Ella no me extraña, ella sonríe en otro sitio.
Se recarga en otro hombro, ya no en el mío.
No me extraña ni me piensa antes de dormir. Mi nombre no visita su mente.
Tal vez yo tenga un poco de culpa, tal vez debí esforzarme más para que su corazón vibrara al tenerme cerca. Ella vive aún en mí, pero yo ya no en ella. No me extraña, no me recuerda.
Sus manos ya encontraron otras y se sujetan con fuerza y yo cada día más hundido, sin poder encontrar el motivo para estar bien.
No pude incrustarme en su corazón, no pude hacer casita en su mente,
¡vaya mala suerte!, ella construyó en mí una ciudad que lleva su nombre.
La llevo en todos lados y ella... ella no me extraña.
Y yo no dejo de pensarle, de soñarle, de quererle, de extrañarle.
- Víctor Hernández
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Con El Alma - Poemario
PoesíaDías de sol alumbrando directo a mi rostro. El amor se siente, pero también se puede leer. Un cachito de felicidad también se puede hallar en los ojos que no se borran de la mente. Porque hay veces en las que el amor se disfraza de poesía y un poema...
