Ferviente. ~TodoDeku +18~

⚠️ Un primer celo.

Advertencia: contenido sexual explícito, se recomienda discreción.

AU cambia formas.

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Estaba haciendo demasiado calor, tanto que logró despertarle. Izuku estiró la mano, sintiendo la piel arder y el simple roce de las sábanas le estimuló haciéndole parar los pelos, hasta alcanzar su celular y mirar la hora.

Eran la una de madrugada, y él estaba solo en casa porque su madre había viajado para visitar a la abuela ese fin de semana, no tenía nadie que pudiese ayudarle o darle algún diagnóstico a su sentir.

Se movió un poco para intentar acomodarse, pero al hacerlo un dolor agudo se afincó en su vientre y le hizo encogerse en su lugar; el fuego en su piel se hizo más fuerte mientras el dolor se expandía. Sintió como su Omega se retorcía en su interior, y el sentir se hizo tan fuerte que comenzó a jadear soltando pequeños gemiditos. Volvió a removerse en la cama, lo que hizo a su cuerpo estremecerse totalmente, sintiendo de alguna extraña manera un algo que bajaba por su intimidad y mojaba su ropa interior, incluso su pene estaba goteando.

Entonces lo comprendió: había entrado en celo.

Los omegas solían entrar en esta etapa de madurez en su fertilidad al cumplir la mayoría de edad y tiempo después de su primera transformación; Izuku cumplió sus dieciocho hace cinco meses, y había tenido su transformación un par de semanas atrás, ya que aún sentía ciertas tensiones en los huesos debido a ella, no pensó que su celo podría llegar tan pronto y de manera inoportuna.

Gracias a lo mucho que había leído al respecto, sabía que pronto se perdería en las dolorosas sensaciones si no tenía algún tipo de alivio sexual, y su Omega podría tomar el control o transformarse sin previo aviso; lo que haría todo mucho peor.

Pero antes de siquiera pensar en masturbarse, sus sentidos parecieron cobrar vida de un modo mucho más desarrollado del habitual, su nariz captó aquél delicioso olor invernal y gasolina; era extraño, lo sabía, pero él amaba ese aroma.

Lo amaba porque era el olor del alfa del que estaba enamorado, su mejor amigo y el chico más dulce, bello, apuesto, alto, musculoso, caliente, sexy...

Izuku gimió en voz alta, el pensamiento hizo que su Omega comenzara a llorar desesperado, clamando por su mejor amigo. El olor impregnado en el abrigo que usó el día anterior y dejó olvidado sobre la silla de escritorio, en el que Shouto había dejado su olor cuando le abrazó al despedirse dejándolo en su casa sano y salvo, y también muy necesitado de su nudo.

Cerró con fuerza las piernas y apretó los labios para no volver a gemir. Con los ojos llorosos se percató de que aún tenía su celular en la mano, y siendo conciente de que era una estupidez e irresponsabilidad, marcó el número de su amigo.

Solo quería escuchar su voz por un segundo, solo eso, eso nada más y tendría suficiente inspiración para autocomplacerse el tiempo que éso durara; solo la voz gruesa y que normalmente estaba carente de emoción alguna que tanto lo ponía. Necesitaba hacerlo, no tenía ningún juguete que pudiese ayudarlo y era sabido que los de su especie solían sufrir un celo más intenso que el de otros omegas.

Los roedores, en general, no desarrollaban en sus especies a alfas, solo eran omegas y betas, que poseía un índice de fertilidad demasiado alto.

Necesitaba escuchar a Shouto, solo eso...

— ¿Midoriya? —su voz se escuchó pastosa y más gruesa de lo normal, debido a que muy desconsideradamente lo acababa de despertar. El simple sonido de su apellido saliendo de sus labios por la vía telefónica lo hizo estremecer de tal manera que fué imposible no dejar ir un gemido— ¿Midoriya, estás bien?