Plática de seis

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Fuutarou:ha pasado tiempo... Chicas.

(No me digan nada, ya se que no parece pero este fue mi mejor intento de sacar al Fuutarou que imaginé, cabe resaltar que tampoco dibujo así que este es mi mejor intento, no pidan más que eso porque no lo voy a volver a redibujar)

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(No me digan nada, ya se que no parece pero este fue mi mejor intento de sacar al Fuutarou que imaginé, cabe resaltar que tampoco dibujo así que este es mi mejor intento, no pidan más que eso porque no lo voy a volver a redibujar)

Fueron las primeras palabras que ese joven les dedico después de muchos años.

Razón misma por la cuál dicha oración logró estremecer el corazón de cada una dando como resultado, una oleada de sentimientos que fuertemente golpeaba en sus adentros.

Miedo, andiedad, emoción, pena, tristeza y enojo, etc... Eran unas pocas de éstas.
Todas se arremolinaban en una interminable

Con un intenso calor que recorría por sus mejillas, las hermanas observaron ansiosas como su antiguo tutor, aquel a quien anelaron ver caminaba a paso firme y seguro ellas, aquel poso libre de dudas con el que atravesaba el lugar, esa seriedad que se desbordaba en sus ojos fijos en ellas, las hacía recordar fervientemente su tiempo de preparatoria.

Cuando el aún era su tutor privado y buscaba una manera de ayudarlas a realizar sus metas.

Cuando el impartía sus clases con ellas 5 como únicas estudiantes.

Se sentía como un sueño, más se alegraron al recordar que era la realidad.

No paso mucho antes que el hombre de cabello gris platinado detuviera su andar a un par de pasos de ellas sacándolas del pequeño trance en el que se hallaron e inconscientemente alzaron la mirada en busca de sus ojos, así confirmando también lo dicho por los comentaristas la noche anterior

Itsuki:(es más alto de lo que recuerdo) *penso la pelirroja con calidez*

Era justo cómo se dijo la noche anterior Uesugi Fuutarou había crecido en los últimos 8 años, mostrándose más robusto y peligroso que su anterior ser, sus ojos mostraban una fiereza tan voluminosa como un animal salvaje, su cuerpo pulido capas de competir con las mismas estatuas griegas se asentó en un baño de sudor por la rutina que aún no terminaba, pero por sobre todo... Lo que más resaltaba y recordaban de el, era esa bella sonrisa que enmascaraba todo de forma perfecta.

Esa sonrisa que era diferente a la que vieron la noche pasada y que una vez más solo les dedicaba a ellas por el momento.

Haciendo más complicadas las cosas, el fornido cuerpo de su ex-tutor se interpuso en el camino, causando un claro enojo interno en cada una por no poder mantenerse centradas, era notorio que sus ojos se quedaban en ese punto, por lo que dando un sutil respiro las Nakano voltearon a verlo topando se con su mirada.

Miku:(¿S-siempre fue así de varonil... o es reciente?) *Se preguntó la pelicastaña con un claro rubor*

Se dieron cuenta que el las estuvo viendo pero su sonrisa no se desvaneció, un tenue tinte carmín invadió las mejillas de las hermanas mientras a su vez notoriamente sentían como su corazón se aceleraba.

Go tōbun No Hanayome:Fukushu-sha No jirenmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora