Capítulo 2

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¿Estaría bien llamar al 911?, no, lo tratarían de idiota.

¿A sus padres?, no, lo regañarían y vendrían a Seúl en menos de lo que aúlla un lobo.

¿Sus amigos?, no, que vergüenza.

Yeonjun solo podía ver desde la esquina de su cuarto como el omega se refregaba contra sus cobijas, gimiendo y embriagandose con el aroma de su almohada mientras lo llamaba.

No es por nada, pero tenia una percha de ropa puesta en su nariz, ya que no quería ser nada indebido con el hermoso Omega, pero tenia que hacerle un par de preguntas y su lado más cordial, que aún seguía despierto para controlar la situación, prefería respetar a la persona que estaba sufriendo en su cama y no tocarla.

-¿C-Cómo te llamas? -empezó con el interrogatorio subiendo un poco la voz para que sea escuchado.

-Kai, K-Kai Kamal-¡Ahg!, ¡por dios, follame!...

Bien, esto será difícil.

-No lo hare, no estas pensando con claridad y muy posiblemente el día de mañana te arrepentirás de todo lo que estas pidiendo. -dijo rápidamente entre nervioso y acalorado, que a pesar de tener bloqueado su sistema respiratorio con una simple percha, las feromonas del Omega eran mucho más fuertes de lo que se podría imaginar.

El Omega rodo lo ojos aun refregando su erección con la almohada del chico bajo las cobijas, algo dentro de el agradecía no haberse cruzado con uno de esos típicos Alfas que ya lo hubieran violado en su estado de celo, pero tuvo la suerte de cruzarse a uno como el chico escondido en la esquina de su propio cuarto.

Y eso por alguna extraña razón lo encendía aun más.

Pero además de eso, el aroma del Alfa era tan exquisito, lo podía oler en las cobijas y cuando sus fosas nasales fueron invadidas por la menta con chocolate amargo, fue una explosión en su interior por lo que no evito dejar salir más de su lubricante natural por su entrada, era un aroma que jamás olio en su vida y que lo llenaba de calma como a la vez que lo excitaba.

Talvez su lado consiente no quería tener sexo con un extraño, pero justamente ese chico timido pelirosa con ropa de chica era todo lo que necesitaba ahora y vaya que se cagaria en sus propias palabras cuando juro no estar con ningún Alfa hasta la muerte después de lo que vivió, pero no, mírenlo ahora, rogando por la polla de ese chico nervioso pegado en una esquinita del cuarto.

Saco su cabeza de las cobijas y miro fijamente al Alfa que se tenso al instante en el que sus ojos se conectaron, dándole una corriente eléctrica a ambos cuerpos que sin poder evitarlo jadearon.

Hueningkai fijo su mirada hacia un costado de la habitación, más específicamente a su lado en la mesita de luz, donde había un cuadro familiar de tres personas con su respectivos nombres y solo pudo reconocer quien era el pelirosa.

Por eso sonrió de manera traviesa y como si las cobijas quemaran, se las saco de un solo tirón, dejándose ver solo con su remera, la única prenda que tenia puesta, ya que las demás se las fue sacando cuando se estuvo frotando contra ellas a penas fue depositado en la cama.

-Yeonjun...

Oh, mierda.

-¿E-En que momento... Qué?, dios, debó mantener la calma. -intento contar hasta diez mentalmente.

-A-Alfa. -no sabia si reír o morir de ternura al ver lo que tenia el mencionado en la nariz. -¿En q-que momento te pusiste ese broche..?

-A-Apenas nos conocemos, H-Hueningkai. -intento buscar una escusa, pues quería ayudar al Omega pero no de esa forma. -¿Dónde vives? d-digo... así te llevo a tu casa y-...

𝑊𝑜𝑛𝑑𝑒𝑟 - 𝑌𝑒𝑜𝑛𝑘𝑎𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora