Capitulo 1 | Tiempo

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Tiempo.

Eso es lo que me habían dicho.

“Solo necesitas tiempo para superar esto”

¿Cuánto? Esa era la única pregunta.

¿Cuánto tiempo necesitas para poder superar a alguien?, ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que ese sentimiento de culpa se vaya?, ¿Cuánto tiempo debe pasar para que ese dolor se disuelva... Cuánto?

Desde hace mucho deje de contar el tiempo, desde hace mucho deje de pensar cuánto es que ya no estás a mi lado. Cuando alguien quiere hablar de ti lo evito, como si ese tema me asustara al punto de ponerme pálida. Siendo sincera, me asusta, y mucho.

No suelo hablar sobre como me siento después de tu muerte, tampoco puedo mencionar tu nombre sin que algún sollozo se escape. Pueden pasar treinta años y seguiras doliendo como el primer día.

Odio el cuarto día de cada mes, odio noviembre, odio el número cinco, pero no te odio a ti.

El ardor en mis ojos a base de las lágrimas y la falta de sueño era costumbre en mí desde el cuatro de noviembre del dos mil cinco. El día que decidiste acabar con tu vida, el día que te suicidaste, el día que me abandonaste.

Y como si el tiempo volará, en dos semanas cumpliré treinta y dos años.


















7 DE NOVIEMBRE 2005

Me senté al borde de la cama, mis ojos ardían como el infierno, mi nariz estaba roja al igual que mis mejillas, el punzante dolor de cabeza hacían que todo mi alrededor se sintiera irreal.

Veía un punto fijo, no me movía, apenas respiraba, si no fuese porque me ponían mantener sentada hubiesen pensado que estaba muerta, aunque lo estaba, estaba muerta en vida, tú te llevaste una parte vital para seguir viviendo, mi corazón.

—No come desde hace dos días —escuché que murmuraron en el marco de la puerta.

— ¿Deberíamos... intentar hablar con ella?

— ¿Crees que no lo he intentado? Llevo tres días intentando que diga algo, pero simplemente te escucha y ya no pasa de más.

Las voces sesaron y mis ojos se cerraron, sentí el ardor más fuerte al dejar que mis ojos descansarán.

Cambie las horas de sueño por horas para llorar y destruirme a mí misma. Cada maldita cosa que veía en mí habitación me recordaba a ti, no pude entrar a tu habitación después de eso, por más que tratará siempre creía que estarías del otro lado esperándome con una sonrisa, esas sonrisas que solo eran reales para mí, aquella sonrisa que decias que provocaba a tan sólo verme, la sonrisa que jamás volvería a ver. Pero entonces, volvía a la realidad y recordaba que jamás volvería a obtener esa linda sonrisa de dientes perfectos. Me tiraba al piso hundiendome en mis lágrimas y soledad negándome a aceptar que ya no estarías, me sentí la persona más patética del planeta.

—Ocho... —murmuró Klaus, incandose frente a mí. No deje que nadie más me llamara por mi nombre, llegue a odiarlo. — mamá hizo la cena, nadie está en el comedor, solo estaremos nosotros dos ¿bien? Y si quieres comer sola puedes decírmelo y me iré.

Era como si hablará con un fantasma, porque yo no estaba allí.

Abrí mis ojos dejando de recordar y me centré en Klaus, su mirada era vacía, triste, preocupante.

𝖬𝖨 𝖯𝖤𝖱𝖲𝖯𝖤𝖢𝖳𝖨𝖵𝖠² ˖ ׂ⋆*ૢ✧ 𝐓𝐇𝐄 𝐔𝐌𝐁𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐘 [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora