Eclesiastés 4:12

capitulo 7

La coleta de Lía no se sostenía como ella quería. Buscaba un look bonito, casual y simple pero solo terminaba viéndose como una niña de primaria después de recreo. Su pequeños cabellos saltaban por los lados y su frente brillaba tanto que podría cegar un taxista. Se sentía tonta y frustrada soltó su cabello cruzando sus brazos en derrota.

-Porque no te vas con media coleta?- su madra sugiero.

Lia sin quitar la mirada en el espejo lo pensó por un momento. Observó cómo su cabello tenía una caída decente, sus puntas no se veían muy secas y con un poco de gel talves podría ganar la guerra.

Agarró su peine y lo intento de nuevo. Se hizo su partidura y con una liga sostuvo su cabello, dejando caer la parte baja. Modelo por unos segundos, intentando encontrar los defectos suficientes en todos los ángulos posibles.

-¿No te convenció?- su madre le pregunto.

-¿Crees que me veo decente? Tengo entendido que en la religión cristiana, las mujeres tienen que vestir con faldas o vestidos- Le comento, un poco insegura

-Es solo una reunión, un pequeño convivió. No te pondrán a confesar tus pecados y resar por una hora- Dijo su madre - Enrealidad te ves bien-.

Lía le sonrió en agradecimiento. Guardo su peine y procedió a buscar su mini mochila. No sabía que le esperaba en esa reunión así que puso un libro, una pluma y una barra energética por si le da hambre.

Agarró su chaqueta y como costumbre se miró al espejo una última ves antes de salir de su casa.

Había decidido vestirse casual, con una blusa rosa claro que terminaba justo debajo de su ombligo y con un pantalón entubado con un pequeño cinto café. Decidió irse con sus convers blancos y su pequeña mochila café. 

Esqucho a su madre tocar el claxon de su carro, en señal que se diera prisa.
Rodando sus ojos, salió de su casa, cerro con llave y se puso su chaqueta antes de entrar a su auto.

En todo el camino, lo único que pudo pensar fue las miles de razones la cual está reunión no le agradaría. ¿Que podría esperar? ¿Porque tanto misterio? ¿Porque sentía que algo inesperado hiva a suceder?

Lía al ver que su madre se dirigió a una colonia normal y particular, se sorprendió. Ella esperaba ver una iglesia gigante y vieja pero hermosa. Con su cruz enorme sobre ella y hermosos árboles a su alrededor. En ves, su madre estaciono el auto enfrente de una casa normal. Por un momento pensó que su madre se equivocó de dirección pero al ver la tan segura al salir del auto se convenció de lo contrario.

-¿Apoco es aquí?- Lía pregunto.

-Asi es-.

Ambas se acercaron a la puerta principal, su madre fue la primera en tocar. Después de unos segundos, abrieron la puerta y fuimos recibidas por una mujer. Era delgada, de mediana estatura y con una sonrisa brillante.  La dama parecía tener el cabello rizado debido a los mechones sueltos que caían aún lado de su rostro debido a su cabello en cebolla.

-¡Miriam! Si vinieron!- La mujer de inmediato abrazo a la madre de Lía.

-Gracias a ti por recibir nos- le dijo.

De inmediato miro a Lía y le estrecho su mano la cual con una tímida sonrisa, Lía le devolvió el saludo.

-Dejame adivinar. Ella es la famosa Lía- la mujer pregunto con entusiasmo.

-Mi pequeño retoño- dijo la mamá de Lía al darle un pequeño empujón con su codo.

Lia cerró los ojos con resignación al escuchar lo absurdo que estaba actuando su madre.