La presa

952 85 5
                                    

KYNIGÓS

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel.

Pareja: Stony, Winterwidow, otros por ahí.

Derechos: a ser libres como el viento.

Advertencias: esta es una historia AU, es decir, aquí no hay poderes ni super héroes ni cosas así. Hay un tanto de misterio, suspenso del bueno, con un poco de thriller para más placer. Tendremos escenas no muy agradables y situaciones incómodas, sobre aviso no hay engaño que luego me andan regañando por cosas que ya advertimos aquí, por algo se llaman advertencias. Una historia de encargo.

"Kynigós", palabra griega para cazador.

Gracias por leerme.


**********


La presa.


Si pinto de oscuro mis pestañas
y los ojos más brillantes
y mis labios más púrpura,
o pregunte si me veo hermosa
de reflejo en reflejo,
no será un gesto de vanidad:
estoy buscando el rostro que tuve
antes que el mundo fuera hecho.

¿Y qué tal si lo que busco es un hombre
para que fuese mi amado,
y mi sangre fuese al mismo tiempo fría,
y mi corazón insensible?
¿Por qué él debería pensar que soy cruel
o que ha sido traicionado?
Yo haré que ame la cosa que era
antes de que el mundo fuera hecho.

Antes de que el mundo fuera hecho, W.B. Yeats.



Fundación María Stark

Cena de gala.

Nueva York, Estados Unidos.



Las luces y flashes dejaron momentáneamente deslumbrado a Steve Rogers, sonriendo diplomático mientras revisaban su invitación, dejándolo pasar al gran salón donde estaba llevándose a cabo la cena con motivo de donaciones que la Fundación María Stark organizaba cada año. Había decidido asistir por consejo de su amigo James Barnes, quien le dijo que era bueno para su salud el codearse con la crema y nata de Nueva York siendo un militar retirado con condecoraciones y honores por su servicio durante la guerra en Medio Oriente. Había recibido una bala que le atravesó un pulmón y por nada estuvo a punto de morir, pero la vida lo quería de vuelta, ya no siendo el flamante capitán del cuerpo de los marines, pero sí como un buen ciudadano que todavía tenía mucho por dar.

Steve había recibido sus medallas en la Casa Blanca, luego más honores con los marines y una que otra entrevista de rigor por su caso extraordinario. Cuando la fama lo dejó en paz, es que decidió buscar algo qué hacer con su vida, su pensión le daba para estar cómodo, pero estar quieto no era lo suyo. Ya había probado suerte con algunas distracciones que no funcionaron, lo que más le había atraído era la pintura, solo que no llenaba los vacíos que sentía por las noches y algunas mañanas mientras desayunaba en una mesa a solas, escuchando la televisión o leyendo algunos mensajes de James buscando animarlo. Era duro el retirarse por una herida así, no poder seguir sirviendo a su país. Fue entre esos mensajes que su amigo le habló sobre la cena de gala, siendo una suerte de héroe le abrirían las puertas pues la Fundación los apoyaba y patrocinaba.

Así que ahí estaba, en medio de gente que no conocía, sonriendo porque no supo qué otra cosa hacer mientras pensaba cómo haría para entablar charlas con perfectos extraños. Caminando por entre los grupos de personas elegantemente vestidos luciendo sus costosas joyas o relojes con incrustaciones de oro, es que vio entre tantos rostros diferentes uno que se le hizo extraño por ser tan joven. De cabellos castaños, ojos color chocolate y una risa contagiosa lo dejaron embobado, cuestionándose por primera vez en su vida quién podría parecerle lo suficientemente atractivo para abrirse paso entre toda la gente, plantarse frente a ese joven quien lo miró con curiosidad y extenderle una mano segura.

KYNIGÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora