El detective ya llevaba unos días investigando al ladrón de la máscara, pero era incapaz de encontrar información nueva sobre él. El sujeto aún no había hecho ningún movimiento. Pensó que tal vez debería esperar al fin de semana para que el ladrón moviera ficha.
Este caso era especialmente raro para Shuichi, que siempre solía tener casos simples, o por lo menos, simples para él.
Era muy bueno en lo que hacía, podía encargarse de los casos más difíciles y resolverlos con una facilidad fascinante.
Sin embargo, en este caso faltaban pistas, aunque el ladrón les dejara de sobra. Siempre dejaba recuerdos en cada uno de sus robos. Ya sea una de sus máscaras de payaso, una ficha de ajedrez, una carta de póker, o una hasta una nota diciendo dónde sería su próximo movimiento. Pero no, ninguno de los objetos tenía huellas o nada que se pudiera analizar, seguramente era porque, junto a su traje, también llevaba puestos guantes.
Cada vez dejaba más objetos, era como si quisiera dejárselo fácil a la policía.Shuichi estaba muy confundido, este ladrón estaba jugando con todo un cuerpo policial y nadie era capaz de hacer nada. Pero él cambiaría eso.
La dificultad y rareza de este caso llamaba la atención de Shuichi, nunca había visto nada igual y eso le era emocionante. Por esa razón, ha estado más tiempo pendiente del caso que de sus estudios, estaba un poco distraído.
Esto no le gustó mucho a sus profesores, pero simplemente era incapaz de concentrarse, siempre pensaba en ese caso, y cómo sería en ladrón de la máscara.Estaba pensativo en el metro de camino a sus clases, tanto, que no se dio cuenta de que alguien se había sentado a su lado hasta unos minutos después. Giró la mirada, pensando que se habría sentado allí su mejor amiga Kaede, pero en lugar de ella, vio un pequeño chico de pelo morado. Pudo reconocerle, ese chico iba con él a clase. El más bajo levantó la mirada de su teléfono al notar como alguien le miraba, haciendo contacto visual con el detective. Éste desvío la mirada rápidamente, no era su intención quedarse mirando a ese chico.
-¿Estás bien?
Shuichi se volvió a girar hacia el pelimorado, que le estaba mirando extrañado.
-S-si, lo siento...
El más bajo le analizó por un momento, y luego relajó su expresión, mostrando una pequeña sonrisa.
-Creo que te he visto antes...¿Eres ese chico detective?
-Oh- eh... Sí, trabajo como detective...
A Shuichi se le hacía raro que alguien le conociera por su trabajo, eso le dio un poco de seguridad. Le sonrió de vuelta al pelimorado y mantuvieron una pequeña conversación hasta que el metro les dejó en su parada, y fueron cada uno por su lado a pesar de que iban a la misma clase. Shuichi fue con Kaede, y ese chico se fue con otro de pelo verde. Shuichi pudo identificar al otro chico, su nombre era Rantaro, también le había visto antes. Sin embargo, no se acordaba del nombre del chico con el que acababa de mantener una conversación en el metro. Empezó a sentir curiosidad por ese chico, sentía como si le hubiera visto antes, no solo en las clases.
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Por su lado, el pequeño chico estaba feliz de haber hecho ese pequeño movimiento. Pensó que poco a poco podía entablar una relación con él. Le encantaba sentir la adrenalina de tener al lado al chico que le estaba investigando.
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Al llegar a su oficina esa noche, Shuichi encontró algo inusual. Tenía una nota encima de su mesa, que decía lo siguiente:
"¿Te falta información, detective?
Esta noche haré algo especial en tu honor.
Te gustan los cuadros, verdad detective?"Shuichi se quedó mirando la nota, estaba escrita a mano, era una letra muy bonita y cursiva, escrita con tinta. No hacía falta ser un detective para saber de quién era la carta, así que se apresuró a pensar dónde sería el siguiente atraco.
Obviamente, tendría que ver con cuadros, y buscó información sobre ellos lo más rápido que pudo. Encontró que habría una exposición de cuadros esa noche, y la mayoría serían cuadros caros. Avisó a todo el cuerpo policial, para tener allí extra de protección. Le dijeron que él también tendría que ir personalmente a aquella galería de arte.De todos modos Shuichi quería ir, quería ver a ese ladrón de cerca si le era posible.
Estaban a contrarreloj, esa exposición abriría en cuestión de media hora, así que se disponían a dirigirse a ese lugar en varios coches, todos ellos llenos de policías y detectives.
Shuichi seguía pensando en esa carta. Tenía el presentimiento de que iba dirigida especialmente a él, notaba algo raro, como si se estuviera equivocando.
El detective ya había estado antes en ese museo, y es verdad que le gustó mucho, ¿Sería por eso por lo que le mandó esa carta el ladrón? ¿Y cómo sabía eso? ¿Es que le estaba espiando?
No tuvo tiempo de preguntarse más cosas, pues ya habían llegado al museo, a punto de que la exposición empezase. Todo el cuerpo policial se dispersó por el lugar, intentando prevenir el robo y capturar al ladrón.
Después de mirar unos minutos, Shuichi fue a su parte favorita de la exposición en la que estuvo la otra vez, una parte en la que había un cuadro precioso, en el que aparecían dibujados a óleo un campo de girasoles.Estuvieron un tiempo sin ver nada fuera de lo común, hasta que de repente, se fue la luz. Hubo un apagón general en todo el vecindario, y hubo un alboroto entre la gente, que había entrado en pánico. Entre todo el sonido de gritos, no se escuchó nada fuera de lo común, aparte de un gran estruendo por un momento.
Todo se terminó en apenas un minuto, todo pasó muy rápido, y cuando las luces volvieron, uno de los cuadros había desaparecido. Específicamente, el cuadro de girasoles favorito de Shuichi, que se encontraba justo en frente de él hace un momento. Eso significaba que el ladrón había estado delante de él en la oscuridad y no lo sabía.
Esto desconcertó a Shuichi, y en ese momento, recordó la nota. Sabía que seguramente sería una mala idea, pero tenía que intentarlo, era como si se estuviera moviendo por instinto.
Salió corriendo del concurrido lugar, para dirigirse a uno de los coches de policía. No tenía licencia de conducir, y no era mayor de edad, pero tomaba esto como una emergencia, así que empezó a conducir todo lo rápido que pudo, tratando de no violar las normas de conducción. Pronto salió de la ciudad, y se acercó a ese campo de girasoles.
Por la noche, de veía lúgubre, no vivo y hermoso como se solía ver de día. Bajó del coche y empezó a caminar entre girasoles. Algo le llamó la atención estando campo adentro. Sentía la mirada de alguien. Se dió la vuelta, sólo para ver una figura humana encima del coche en el que Shuichi había venido. Estaba a contra luz de la luna, lo que permitía ver su capa ondeante con facilidad. Tenía a su lado el cuadro, que era más o menos de su tamaño. Tenía puesta su máscara y traje, que, pese a que estuviera oscuro, se podían notar que ambos eran blancos. Era incapaz de moverse, se quedó plasmado mirando esa silueta. El ladrón le estaba mirando a los ojos como el detective estaba haciendo con él. Poco después, el ladrón saltó del coche en el que se encontraba, lo que permitió a Shuichi reaccionar. Empezando a correr entre los girasoles, pero cuando llegó, había desaparecido. El ladrón, y también el coche.
En su lugar, había una máscara de payaso en el suelo. La recogió y pudo ver que había otra nota debajo de la máscara."Veo que entendiste la nota, ¡Muy bien detective! Chico listo!
Sin embargo, no me pillaste...1-0, voy ganando detective"
Saihara miró la nota con incredulidad. Ya sabía a qué se referían los informes al decir que estaba jugando con ellos.
Pero ahora, más importante, ¿Cómo volvería a casa?
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1408 palabras
SIENTO MUCHO NO ACTUALIZAR! Pero he estado muy ocupada, y aunque me entraban ganas de escribir, no veía el momento. Lo siento mucho, y trataré de actualizar más seguido
Gracias por el apoyo que me dais pese a los inconvenientes que estoy teniendo con las historias, muchas gracias ~
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El ladrón sin rostro - Saioma
Roman pour AdolescentsEl joven detective Shuichi Saihara es asignado con uno de los casos más difíciles que se están llevando a cabo. Es un ladrón capaz de robar todo tipo de objetos, sin nunca ser atrapado. Mientras, el ladrón desarrolla un fuerte interés hacia este de...