— Debemos hacer algo contra Bakugou, ¡ahora!, no podemos esperar más. — Dijo Denki.
Desde que Izuku murió, Bakugou después de años retomo el trono y no para bien.
Los cultivos ahora solo iban para él cenizo, los reinos sumisos bajo el miedo de la muerte, ahora ese monstruo que se sentaba en aquella silla de oro y plata se había comido al gruñón, pero de gran corazón Katsuki.
O tal vez solo fue un horrible monstruo y él corazón era Izuku... Pero él ya no estaba y los "rebeldes" tenían que poner las manos al fuego si querían hacer un intento para liberarse de su prisión encadenada.
— Pero... Si hacemos algo arriesgado la muerte de Shinsou abra sido en vano. — Dijo Asui, la de cabello verde empezaba a lagrimear al recordar la horrible muerte que paso ante sus ojos y tan imponente al no poder hacer algo al respecto.
Flash Back (3 días antes)
— Querías... ¿¡Envenenarme!? — El Bakugou se levantó de su asiento enfurecido, una llama de profunda ira rodeaba su cuerpo — ¡¿Cómo te atreves a internar matar a tu rey!?, serás... Decapitado. — Sentencio Katsuki. Con un chasquido apareció el guardia Shinsou, un chico de cabello morado con grandes ojeras por el excesivo trabajo que cargaba, los guardias ya no tenían descanso a menos que sea para comer y eso eran solo 10 minutos.
Shinsou, ya arto de la situación decide revelarse, en vez de cortar la cabeza del intento de envenenamiento, se levantó y corrió con su espada al cenizo.
Katsuki quien preparado solo saco un cuchillo y apartando la espada que se dirigía a su rostro clavo aquel objeto punzante en el pulmón del peli morado.
Al clavar su pulmón, el ojeroso chico ya no podía gritar, cayó al suelo en un silencio muy incómodo para la servidumbre. Katsuki solo sonrió al ver la cara de desesperación de su antiguo guardia, como se desangraba en silencio era la mejor parte.
Bakugou retomo la espada clavándola en la cara del peli morado... Giro una, dos, tres veces y esa anterior masa de carne a la que antes se llamaba rostro, ahora solo eran trozos de carne mutilados semejantes a la carne molida y toda la alfombra manchada de sangre. Lo siguiente fue descuartizar el cuerpo y lanzarlas por toda la habitación
— Que esto sea una lección. — tomo el cráneo del muerto y la exploto en sus manos.
Fin del Flash Back.
La habitación de los rebeldes quedó en un profundo silencio al recordar el fatídico día.
Aizawa, quien era el líder de esa pequeña rebelión ya tenía un plan, pero necesitaba la ayuda de todos y algunos sacrificios también...
Se acercó al centro de la mesa y empezó a hablar.
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Con Katsuki...
Él ceniza encontraba en su habitación, tan oscuro como su marchito corazón, los ojos carmín observaban con detenimiento el techo blanco, donde yacía una foto de Izuku el día de su boda.
El pecho de Katsuki se oprimió, tantos recuerdos felices llegaban a su mente, la única persona que en verdad cuido de él, el verdadero amor que expresaba el pecoso hacia el rubio.
Él corazón le dolía, las lágrimas de sus ojos rojos salían, el amor que tanto busco y al mismo tiempo lo perdió, su cuerpo empezaba a temblar en la oscura habitación, tan solitario, sin cariño o amor solo un profundo dolor en su interior.
En la gran cama matrimonial el solo se encontraba, enrollo las sabanas en su cuerpo que tan pequeño lo sentía, indefenso y patético.
La cama era tan grande... Su ser tan pequeño... Su insignificante vida sin alguien que lo ayudara a salir del abismo tan oscuro y profundo donde su ser se encontraba gritando desesperadamente por ayuda. Alguien que tendiera la mano y lo trate de sacar de esa pegajosa oscuridad que lo terminaba de consumir...
—Katsuki...—
¿Por qué lo seguía haciendo?...
—Déjame ir...—
Tanto dolor.
—Fue tu culpa—
Tan miserable e inútil ser.
—NO LOGRASTE PROTEGERME! —
Por favor... Acaben con el gran dolor que cargaba su corazón.
—Ya déjame ir... Te lo ruego, estoy de rodillas—
La piel de su amado cayo como costal al suelo, no podía parar de controlar al muerto para tratar de revivirlo.
Paso sus límites con su poder elemental.
Y si en un principio no tenía la suficiente salud mental. De donde sacaría la suficiente fuerza para...
Luchar.
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