𝐄𝐀𝐂𝐃𝐋𝐅 | Ahora, en esa camilla lucía como un fantasma de lo que un día fue un hombre admirable. Dios sabe que no agradezco su ceguera casi absoluta, pero me tranquilizaba ligeramente el saber que no era consciente de la tristeza que llenaba mi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La expresión en el rostro de Jumin confirmó mis sospechas, él ya lo sabía. Por supuesto que debía saberlo, era su mejor amigo después de todo. Si por Jumin hubiera sido, habrían operado los ojos de V de inmediato.
—¿Cómo es posible que prefiera perder su vista? ¡Es tan tonto de su parte!
Quería entenderlo, de verdad deseaba poder hacerlo, pero no podía hacerlo.
Vi como Jumin se tomó un momento para responder un pelín sorprendido por mi arrebato. Tenía la impresión de que me estaba volviendo demasiado emocional.
—Si he de ser franco —comenzó a decir—, también pienso que es una decisión absurda e irracional. Pero como verás, no puedo decidir por él.
Tan locuaz como siempre, podía observar en la tensión de su mandíbula y como sus palabras se escapaban duras y desgastadas de su boca, era muy probable que el tema fuera protagonista de algunas discusiones entre él y V. Jumin era un buen amigo, no existía ni atisbo de duda en mí al respecto, así que comprendía su impotencia en recibir negativas de alguien tan importante para él.
—Pero, no vamos a quedarnos de brazos cruzados—dije con voz trémula—. Vamos a hacer algo, ¿verdad?
Imaginar a V sin su vista era como pensar en Zen sin su preciosa voz, Yoosung sin su sonrisa brillante... Toda su vida estaba en apreciar la belleza del mundo, iba a dejar ir todo ello para castigarse a sí mismo. Era muy cruel.
Contario a mis lúgubres pensamientos, Jumin me sonrió levemente.
—Es por eso que cuento contigo.
Desconozco si tengo el poder para ayudar a V, pero si estaba en mis manos, trabajaría duro por ello.
—Me alegra escuchar eso, también quiero que él esté bien.
Él asintió de acuerdo.
—Eres una buena amiga, Suni.
Vaya, eso no es lo que esperaba.
—No sabía que me considerabas una amiga.
Un surco se formó con sus cejas. Su expresión era un poco adorable a decir verdad.
—Aunque te conocimos de una manera peculiar, te considero una amiga—dijo él con la seriedad que solo él podía portar—. Has demostrado ser una persona digna de confianza. Lamento si no lo expresé apropiadamente.
—Está bien —le sonreí y le resté importancia con un ademán de manos—. Ahora, ¿qué haremos para persuadir a V?
❁ ❁ ❁
Ella era de verdad hermosa, como una muñeca de porcelana, delicada, brillante y perfecta para ser admirada, pero cuando la veías de cerca podías notar el pasar de los años en ella, todas esas grietas formándose. Esa era Rika, una muñeca bonita y rota.
