El tiempo pasó rápido, todo pasó rápido y sin darse cuenta ya habían pasado unos cuantos días desde el baile y el desastre de las copas.
— Que aburrido ha estado todo... —, susurro Sirio mientras veía a Alexander desnudo a un lado de ella. Ambos estaban acostados en la cama y estaban simplemente viendo el techo. — Después de todo sí nos sacó un poco de la rutina lo que hizo la princesita.
— Tienes mucha razón... pensé que esta rutina sería buena, acostumbrarse a ella... pero creo que ahora es más difícil sobrellevarla que antes.
— El único que hace que no me vuelva loca y este allá abajo drogándome y perdiendo me a mí misma eres tú. Eres lo único bueno que tengo.
— Y siempre me tendrás contigo... no hay estrella más hermosa que tú, Sirio.
Cuando ambos se besaron faltaba poco para que esas caricias y besos pasarán a ser nuevamente sexo, pero alguien los interrumpió tocando la puerta.
Alexander se levantó dejando recostada a Sirio, se colocó su ropa interior y abrió la puerta para así encontrarse nuevamente con Orión el cual tenía un semblante extraño, olía extraño y sobre todo veía a ambos como si hubiera sido rechazado por alguien a quien amo por años.
— ¿Puedo pasar?
Alexander se quitó de la puerta, le cedió el paso cuando su gran amigo entró con ellos cerró la puerta detrás. Sirio se levantó curiosa aún envuelta en las sábanas, miró a Orión con una ceja alzada antes de comenzar a oler el aire, a pesar de que estaba bastante lejos de él su olor era bastante fuerte.
— ¿Dónde estuviste? —, preguntó curiosa mientras se tapaba su nariz. — Hueles horrible.
— Con la princesa.
Aquellos dos se vieron uno al otro con sorpresa, esperaban de todo menos esa respuesta. Ambos se sentaron en la cama, uno en cada esquina y con eso dejaron a su amigo en medio de ambos, no sabían cómo preguntarle sobre cómo es que logró ver a la princesa después del baile pues todos consideraban que ya estaban exiliados de aquel lugar y que nunca más un ser de oscuridad estaría en la zona de los de Luz.
— ¿Recuerdas lo que te dije después del baile Alexander?
Esa pregunta lo tomó por sorpresa. Miró a Orión unos segundos haciendo memoria mientras que Sirio los miró intrigada, había notado que ambos habían entrado al baño pero había supuesto que fue para "otras cosas", ¿pero para charlar? Eso era aún más extraño, además, ¿Por qué Alexander no dijo nada?
Cuando él después de unos minutos asintió con la cabeza la curiosidad invadió aún más a Sirio.
— Por lo que entiendo entonces se trata de mí, ¿Verdad?
— Esa princesa desde que te vio quiere estar contigo, todos los sabíamos y te lo dijimos, pero quisiste hacerte el tonto y ahora está buscándote.
Orión suspiró, se recostó en la cama con mala cara. Miro a su amigo de arriba abajo unos segundos y después de eso cerró los ojos. ¿Qué tenía Alexander que no tuviera él? ¿Y por qué siempre se robaba la atención de todos? Él era casi igual y más carismático, además de que nunca se negaba a nada y no estaba ligado a nadie, menos a una estrella que si quisiera ya no lo dejaba entrar al Bar. Todos sabían que enamorarse de Sirio era lo peor que podría pasar pero a pesar de todas las advertencias Alexander aquí está.
— Bueno, ese día del baile me confundieron contigo... No te pude decir lo que había pasado ese mismo día y había olvidado el tema hasta hoy. Resulta que la princesa necesita a uno de nosotros viviendo con ella para que sea representante de los seres de oscuridad y bueno, después de que la princesa Rosse viniera y supiera de tu reputación y lo tan querido que eres... decidieron que fueras tú.
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Destello Lunar | Incompleto|
Random¿Alguna vez pensaste que toda la galaxia tenía representantes? Bueno, en esta historia vas a poder conocer príncipes, princesas, doncellas, clase media y baja... Todos represntantes de estrellas, constelaciones, mundos y sobre todo, ¿No te interesar...