Primero fue la confusión.
Luego... El dolor.
El dolor rápidamente se transformo en miedo.
Y finalmente... Llego el horror.
Las memorias de ese fatídico día en el que lo perdió todo siempre volvían, como si formaran parte de la corrupción que lo afligía. Era doloroso, cruel; pero por sobre todo lo demás, muy agotador.
Habian transcurrido años desde entonces. Y en todos esos años llenos de locura y sufrimiento... No podía recordar cuando fue la ultima vez que había tenido un sueño apacible.
Era una tortura.
Una tortura que trataba desesperadamente de hacer desaparecer la poca cordura que le quedaba.
Una de la cual no podía escapar.
Un castigo que se le fue impuesto por el mismísimo universo, por haber roto una regla que se suponía que era imposible romper.
Una hazaña legendaria que nunca antes había sido documentada en ninguna religión. Y que tampoco aparecía los libros de historia.
Y con esa hazaña, se gano su titulo.
Un titulo que solo le pertenecía a el.
Un titulo que sembraba el terror entre sus adversarios.
Un titulo... El cual se convirtió en su maldición.
"El asesino de dioses"
...
Su brazo dolía.
Las grietas horrorosamente dispersas sobre su pálida piel se apoderaron de casi todo su brazo derecho. Y el verde neón que las recorría entremedio no hacían mas que quemarlo por dentro.
Para su fortuna, el dolor era constante. Como si tuviera decenas de agujas insertadas dentro de su carne, las cuales no podía quitarse.
Su mente estaba agotada.
Incluso en sus sueños podía sentirlo. El dolor lo perseguía sin descanso, incluso cuando no estaba consciente.
Lo mantenía atento. Completamente paranoico de todo lo que hubiera a su alrededor.
Incluso el cambio de dirección de la brisa del viento.
Ningún detalle se le escapaba.
Y aun así, el... Dormía.
Totalmente consciente de que siempre iba a ser el mismo sueño. Un recuerdo.
Muy real. Tan real como aquella vez que lo vivió en carne propia.
El contrato, la persecución. Habian logrado acorralarla.
Y cuando finalmente llegaba el momento en el que su vida estaba a punto de ser arruinada por aquella deidad tramposa que lo observaba con una sonrisa lupina, el despertaba.
Agitado y con la mirada inquieta.
Androxus había tenido una pesadilla.
Otra vez.
Mirando a su alrededor, la realidad lo golpeo al igual que un balde de agua fría.
Luego gruño con resignación y se levanto del suelo, tronándose el cuello y la espalda por haber dormido apoyado sobre una pared.
Y finalmente, tratando de obtener el mas mínimo sentimiento de orientación, observo con detenimiento su entorno.
Estaba en un lugar alto.
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Androxus: "El asesino de dioses"
Fiksi PenggemarLa historia se centra en Androxus, un ex miembro de una honorable orden de justicieros dedicados a atrapar criminales peligrosos y entes que amenazan con alterar el orden natural. Tras aceptar su ultimo caso y terminar confrontando a una entidad qu...