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CONSUELO CARRERA

Otro día, me desperté con dolor de cabeza y mucho calor, a pesar de que hacia frío, sentía muchísimo dolor en el cuerpo, no puede ser...
Fui directo a buscar un termómetro y me di cuenta que estaba sola en casa.
Me tomé la fiebre, tenía 38, bastante alta, así que me fui a acostar otra vez, decidí mandarle un mensaje a Iván.

Cielo 💕

Hola corazón, ¿Todo bien?

Hola mi vida, bien bien.

¿Pasa algo?

Digo

Casi nunca me escribís a estas horas.

¿Está todo bien?

Sisi, todo bien, te quería decir
Que estoy con fiebre nomás.

Nada grave igual

¿Cuanto tenés?

38,7 creo q era

Yendo no, llegando.

Me reí sin entender a lo que se refería.
Me sentía decaída, tenía mucho calor y los ojos me ardían, sinceramente no tenía ganas de hacer nada.
Pasaron unos minutos y escuché la puerta abrirse, cagué acá me roban hasta los pecados.

-¡Consu! —me tranquilicé, era Iván

Sonreí al ver que se había preocupado y había venido hasta la casa solo para ver cómo estaba.
Le hablé desde la habitación, para q supiera donde estaba. Normalmente siempre lo recibía cuando el llegaba de trabajar, pero hoy no podía ni levantarme de la cama.

-¿Cómo estás, Consu? —preguntó entrando y sentándose a mi lado

-Con fiebre, quiero dormirme la vida entera —dije cerrando los ojos

E

scuché su risa y sentí como se recostaba a mi lado y me abrazaba, me sentía tranquila, sentía que estaba en mi lugar seguro. Si una cosa tenía clara era que quería pasar toda mi vida junto a este chabón, quería escuchar SU risa todos los días y que sea el quien reciba mi cariño.
Me volví a dormir y desperté a las 13:27, los tres estaban mirando como dormía, el primero en acercarse y abrazarme fue Ian

-Ay ma, me asustaste, pensé que estabas muerta —me miró preocupado

Yo lo abracé y me di vuelta, haciendo que el cayera en la cama aún abrazado a mi.

-Ay hijo, falta mucho para eso —le hice unos mimos  y hablé — Vengan ustedes también, vamos a dormirnos una siesta

Volví a cerrar los ojos y escuché la voz de Aixa

-Pero mami, te despertaste recién

Abrí los ojos sorprendida y me voltee a verla, Iván parecía estar igual de sorprendido que yo. Enseguida me levanté con mis pocas fuerzas y la abracé, no me esperaba que ella me vea como una figura materna, sino más como una tía.
Y en el momento menos esperado ya tenía mi propia familia, había pasado de ser la nena de 19 que era cuidada por su hermano mayor a ser madre de un hermoso nene y una nena divina y novia de un chabón que me trata como reina, no podía pedir más que esto. Finalmente era feliz.
Sonreía a más no poder, estábamos los cuatro acostados y abrazados viendo una película de piratas, las favoritas de Ian, en silencio.
Un mareo extraño y unas ganas de vomitar lo poco que comí me llevaron hasta el baño. Alguien golpeaba la puerta, era Iván. Me cepillé los dientes y salí del baño como si nada.

-¿Estas bien? —me agarró de los hombros

-Si amor, tranquilo —le sonreí, no era la primera vez que esto pasaba

Volvimos a la cama y así estuvimos todo el tiempo, a la hora de la cena Iván cocinó para los nenes y cenamos todos juntos en la habitación.
Al rededor de las 21:50 ya estábamos todos durmiendo.




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Un capítulo un poco corto

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