𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐦𝐚𝐢𝐧𝐬 𝐎𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐿𝑢𝑐𝑘𝑖𝑡𝑦

☃︎𝐋𝐢𝐦𝐛𝐨☃︎

El azabache se despertó, al inicio veía todo borroso pero al pasar los segundos vio paredes de blanco. Al enderezar bien su cuerpo y quedar sentado se fijó que solo tenía su camisa, en la silla de a lado estaban su saco, su corbata y su máscara. Todo el lugar estaba vacío, no había ninguna presencia de personas, trato de buscar a sus amigos pero nada talvez salieron antes que él, salió de edificio que tenía una cruz roja.

- no manches, de milagro me atendieron rápido... ¿Por qué todos están llorando?

Si, las pocas personas que estaban en las calles, andaban llorando, como si alguien hubiera fallecido, hasta el día daba esa vista... Nublado, como si estuviera a punto de llover, el mexicano se acomodó el saco, se puso bien la corbata y ponerse su máscara para acercarse a la gente y preguntar por sus compañeros.

- este oiga, ¿Si sabe dónde están...- la mujer lo interrumpió con un "Hi", seguir con el llanto y alejarse- mis amigos?... ¿Que le pasa gente? ¿Y por qué están llorando?

Quackity siguió caminando al rededor de ese pueblo que estaba cerca de su casa, al llegar a las afueras no estaba el camino al pueblo ni se veía el molino. Solo había campo y a lo lejos las montañas.

¿A dónde lo habían traído?

Volvió al centro del lugar y al seguir buscando la salida llegó al cementerio.

- creo que talvez murieron por la explosión y andan así... ¿Tt-titi?- al ver la lápida cayó de rodillas- Nooo hermano, Pero si lo cubrí, ¿Cómo pudo morir?... - al ver mejor a su alrededor le llamo la atención una lápida del fondo porque tenía su típica sonrisa. Al ver mejor se asustó demasiado al ver el nombre y lo que significa lo que tenía grabado - "en memoria... De... De Quackity... Héroe de Karmaland"... No, es imposible, me estoy viendo ahora. Yo no puedo estar muerto... Yo.

- joven Quackity... Aquí es donde venimos todos, los que hemos pecado- una chica le tomo el hombro para llamar su atención, pero lo que le llamo su atención fue como no paraba de llorar aún hablando normalmente y no entre cortado como es de costumbre.

- y en usted no hay excepción- un señor calvo también apareció.

- ¡Ahhhh!... ¡No!

- y los llantos que escucha son los lamentos y arrepentimientos de la gente.

El mexicano no podía creer que lo que estaba viendo, corrió hasta la salida del pueblo buscando el camino a la casa de uno de sus compañeros, pero al dar la vuelta regreso al inicio de ese lugar.

— no hay escapatoria Quackity.

— no hay salida.

— al menos que te arrepientas de lo que hiciste.

Todo le dió vueltas, la gente hablaba al mismo tiempo lo que le ocasionaba estrés. Que  alguien lo ayude... Que esto sea una pesadilla... Quiere gritar pero no puede.

— Luzu... Ayúdame.

Las lágrimas salieron.... El dolor de cabeza aumenta.

¿Este es su fin?

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Yeli se despide de este libro.