El cebo

334 56 6
                                    

KYNIGÓS

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel.

Pareja: Stony, Winterwidow, otros por ahí.

Derechos: a ser libres como el viento.

Advertencias: esta es una historia AU, es decir, aquí no hay poderes ni super héroes ni cosas así. Hay un tanto de misterio, suspenso del bueno, con un poco de thriller para más placer. Tendremos escenas no muy agradables y situaciones incómodas, sobre aviso no hay engaño que luego me andan regañando por cosas que ya advertimos aquí, por algo se llaman advertencias. Una historia de encargo.

"Kynigós", palabra griega para cazador.

Gracias por leerme.


**********


El cebo.


Si así no fue, ¿qué le sucedió
a mi corazón cuando te vi?
A la alcoba traje un corazón,
pero de ella emergí vacío, desolado.
Si contigo hubiera ido, sé
que a tu corazón el mío le habría enseñado
la compasión.
Pero, ¡ay!, Amor, de una herida lacerante la felicidad
se ha quebrado.

El corazón roto, John Donne.



Bangor, Maine.



Tony se detuvo, sentándose en una banca para descansar un poco, apreciando como nunca el cansancio en sus piernas luego de la carrera matutina buscando sacar todos esos malos humores acumulados durante los últimos días. Los niños seguían con la abuela Rogers, le enviaban mensajes o videos diarios, muy astutamente evadiendo el tema sobre su estado, seguramente por Sarah o por Steve, con quien recientemente no se hablaba. El millonario había optado por aislarse, de cierta forma, había enviado un aviso a Pepper de que apagaría su celular para no recibir llamadas ni mensajes de nadie, tampoco estaría conectado por un tiempo, quería estar alejado de todo eso. Se limpió el sudor con la manga de su sudadera, pensando en si acaso todos habían tenido razón sobre su locura.

O no.

Acordó con Steve que solamente el rubio sería quien respondería las llamadas del teléfono de casa, así como del timbre o de la mensajería. Tomó otra habitación porque ya no quiso estar con el capitán, ofendido porque no le creía, otro tanto por haber enviado a los niños con la abuela, si bien aceptó que fue una buena idea para que no lo vieran en ese estado. De momento se sentía mejor, con el ejercicio matutino su mente estaba más clara, pensando mejor sobre sí mismo con todo y que le dolía lo que había sucedido en Halloween, no tanto porque hubiera hecho el ridículo pateando un muñeco frente a todos los vecinos, sino por haber puesto en ridículo a sus hijos sin un auténtico motivo. De no haber sido por la oportunidad intervención de Armand que desvió la atención de la caravana, todavía sería la comidilla de Bangor hasta Navidad.

El castaño se talló su rostro, inclinándose al dejar caer su cabeza entre sus hombros con sus codos apoyados sobre sus rodillas, cerrando por unos minutos sus ojos. Desde que había hecho eso, las aparentes llamadas acosadoras se habían terminado. Bien podía ser porque había detenido su proyecto y no funcionaba ahora o porque quien estuviera tras él estaba al tanto de la vigilancia que ahora tenía sobre su persona. No quiso pensar mucho en ello, era volver a caer en ese estado de locura nada sano, tenía que volver a ser él mismo, el gran Tony Stark.

KYNIGÓSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora