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Dos años después del atentado de Tenjiku
04-03-2008
Pov omnisciente:
La habitación de aquel departamento en Roppongui era iluminada por ligeros rayos de luz, estos llegaban por la gran ventana que se encontraba al lado de la cama de la joven que dormía en esta.
El día, a pesar de estar un poco nublado, era cálido, la respiración suave retumbaba en el dormitorio junto a los sonidos provenientes fuera de la habitación.
La puerta rechinó un poco mientras era abierta y un joven se asomaba por la pequeña rendija que había hecho, al ver a la chica aún dormida entró con cuidado, tratando de no despertarla de manera brusca con el sonido de sus pasos, caminó hasta llegar al borde de la cama y la movió suavemente.
—¿Sigues dormida a esta hora? ¿no te vas a despertar?
La joven solo se limito a entre abrir los ojos para ver a la persona que tenía a su lado, parpadear un poco, y volver a taparse de pies a cabeza.
—Entonces me vas a ignorar
Al oír eso, la chica no tuvo reacción inmediata, se quejó un poco y levantó la mirada junto a su cuerpo para recargarse en el hombro de la persona que tenía a su lado.
—Solo déjame terminar de despertarme...—Susurró y bostezó parpadeando ocasionalmente.
—Dejame pensarlo... No.
La tomó de la cintura para colocarla en su espalda y cargarla, recibiendo pequeños quejidos de la contraria.
Salieron de la habitación y bajaron las escaleras hacia el primer piso donde se encontraban los hermanos de la menor.
—Ves, te dije que era mala idea que él la despertara, sus medidas son raras—Replicó el mayor.
—Igual si no iba él no se despertaría en horas— Aclaró el menor.
Él joven que cargaba a la menor se dirigió a un sillón y la dejo ahí con poco cuidado, la chica desaliñada y con un poco de baba en su mejilla se estiró reposando en este sin abrir los ojos del todo.
—No juzguen como lo hago, soy más eficiente que ustedes— Sanzu expresó quejándose.
—Relajate Rapunzel, solo bromeamos ¿o no Rin?— El mayor soltó una risa nasal
—Claro Ran, porque nos reiriamos de él— Rindou sonrió en voz baja.
—Dejen de ser groseros— Ren se talló los ojos mientras se sentaba en el sofá.
—No somos groseros, solo decimos la verdad— Ran se encogió de hombros.
Su hermana suspiró y se levantó, caminó hacia el baño encerrándose en este, mientras ella se haceaba sus hermanos y amigo veían el televisor haciendo comentarios sobre el programa, que más que comentarios eran críticas. Rato después la menor salió del baño y subió a su habitación para cambiarse la pijama.
