Capitulo III

24 8 2
                                    


Al llegar en medio de la pista de baile mire a todos algo nervioso.
Algunos decían que era guapo, otros que no debería de bailar con ella. Palabras de desprecio y halago juntas... No podría esperar menos de una fiesta así.

Poco a poco todo comenzó a llenarse de parejas hasta que la música comenzó. Era un vals tranquilo y armónico. Lo disfrutaría si no fuera que con quién estoy bailando es con la princesa, alguien que no me agrada del todo. Siendo obligado a bailar por el bien de mi integridad y más sabiendo que si me negaba no solo estaría condenado por los seres de luz, si no, también por lo de oscuridad pues se notaba desde la distancia que todos querían iniciar el baile con ella.
Estaba frustrado y más por saber que Sirio no dijo nada, solamente se está divirtiendo al verme de esta forma, bailando, sin querer mirar a la princesa.

— Te noto nervioso, querido...

— No estoy nervioso... Solamente... ¿Por qué decidió bailar primero conmigo?

Se podía notar en el cambio de su mirada que aquella pregunta no le había parecido ni hecho gracia, de hecho, ahora mismo estaba deseando no haber preguntado aquello.
Relamí mis labios unos segundos antes de que ella dejara salir una suave risa la cual me desoncertó.

— No te agrado, ¿Verdad? —, Susurró de forma divertida antes de pasar suavemente una de sus manos por la parte trasera de mi cuello mientras seguíamos danzando al ritmo de la música. — Lo noté en mi habitación, la pregunta es: ¿Por qué?

¿Por dónde debería de empezar? Es la princesa más extraña que he conocido, ni en el mundo, con los humanos, he visto semejante cosa.
Su forma de ser es repugnante a mi parecer (y eso que la he tratado muy poco), su aspecto a pesar de parecer una deidad es tan... Simple.
Además de que he estado con bastantes mujeres y mi instinto me pide a gritos que me aleje de ella lo más rápido que pueda.

— No es lo que usted piensa, simplemente un ser de oscuridad como yo, robando el primer baile de la princesa de luz... Usted me entiende.

— Por favor, háblame de "tú" —, carraspeó un poco su garganta antes de seguir hablando —. Lo entiendo, ustedes no están acostumbrados a todo esto, sin embargo, todos tus amigos quedaron maravillados conmigo excepto tú... ¿Por qué?

— He estado con bastantes mujeres sí, puede que sea eso que no haya "caído en sus encantos".

Hubiera seguido la conversación incomoda si no fuera porque el vals terminó y rápidamente me despedí y agradecí el baile para así caminar con Sirio. Desde otra perspectiva dirían que estoy huyendo de ella y creo que eso es cierto.

Claro que Sirio se dio cuenta de eso pues su sonrisa torcida que no se molestó en ocultar la delataba pero lo que más me preocupaba ahora es que, a través del reflejo de una charola pude notar la mirada enfada e indignada de la princesa. Tal vez debería de comenzar a guardar silencio en esas conversaciones, pero lo que le dije es simplemente la verdad.

La princesa no me gusta, es hermosa y al parecer simpática, pero yo, bueno, yo solo deseo estar ceca de Sirio, sin importar nada. Además, tiene a todo el salón rogando por atención, fácilmente puede centrarse en alguien más que no sea yo. Mis ojos solo están puestos en esa hermosa estrella con vestido transparente que hace pocos minutos se esta burlando de mí.

Pasó el tiempo y podía notar que la princesa estaba buscando la forma de llegar conmigo, pero siempre había algo que la detenía. Ya fuera que alguien se acercaba a ella, agradecían por la invitación o la invitaban a bailar. Eso, entre otras cosas, no le permitió llegar conmigo afortunadamente.

Y después de largas horas esperado a que ese infierno termine finalmente lo hizo. Los de oscuridad fuimos los primeros en salir sin siquiera despedirnos de nadie, después de todo no había de quién despedirse y la princesa estaba haciendo otras cosas como para ocuparse en despedirse de nosotros. Luego de llegar al bar, porque todos decidimos dar marcha para allá, comenzamos a discutir lo del baile.

—Ni loco vuelvo a pisar ese lugar —, comentó una roca lunar.

—Yo tampoco... nosotros somos "los despreciables" cuando ellos comenzaron a tratarnos como basura. Pero ¿Alguien se dio cuenta de las miradas que le estaba dando la princesa a Alexander?

Luego de escuchar eso apreté mis labios, estaba rogando porque nadie se hubiera dado cuenta. Me gire sobre mi taburete y mire a todos los cuales me estaban observando con bastante intriga.

—Al parecer fue porque quería que "cayera rendido ante sus pies ", lo lamento, pero yo ya estoy a los pies de alguien más —. Dicho eso recargue mi cabeza sobre Sirio que estaba a un lado mío, bebiendo un poco de néctar brillante.

—Bueno, todos ustedes cayeron al verla y supongo que una persona como ella ama que todos la alaben, cuando Alex no lo hizo le despertó algo.

—No por nada es nuestro mujeriego favorito.

Aquello último fue dicho por una estrella la cual levanto una copa con bebida y el balanceo de un lado a otro. Estaba orgullosa de mi "título" mientras yo tenía un mal sabor de boca. "El mujeriego", ¿Enserio no se les ocurre otro apodo que ponerme? Después de tanto tiempo ya resulta bastante incómodo.

Aunque en realidad no me importaba qué pensaran los demás, lo único que me importaba en estos momentos era lo que pensará Sirio de mí pero al girarme a verla y poder admirar esa radiante sonrisa pude tranquilizarme un poco, volví a recostar mi cabeza en su hombro, cerré los ojos y a los segundos podía sentir su suave y delicada mano acariciar mi cabello. Esto era lo que necesitaba en mi vida, alguien que no me juzgará y que se quedará conmigo en todo momento. No sé en qué momento me enamoré de Sirio, no sé si es por la forma en cómo me trata, su cuerpo, su voz. Tal vez todo.

— Solamente la princesa es alguien que no podría alcanzar jamás ­—, mencioné de forma tranquila. Era una mentira, pero eso los tendría en paz. — Además, dudo mucho que yo le haya gustado, por favor, somos los de oscuridad, los despreciables, los que todos querían echar a patadas, ¿realmente creen que alguien como ella se fijaría en mí? Soñar es bueno, pero deben de caer en la realidad. La princesa solo estaba divirtiéndose.

Todos se quedaron callados por unos segundos, sabían que tengo razón en más de una cosa, además a nadie más de ellos les había ofrecido bailar y cuando alguno de ellos se acercaba los demás seres de luz se encargaban de que no llegaran con ella.

— Alexander tiene razón, además... Es el único de aquí que es guapo, he —, menciono Sirio entre risas antes de que los demás comenzaran a quejarse diciendo que ellos también lo eran, de ahí las demás estrellas comenzaron con sus "servicios", calmando a los demás y confirmando que también eran atractivos. Típico que con eso el lugar se haya calmado.

Todos estaban más tranquilos desde que las bebidas comenzaron a andar de un lado a otro, las caricias, los besos y los jadeos se comenzaron a escuchar por todo el lugar. Además como "recompensa" de algunas estrellas hacia algunos clientes frecuentes comenzó un pequeño show de prendas en medio del lugar.

— ¿Tú no vas? —, cuestioné mientras levantaba mi cabeza para ver a Sirio la cual se veía bastante tranquila.

— Hoy no, afortunadamente todos saben que estando tú aquí todas mis atenciones son solamente para ti así que nadie hace nada por verme desvestir allá, además, solamente quiero ver todo mientras tomo algo contigo.

Todo era un caos, pero ese caos era nuestro amado hogar. Todos podían ser ellos mismos dentro de ese lugar, aunque afuera nos conociéramos todos y no habría nada que ocultar aun así debíamos de mantener las apariencias pues se rumoraba que hacia bastante tiempo los seres de oscuridad que no se comportaban eran desterrados de ese sistema y por lo tanto, morían.

Así que era mejor estar todos escondidos en nuestro rincón de prostitutas, alcohol y placer... Afuera de este lugar podíamos seguir con nuestra tortuosa rutina, nuestra depresión y problemas, pero aquí adentro, podríamos ser nosotros mismos.

Destello Lunar | Incompleto|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora