El tintilante sonido de su móvil logró despertarlo, hizo una mueca mientras que con la mano más cercana a su mesita de noche, tomando el móvil y mirando con cara molesta el nombre.
Al ver el nombre de "💜principe💜" despertó de golpe, asintió a la llamada con una bella sonrisa, feliz de despertar con la voz de aquel híbrido de lobo - vegettita, buenos días.
- Rubén, te quiero en mi casa en 10 minutos - la sonrisa se borro instantáneamente, estaba molesto, su voz sonaba muy enojado. - donde llegues tarde... Olvidate de volver a usar ese maldito portal.
- S-si vegetta - colgó, usra una mala palabra ya era otra zona, el no hnaia hecho nada malo, desde luego estaba en problemas. Miró la hora angustiado. - siete de la mañana... Joder vegetta, espero que tu enojo tenga un buen motivo.
Se levantó de la cama, comenzando a caminar con pereza a la ducha, desvistiendose en el proceso antes de entrar a la ducha, dejando caer el agua primero en sus brazos y luego en el cuerpo para por último dejar que el agua recorriera su cabello.
Luego de cinco minutos, ya estaba vestido con su típico buso blanco, un pantalón Jean negro con algunos rotos y como plus por el enfado llevaba consigo una rosas de diferentes colores que tal vez calmara cualquier tipo de desastre que haya causado.
Mientras iba en camino hacia el castillo del híbrido iba ensayando una larga disculpa que incluida todo lo ilegal que hubiera podido cometer durante esa semana.
Al estar frente a las escaleras comenzó a subir, mientras tanto miraba de vez en cuando hacía abajo, temiendo por su seguridad cuando estuviera ya en la cima... Y es que parecía que tuviera su propio clima, afuera estaba haciendo un sol hermoso, caliente, gentil, abrazando el clima y dando los buenos días a todos los habitantes.
Mientras que en esa montaña estaba todo a oscuras, parecía aún de noche, con una tormenta creciente que en cualquier momento estallaria, trago saliva y se dirigió a la puerta. Tocó la puerta y sólo tuvo que esperar dos segundos antes de que esta se abriera y pronto viera el enfadado rostro del azabache. - vegetta.
- entra - obediente, entró y espero a que cerrará la puerta... Aunque no tuvo oportunidad, sus ojos siguieron las grandes escaleras hasta encontrar ahí, aquella pelinegra de la noche anterior, esta vez vestida más decente, parecida a vegetta pero con una blusa de escote del mismo color que el pantalón, morado oscuro. Dejando también bastante que ver de sus pecho.
Vegetta subió un par de escaleras y miró a la chica - vegetta... ¿Que hace ella aquí?
- ¿ella? - lo volteó a mirar - oh, hablas de Sam, estuvo conmigo toda la noche.
- que por cierto, fue una muy buena noche - ambos se sonrieron cómplices, algo que incómodo al castaño - bien, como te decía vegetta, gracias por la atención.
- un momento - rub dio unos pasos al frente - ¿como llegaste aquí? Estoy seguro que te deje en tu habitación.
Vege frunció el ceño y se devolvió hacia el, descubriendo que estaba enojado por la forma en que sus partes híbridas lo demostraban - Rubén ¿entraste a su casa?
Tanto la chica como el oso se pudieron nervioso, solo que siendo en el híbrido mucho más notorio. - y-yo... N-no era mi intención v-veg.
- ¡sabes muy bien las reglas! - se fue acercando amenazante aunque algo dentro de rub le decía que no se doblegara... No ante vegetta y mucho menos con Samantha observando. - ¡esto traerá castigo por parte de los dioses!
Iba a contestar pero antes vio las manos de las chicas en los hombros de vege y como este la veía de reojo - vege, relajate un poco, yo lo invite a pasar... Y si los dioses os castigan, llevaré la culpa yo, no se preocupen.
Ambos ojos violetas le miraron, uno con algo de resentimiento y los otros con algo extraño, una mezcla de cariño y amor. - veré como regresarte a tu línea Sam, mientras tanto puedes quedarte aquí o...
- ¡o conmigo! - la chica soltó una risilla mientras qe veg solo rodaba los ojos, se notaba que le molestaba la situación - solo si quieres...
- gracias rub, pero me quedaré con mi otra parte, somo iguales... En muchas cosas y prefiero estar con alguien así - con una cálida sonrisa volvió a subir las escaleras y desapareció en el segundo piso.
Vege llevó sus manos a su cara, el castaño suspiro y se acercó, llevó sus manos al cabello azabache, especialmente a las orejitas que estaban hacia atrás, comenzando a acariciarla con especial cuidado. Casi de inmediato el lobo comenzó a relajarse, acercándose más a él y apoyando la cabeza en el hombro ajeno, con una sonrisa rub paro y se acercó a la orejita de veg - la cague, estoy consiente... Pero haré lo que pueda para remediar esto... Lo prometo lobito.
- gracias ruru... Solo no lo empeores ¿quieres?
- lo haré, lo prometo - sonrió, se separaron y ambos se miraron algo avergonzados - me quedaré para ayudarte en lo que pueda.
- no te preocupes, me preocupa mas ella, Este es un mundo difícil, peligroso y una chica como ella, que no sabemos mucho de su pasado ni de sus habilidades - el más alto sonrió y asintió. - por ahora, iré a comprarle ropa, no tengo de su talla... Mucho menos para una mujer con sus... Dotes - señaló sus pecho, provocando la risa de ambos.
- me quedare aquí, no te preocupes - vege sonrió, pasando por su lado y dejando un beso en su mejilla y saliendo rápidamente del castillo.
Se quedó mirando la puerta mientras tocaba su mejilla y sonreía, siendo una risilla lo que lo trajo de su mundo - ya veo por qué me dejaste con el deseo - miro hacia arriba, notando a la chica recostada en el barandal - te gusta.
- callate Samantha - sonrojado se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras - no sabes de que hablas.
- lo sé~- camino hacia las escaleras mientras esperaba que el otro terminará de subir - ya se por que estoy aquí.
- ¿por qué los dioses me quieren castigar? - donando sarcástico subió el último escalón, apenado.
- ¡no! - se detuvo y con una bella sonrisa lo miró a los ojos, teniendo unos brillos que no había visto antes, con una emoción que se denotaba en la forma en la que estaba parada y en la forma en la que hablaba - ¡los dioses quieren que ustedes estén juntos!
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彡❤[𝒟𝐼𝑀𝐸𝒩𝒮𝐼𝒪𝒩𝐸𝒮]❤ミ
FanfictionCruzar los portales no era difícil, su trabajo era bastante sencillo, el era feliz con su trabajo, con su casa y con sus deberes como héroe... ¿Qué pasaría si alguien mas atravesara aquel portal aquel día? ¿Qué sucedería si su pareja se diera cuenta...