EL LAGO

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Ambos amigos habían decidido dedicar sus vidas a una pequeña criatura olvidada. Ese día en específico hacían 3 meses en total de la corta vida de Aran. Meses en los que viendo sus circunstancias se pensaría que estaba secuestrado o estaba ocurriendo algún tipo de maltrato infantil. Cosa que no era mentira, sin embargo, no era del todo cierto pues sus ahora padres cuidaban y jugaban con él.

Era una noche de abril estrellada, el pequeño bebé estaba solo recostado sobre la misma cama de siempre que cambiaban de ropas cada 2 semanas. Anty y Nina habían ido a recolectar frutos de cualquier tipo mientras pedían ayuda o conocimientos sobre los humanos así como sus cuidados. Mientras caminaban por el bosque pensaban en lo extraño que se habían tornado sus vidas desde aquella visita a la ventana con barrotes oxidados. Imaginaban como serían sus vidas de aburridas si jamás hubieran conocidos a Shura.

<< Anty... ¿Estás seguro que ya puede comer frutas? >>

<< No. No estoy seguro pero escuche a un lacayo del espíritu del lago que en alguna ocasión vio a una madre humana con un bebé de tamaño similar dándole de comer algo como papilla.>>

<< Bueno, supongo que ya nos las arreglaremos. Aunque sea como sea le seguiremos dando la esencia>>

Mientras seguían caminando por el inmenso bosque, que daba la impresión de ser minúsculo, encontraron unas fresas silvestres tan rojas que con solo verlas podías saborearlas. Tomaron unas y las colocaron en una hoja de plátano que habían moldeado en forma de bolsa. Cuando alzaron la vista observaron que pasaba un conocido suyo que vivía en la frontera del bosque y estaba más en contacto con los humanos que cualquiera de ellos dos.

<< ¡Zonut! Que bueno que te vemos. Quisiéramos consultarte algo >>

<<Claro Nina, ¿Qué se les ofrece? >>

<< ¿Sabes que comen los bebés humanos de este tamaño? >> Dijo Anty haciendo un gesto con las manos para indicar la longitud del bebé.

<< Mmm. Si, he visto y escuchado a madres hablar sobre eso. Pero... ¿Por qué el interés?>>

<<Oh bueno, estamos cuidando al bebé humano más hermoso del planeta>> Dijo Nina todo orgulloso.

<<...>> Anty se quedó callado, pensando que tal vez los demás al saber la verdad no los ayudarían, pues era Taboo ayudar o acercarse a los humanos. Según las historias estaban llenos de maldad, eran considerados las cosas más crueles que de la naturaleza.

<<Es solo un bebé, ¿Cierto? Supongo que puedo decirles. Las crías no son las malas, son los adultos quienes los corrompen>>

<<Gracias Zonut, sabíamos que podíamos confiar en ti>> Dijo Nina mientras Anty asentaba con la cabeza como si estuviera de acuerdo.

<< Bueno, lo que tienen que hacer es hacer puré con cualquier fruta que encuentren en el bosque. Para hacerlo tienen que calentarla en el fuego hasta que esté suave. Esto lo escuché de una señora humana que platicaba con otra que también tenía a su cría humana >>

Después de escuchar todo Anty hizo fuego con su magia para ablandar las fresas que habían encontrado. Cuando terminaron, se despidieron de Zon y regresaron a la ventana a pasos rápidos.

Llegaron al lugar para encontrarse con la misma vista de siempre. Un bebé solitario recostado sobre la misma cama sucia de todos los días. Dejaron las cosas sobre la misma manta en el pasto y abrieron la hoja de plátano que contenía el intento de papilla de fresa.

Caminaron a la ventana para darle de comer a Aran, cuando este sintió la presencia de ambos se despertó y sonrió para ellos. Esta vez era un día especial, habían decidido cargarlo por primera vez para poder darle su comida.

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