera me había percatado que estaba abierta -¿Dices que está dormido ahora?-

-si, es tu oportunidad de salir-

-gracias, Griffin-

-espera, primero debes saber que la puerta tiene un candado-

-carajo- respondí resignada

-era el candado de mi bici-

-¿Era tu candado?- pregunté con la esperanza regresando a mi

-si, es un candado con clave-

-bien, ¿Y cuál es?-

-no lo recuerdo -

Puse una mano en mi entrecejo para evitar responderle algo grosero a Griffin por la frustración que sentía en ese momento

-pero recuerdo que la escribí en una pared porque me daba miedo olvidarla-

-mierda Griffin, ¿por qué no dijiste eso primero? ¿Es 23317?-

-supongo que si-

-está escrita en esa pared, ¿No?- respondí señalando la pared a mi derecha

-si, en esa-

-muy bien, pero es
¿2 33 17, o 23 3 17, o 23 31 7?-

-no lo sé, tendrás que intentar con todas-

-mierda...-

Vance Hopper // El Teléfono Negro// The Black PhoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora