(Advertencia: Capitulo corto. Temática de un recuerdo del pasado)
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Un castaño de ojos del mismo color, llamado Rody, mejor amigo de Izuku.
Ambos chicos en la tienda blanca, donde se alistaría Izuku para su boda con Katsuki, el hombre al cual ama con todo su corazón.
Izuku no sabía que Rody tenía sentimientos amorosos por él.
Mientras él castaño le ayudaba a ponerse él velo en su bello cabello verdoso acariciaba él rostro pecoso, la acción incómoda.
—¿Rody... ¿Qué haces? — pregunto curioso.
—Izuku yo...— El castaño suspiro con frustración, no podía arruinado la boda a su amado. —Mira hacia al frente, sal adelante, piensa que nadie podrá detenerte, vive tu vida se diferente, nunca pretendas gustarle a la gente, se cómo ese árbol que resiste el vendaval, se cómo esa roca que soporta las embestidas del mar. — Y sin más. Le dio un beso en los labios del más bajo.
Katsuki oía todo detrás de la puerta, al oír el chillido de Izuku lo hizo entrar en alerta y de una patada tumbo la puerta, encontrándose con una escena no tan bonita a sus ojos.
Su prometido se besaba con el mejor amigo, o no. Eso era imperdonable.
No podría describir la escena. Pero Katsuki no perdonó la vida del que decidió profanar lo labios del prometido. Izuku lloraba al ver el cuerpo sin vida en el suelo.
Él cenizo miraba al muerto sin resentimiento, contrajo en un abrazo a su amado, quien lo empujo y salió corriendo lejos.
Katsuki lleno de rabia pateo la cabeza del cadáver haciéndolo volar y chocar con la pared, dejando charcos de sangre por toda la habitación. Estaba muy claro que, sin él pecoso, él explosivo podía ser muy sanguinario.
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—VETE BAKUGOU! —
—Zuzu... De verdad lo siento, sabes de mi condición y sé que no es justificación, pero él... Te profano— Katsuki estaba muy arrepentido. Pero no por haber matado a aquel ser humano despreciable.
—...— Lo único que se oía eran los sollozos del pecoso, se notaba como quería ocultar sus lágrimas.
Al cenizo no le gustaba ver como su amado intentaba ocultar su tristeza y frustración —Nadie te impide llorar, nadie te impide caer cuando temas, nadie te impide gritar y reventar por dentro si llegan problemas. Pero recuerda que siempre tendrás personas que te cubre la capa y espada. — Katsuki intentaba consolar el pequeño corazón sensible de su prometido. —Tienes amigos, tienes familia, te tienes a ti no te falta de nada—
Izuku hablo —Atacar al que te hizo mal no sirve para sanarte, atacar al que no esta no va hacerte olvidarle. — Regaño al Bakugou.
Katsuki en un intento para hacerle recordar lo mucho que lo amaba, dijo sus votos matrimóniales —Tu eres quien a mí me hace soñar, tu eres quien a mí me hace palpitar, tu eres quien a mí me tiene loco—
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