capitulo 6

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La casa de la abuela no podría oler mejor. Había reunido un delicioso olor a pay de manzana y pastel de carne. El estómago de Lia gruñó mientras su nariz se encontró con el aroma.

Por un momento había olvidado el vacío que tenía en su estómago.

Como de costumbre, Lia se dirigió a la cocina donde encontró a su madre charlando con su abuela. La miró, su madre notó su presencia tan pronto como entró.

-¿Y este milagro?- El sarcasmo de Lía era evidente.

Su madre estaba acostumbrada a su comportamiento, podía leerla como un libro abierto con tan solo un vistazo. La comprendía en todo los aspectos pero no podía combatir la adolescencia de su hija.

-Tambien me da gusto de verte- Dijo su madre con una media sonrisa.

-No quiero escucharme grosera pero, ¿Porque estás aquí?- Lía le pregunto.

-Antes de que empieces, tengo una buena explicación para mi desagradable visita- Le aseguró su madre.

Lía cruzo sus brazos y dijo- Espero que esto sea bueno.

Su madre sabía que no la recibiría como ella hubiera querido, pero también que esperaba después de irrumpir en los planes de su hija sin previo aviso. Después de muchas discusiones tontas entre ellas, entendió que Lia quería un espacio aparte por un tiempo.

-Tus libros de amazon llegaron en la mañana- su madre le dijo.

-Cuantos?- Pregunto Lía.

-Todos.

-Ordene 5, ¿estás segura?- Lía le pregunto dudando.

Su madre procedió a sacar su teléfono y le mostró una captura donde todas las dudas de Lía desvanecieron.

Fue como si los ojos de Lia se abrieran una pulgada más. Instantáneamente dejó caer los brazos y su boca se curvó en una emocionante sonrisa.

-Te lo dije- Su mamá le guiño un ojo.

-¡Hubieras empezado de ahí de un principio!- Lía le dijo y se apresuró a empacar.

Había olvidado por completo lo feliz que estaba con sus abuelos, pero ese paquete de Amazon era su gran tesoro. Para ella era inevitable sentirse como se sentía en ese momento ya que la literatura era la única forma de escapar de su realidad.

Todos se admiraron de Lía al ver la como caricatura por la casa. Apresurada empaco su pequeña maleta pero parecía que todo sus pertenencias estaban escondidas por duendes.

-Eso no lo heredó de ti, dure un mes para lograr convencer te en que acabarás el libro de Pinocho- El abuelo comento sorprendido.

-No lo acabe, solo te dije eso para que me regresaras mis privilegios de salir- Dijo la mamá de Lía.

(Unas cuantas horas después)

-¿Porque no te los trajiste?- Lía pregunto al ver pasar la quinta vaca en el camino.

-Pues, esa era mi idea pero también te recuerdo que tienes un proyecto que acabar.

Lia se encogió de hombros en su asiento y soltó un suspiro exasperante.

-Entonces fue plan con maña- le dijo.

-No exactamente, creo que todo simplemente se acomodó como debería.

Lía prefirió agarrar su libro de su mochila en ves de continuar la conversación con su mamá. Una pequeña parte de ella seguía molesta pero tampoco quería ser cruel. Su madre sabía cómo se sentía y fuera como si intentaba renovar la relación entre ellas dos.

Eclesiastés 4:12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora