Hoy la casa parecía más oscura de lo habitual. Puede ser que el dolor en el pecho hiciera que fuese mayor la oscuridad, no lo sé. Dejé las cosas en el suelo, me deshice de mi chaqueta y caminé hasta el comedor. Años atrás siempre me había parecido acogedor, cálido, familiar, pero hoy parecía que no quería acogerme en su calor y brindarme consuelo. La madera parecía más oscura de lo que nunca lo había parecido.
Me acerqué al sofá rojo y me senté en el suelo, recostando mi dolorida espalda en el mueble. Atraje las piernas a mi pecha y las rodee con mis brazos. Tenia la esperanza de que así el dolor desapareciese, no sucedió.
La felicidad de hace dos semanas era insistente, no quería recordar ese sentimiento, sabia que me torturaría más y rompería las partes que aún quedaban de mi misma. Pero no era fácil no compararlas. Al final no pude contenerme y las comparé. Comencé a llorar desesperadamente, quise evitarlo, no puede, fracasé como parecía que lo había hecho en todo. Para mi propio consuelo le eche la culpa a las hormonas, solo eran ellas las que me hacían llorar, no había otra razón, no me podía haber dolido tanto.
Sabia que no pensar en eso no haría que me doliese menos, por lo que mi cabeza se lleno de preguntas... Me imaginé una sombra de mi misma preguntándomelas...
"Porqué?" Ojala lo supiese.
"Cómo no me di cuenta? tan ingenia soy?" No ha estado raro estas semanas... se alegró con la noticia... dijo que estaba contento. Hasta ha comprado ya la cuna.
"Qué voy ha hacer?" no quiero quedarme.
"Él tiene la culpa!" no... el no lo ha podido evitar...
"Podía haber sido sincero. Traidor." Eso... es cierto.
"Él no lo hubiera hecho."
Me quedé estática, hacia tiempo que no pensaba en eso, o al menos lo había intentando, ahora parecía que me había estado engañando todo este tiempo. Era difícil. Echaba de menos el frio de su mano, que me generaba un escalofrió, su voz terciopelada, sus brazos, que todo y ser duros como la roca fácilmente se acomodaban al rededor de mi cuerpo, como se quedaba en mi habitación en las noches, y cuando despertaba en medio de la noche me confortaba con mi nana. Siempre le había echado de menos, nunca he querido admitirlo.
Una parte de mi siempre se sintió mal por Jacob, le había jurado que ya era agua pasada, que no era nada ahora, que estaba superado, pero lo he seguido recordando, por cualquier citación o objeto. Un piano, la ventana de mi antigua habitación de Charlie, cualquier queja sobre mi viejo coche y su poca velocidad... Eso ultimo me sacó una sonrisa... El recuerdo de sus quejas y insinuaciones sobre comprar un coche nuevo, óvidamente de su dinero, y mis negativas sobre el tema le sacaban de quicio. La carcajada que brotó de mi garganta al recordar sus caras de indignación y de haber perdido la batalla me hicieron gracia, el sonido fue limpio y se me quedó la sonrisa pegada a las mejillas.
Fue en ese momento que me percaté de un detalle, el dolor actual no se podía comparar al dolor que me dejó él con su marcha. No sentía como las partes de mi cuerpo se separaban e yo intentaba mantenerlas juntas, la presión de el pecho no era tanta que no me dejaba respirar y las ganas de llorar eran aguantables, no sentía que me ahogaba.
¿Era posible que no quise tanto a el padre de mi futura hijo, como lo había hecho y... hago... de ese viejo vampiro?

ESTÁS LEYENDO
Vueles a ser tú.
FanfictionEn eclipse, Bella no elige a Edward, su supuesto amor por Jacob la confunde, y hace que elija al lobo. Tiempo después vería como el que juraba un amor superior a todo lo existente y tan fácil como respirar, acaba rompiendo su promesa y encuentra a s...