-Oh,¿ enserio?
-Si Miriam o ¿Debería decir majestad?-Y hace una reverencia ante mi.
-Oh no, tranquilo llámame Miriam, y tu eres Jaden ¿Verdad?-Le miro con cortesía, el solo sonríe después de haberse parado o enderezado de su reverencia.
-Mi nombre es Jaden Luderfoot, pero puede llamarme Jad o Jaden, como desee-Me fijo en la pequeña Erileyn, que entorna los ojos como si de aburrimiento se tratara y suelto una pequeña risita.
-Hay ya, van a ponerse cursis, mejor llevemos a Miriam a casa de la señora Lea, que ya casi es hora del desayuno y me muero de hambre-Erileyn me mira suplicante-¿Tu no Miriam? anda a que si tienes hambre.
-Bueno, quizás un poco-Rio de nuevo y le doy mi mejor sonrisa a esa pequeña que me a alegrado el día con su presencia.
***
La casa de la señora Lea, esta un poco vieja ya {Oh bueno, de mi abuela} Me recuerdo, aun no me acostumbro, el hecho es que nunca la conocí, mi madre siempre hablaba bien de ella, pero nunca nos conocimos, claro, hasta hoy que estoy apunto de conocerla, aun no lo e hecho porque resulta que salió en busca de Erileyn cuando se escapo y no a vuelto, al parecer, ellos son como una familia mas que vecinos.
-Tranquila Miriam-Me habla Erileyn, notando mi nerviosismo-Seguro que la señora Lea no tarda en llegar-Hace una pausa como reflexionando algo y vuelve a mirarme a los ojos-¿Como es que nunca conociste a tu abuela?
-Pues veras, como sabes el Reino esta muy lejos, y muy apartado de los prados, además mis padres siempre estaban muy ocupados, así que... Pues nunca tuve la oportunidad de venir a conocerla-Admití con un poco de vergüenza.
-Ah ya veo, otra pregunta-Asentí para que continuara-¿Hacia donde te dirigías esta mañana cuando te encontré?-Sabia que tarde o temprano esta pregunta acudiría a su mente, y ella es una niña que no da muchos rodeos para contar las cosas.
-Pues hacia aquí, solo que nunca había venido y estaba un poco perdida-Le dije con total normalidad.
En ese momento entro una señora mayor, de pelo marrón oscuro trenzado hacia atrás, ojos color café y un vestido marroncito como el late, no era muy ancho pero si largo, las mangas le llegaban a las muñecas y la tela le cubría todo el cuerpo incluyendo el pecho, venia acompañada de Jaden.
-Ella es Miriam-Le comunica Jaden haciendo gesto con la mano hacia mi, la mujer me miro con asombro y dulzura a la vez y corrió hacia mi haciéndome espantar un poco, comenzó a tocar mi rostro con suma delicadeza y a inspeccionarlo.
-Que parecida eres a Merilyn, ti... tienes sus mismos ojos ¡Por Dios!-La mano le tembló un poco y sus voz comenzó a quebrarse-Valieron la pena las noches que me desvele soñando con este momento querida nieta-No se bien que me paso, no se le porque, creo que fue la emoción que contagiaba pero, se deslizo una pequeña lagrima por mis mejillas y me temblaron los labios.
-Abuela-Fue lo único que pude pronunciar en ese momento y la abrace con fuerza, ella se aferro a mi como si fuera su tesoro encontrado que no dejara ir, siempre sentí curiosidad por conocer a la maravillosa mujer de la que siempre hablaba mi madre, pero nunca se dio la oportunidad, hasta hoy.
-¿Están todos bien allá? ¿Tu estas bien? ¿Cómo esta mi hija?-No puedo creer que no tuvieron la molestia siquiera de avisarle a la madre de la Reina que ella había fallecido.
-Ella... Ella falleció-Dije con un tono de melancolía.
-¿F...fa...falleció?-Su voz se rompió por completo y comenzó a llorar-Mi niña, mi...mi h...hermosa niña inocente-Su tristeza fue contagiosa a tal punto que Erileyn estaba llorando y Jaden tenia una expresión triste y estaba cabizbajo-¡Dime! ¿Qué le paso? por favor-Me pide suplicante.
ESTÁS LEYENDO
La Reconquista
PertualanganHabía una vez una princesa que aunque no vivía feliz era alegre pero, el día de su dieciseisavo cumpleaños invadieron su reino y fue obligada por el general supremo a irse con su abuela al campo para estar a salvo, ya estando allá ,pensó, y decidió...