CAPÍTULO DOS:
Me empujan camino a HogwartsEstaba acostumbrada a tener roces y peleas incómodas con mamá de vez en cuando, pero solían terminar pronto. Hace un mes, por ejemplo, no limpié mi habitación; la semana pasada, me negué a tragar el jarabe para la tos o hace tres días, cuando mencioné que sus mejillas estaban un poco más rechonchas que el año anterior. El problema con los materiales de Hogwarts... Ese iría al archivo de antecedentes que me dejaría constantemente bajo su ojo.
Cuando era mucho más pequeña (hace tal vez seis o siete años) me accidentaba de una manera alarmantemente frecuente. Mamá me llevó al área de pediatría muggle, quienes me derivaron a traumatología, luego a neurología, a psicología, y finalmente a psiquiatría infantil.
«¿Hay alguien en su familia que tenga signos de hiperactividad? ¿Problemas de inteligencia limitada? ¿Trastornos explosivos intermitentes, de la personalidad, bipolares o psicóticos?»
Tenía unos cuatro años y un psiquiatra infantil estaba tratando de determinar si estaba completamente desquiciada porque por accidente me había partido la frente con el vidrio roto de una ventana. Ese fue el primer antecedente que me dejó bajo el constante ojo de mamá. El segundo involucraba el medicamento prescrito de pastillas coloridas que parecían dulces y una estadía de una semana en el hospital de Edgware Community.
Me había quedado inmóvil en el piso de la cocina con los dedos pintados del gracioso color rosado del medicamento y cuando mi madre me encontró, le dio un ataque.
Papá siempre dice que se habría encargado de poner en mi epitafio: «Murió el pasado 21 de marzo por una sobredosis accidental de fluoxetina. Ella creyó que eran gomitas duras. Q.E.P.D.».
Un diagnóstico psicológico impreciso cuando tenía cuatro años, una sobredosis accidental con pastillas Prozac en el piso de la cocina y olvidar comentarle a mamá que jamás había llevado a casa los útiles escolares que ella había pagado hace dos meses. Si te ocurriera algo así, tú madre también te tendría constantemente bajo su ojo; tratando de adivinar si tienes hiperactividad, trastorno psicótico o si simplemente eres imbécil.
A la mañana siguiente, luego de que mamá me hiciese una larga lista de las cosas que debía y no debía empacar (productos de higiene: SÍ. Comida: NO. Ropa de invierno y verano: SÍ. Platos y tazas: NO), papá subió al ático en busca de cajas de la época escolar de ella. Para mi suerte, encontramos una túnica apolillada de mi talla, un libro antiguo de pociones de Arsenius Jigger y una varita mágica falsa de la tienda de artículos de bromas de Gambol y Japes.
⎯Me contactó Madame Edgecombe de las Redes Flu y dijo que estaría más que feliz de ayudarnos ⎯había dicho mamá mientras le quitaba algunos agujeros a su túnica con una sacudida de varita⎯. Tus clases comenzarán mañana, así que reza para que tus cachivaches lleguen el miércoles. Los enviaría de inmediato, pero aún necesito averiguar en qué tienda sigue cada maldito libro y caldero.
Le hice una mueca con los labios.
⎯¿Y si me hacen usar mi varita? ⎯pregunté. Estaba asustada de que me pidieran lanzar un hechizo, porque solo estaría agitando un palito de hule en el aire como boba.
Mamá me hizo un gesto con la mano.
⎯Te pedirán usar tu varita, pero lograrás hacer un hechizo decente en unas cuantas semanas. A mí me tomaron dos. Nadie lo notará.

ESTÁS LEYENDO
Callie y la Piedra Filosofal¹
Fanfic𝗖𝗮𝗹𝗹𝗶𝗲 𝘆 𝗹𝗮 𝗣𝗶𝗲𝗱𝗿𝗮 𝗙𝗶𝗹𝗼𝘀𝗼𝗳𝗮𝗹¹ Callie siempre ha tenido una vida ajetreada. Su madre (una bruja sangre pura renegada por su familia) es increíblemente rica, y su padre (un muggle francés despistado con...