El esqueleto andante

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__ una chica de cabello castaño y piel clara, se encontraba discutiendo con sus padres.
Hacia unos días atrás esta tuvo un choque, uno de sus ojos recibió un enorme daño y se torno blanco, no quedó ciega pero el hecho de que se haya vuelto blanco, es algo que desconcertó a los doctores. Durante su estadía en el hospital, ese mismo ojo blanco se torno de un celeste claro. Los médicos inauditos a este cambio, la única respuesta que encontraron fue que las células de su cuerpo eran más fuerte y al intentar curar el ojo de la chica, lo único que lograron fue cambiarlo de color. Después de todo, tiene sentido, su bisabuela tenía ojos celestes y eso le daba a entender que las células que curaron su ojo, le dieron esos genes a la chica. Pero no todo fue un final feliz, el di de Halloween llegó y se desató una enorme discusión


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¡Como se te ocurre decirle eso a tu propia madre!
Día de Halloween, los niños salían entusiasmados, corrían por la calles tocando puerta por puerta, en la espera de dulces.
___ (T/N), salió de su casa con el corazón latiendole al mil, luego de esa feroz discusión con sus padres, se vio obligada a salír con su hermana menor de 10 años llamada Leena para que pidiera dulces por Halloween. En lo único en que pensó en todo el trayecto, fue en cuanto odiaba a sus padres. Ya era una mujer independiente, podía hacer lo que se le diera la gana, pero sus padres no lograban comprender.

-Hermana! Podemos ir más rápido? -pregunto la dulce niña con una voz tierna y suplicante.

-Si... adelantate tu, estoy muy cansada.

Y con una leve sonrisa la niña empezó a trotar para llegar a la próxima casa. Lo que extraño a ___ fue que la pequeña se había detenido justo enfrente de un cementerio muy poco visitado.

-Los niños de la escuela me dijeron, que hacía unos años atrás un monstruo esqueleto, se disfrazo de Santa y le dio unos juguete terroríficos a todos los niños del mundo -la mayor solo levanto una seja- Dicen, que lograron darle a su trineo volador, pero cuando fueron a buscarlo en este mismo cementerio, solo había restos de regalos horrendos y trozos de madera.

La joven, sorprendida por la historia de su hermana, dirigió también la mirada al cementerio, la puerta estaba abierta y una brisa no muy agradable les rozo la cara a ambas, haciendo que se les ponga la piel de gallina.

-Bueno, Leena vamos a-... Leena? Leena!

La más pequeña, había entrado al lugar y se fue adentrado cada vez más.

-Vamos hermanita! Exploramos! - se oían las risilla de la niña.

- Esto es malo, muy muy malo -penso la chica antes de entrar al lugar.

Un viento salvaje soplo de detrás de ella impulsandola a entrar al lugar, observando los nombres tallados en las tumbas, recorrió el lugar en busca de su hermana. Se le agotaba el tiempo, ya se estaba haciendo muy tarde, a lo lejos se oyeron muchos gritos, tanto de adultos como niños.
Eso no le preocupo, ya que pudo haber sido alguna casa de terror en la cual todos los que estuvieran allí se llevaron un susto enorme. Siguió su camino hasta que se choco con una cabellera larga y castaña de detrás de una estatua un tanto tenebrosa.

-Leena se que eres tu, deja de esconderte y vallamos a casa - insistió la mayos con los brazos en la cintura.

La pequeña hizo un berrinche, porque no pudo asustarla, entre un poco de risilla a causa de su desobediencia, tomó la mano de la mayor y se dirigieron directo a la salida.
Pero... algo las observaba o alguien, __ empujó a un arbusto a su pequeña hermana y le dijo que se quedará callada.

-Quedate aquí, hay alguien observandonos -la niña con un gesto con la cabeza le dijo que si.

___ tenía un gran sentido del oído, en un lugar de silencio total como el cementerio, podría haber jurado escuchar la respiración de alguien. El ruido de sus pisadas, sonaba gracias a las hojas del otoño, lento y segura se dirigió denuevo a la estatua donde se había escondido su hermana, ahora que la analizaba bien, no sólo daba miedo si no abajo de esta, había un libro enorme de piedra cuyas hojas tenían manijas, como si esas hojas fueran puerta enormes.
No le dio importancia y siguió avanzando, la respiración cada vez se acercaba más y más a ella y eso hacia que su corazón latiera aún más rápido.

-Sal de ahí cobarde! -para decir esto reunió toda su valentía.

Lo que le herizo la piel, fue escuchar una risilla macabra, ya no controlaba su respiración, sintió pisadas a sus espaldas y se dio la vuelta muy lentamente, solo para encontrarse con un esqueleto de traje negro que la veía con uan sonrisa que puso los pelos de punta.

-Hola pequeña~ jajaja!

Su voz era terrorífica al igual que su aspecto, no podía creer que lo que le había dicho su hermana fuera cierto, más que una tonta historia para niños que no obedecían a sus padres.
El esqueleto se agacho unos cuantos centímetros, pues la humana le llegaba hasta los codos.

-Bo -dijo retorciendo su cara.

__ quería gritar, pero no quería alarmar a su hermana, lo único que hizo fue agacharse un poco hasta que sus rodillas tocaron el suelo. El ser pensó que había logrado asustarla, pero lo que hizo la chica fue sacar una navaja de su tobillo y amenazante apollo la punta en su pecho rasgando su traje.

-No quieras asustarme, no se te será tan fácil.

La cara del esqueleto se retorcio pero ahora era por la ira que sentía.

-Que? Se arruino tu trajesito Jaja -la chica rió ante el enojo del ser extraño.

El esqueleto como si fuera un simple reflejo la agarro del cuello y la estampó contra el piso haciendo que caiga y se golpee la cabeza.

-Ya veo... quieres jugar a las peleas? Pues jugaremos a las peleas!

Disfrazate de muerto (Jack Skeleton x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora