Crush

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A Jung HoSeok le gusta el chico castaño bajito del curso de ballet.

Nunca lo ha confirmado, pero tampoco hace algo para negarlo. Ante las insinuaciones, solo sonríe y mira hacia la gran ventana blanca del lado derecho del salón, esa que tiene vista completa al salón del taller que imparte danza clásica.

La primera vez que HoSeok miró al pequeño chico fue unos meses atrás, cuando llegó 20 minutos antes de que su clase comenzara. La primera vez que había llegado temprano en el año que llevaba inscrito en ese instituto.

Era un día cálido de primavera, de esos en los que los cerezos estaban en su punto más bonito de la temporada y el sol calentaba lo suficiente como para andar en camisetas sin manga, los shorts holgados que tanto amaba usar, su colección de gorritos y gorras de colores que tanto cuidaba y todos los modelos de gafas de sol que tenía para presumir.

Ese día no hacía nada más que esperar a su amigo JaeBum mientras reposaba su cuerpo bajo el árbol en el gran patio central, mismo que estaba rodeado por los salones de clases y los talleres de baile y pintura.

Fue entonces cuando lo escuchó, una infantil y escandalosa risita aguda, idéntica a la de los niños traviesos del parque recreativo que se encontraba una calle antes de la academia.

Giró un poco su cabeza en la dirección de aquella dulce risita, levantando un poco su gorra y bajando los oscuros lentes redondos.

Obviamente era un chico, sus muslos gruesos enfundados en esa extraña pero convenientemente llamativa prenda remarcaba a la perfección cierta parte para delatarlo. Desde la lejanía parecía ser más bajito que él y un par de años menor. Tenía una mata de cabello gris ondeando sobre su cabeza salvajemente mientras corría, buscando huir de la niña que estiraba un muy rosado y pomposo tutú de ballet en su dirección.

Se preocupó un poco, porque el chico corría y reía por todos lados, brincando por sobre los bancos de descanso con total agilidad, pasando entre la gente sin ser molestado, pero con sus mejillas tan abultadas por sonreír que le hacían cerrar los ojos.

JaeBum no llegaba, y él se encontró tremendamente encantado de seguir mirando a aquel niño mientras corría.

«Tan bonito» pensó cuando lo vio detenerse y recargar todo su peso en una pierna, acomodar una mano en su pequeña cintura y con la extremidad libre, recorrer su cabello hacia atrás desde la frente, dejándola momentáneamente descubierta antes de que tomara su lugar de nuevo.

—Hey, Seok... Han abierto el salón ¿no vas a pasar? —llamó el chico al que había estado esperado, sacándolo de su ensoñación y logrando que voltease a mirarlo.

—Sí. Sí... ahorita te alcanzo —sonrió y volvió la mirada a la persona desconocida, alcanzando a observar cómo éste entraba al salón de enfrente con una chica rodeándole el cuello con un brazo, obligándolo a que se agachara un poco.

¿Bailamos? -- HopeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora