Cruda verdad [DL]

Capítulo 5

"Oh, vamos Sumi~" se escuchó una voz algo empalagosa detrás de camara.

¿Karl?

"Dije basta." La elegante mujer mandó una mirada afilada detrás de la cámara.

Se escuchó varios quejidos por parte de Tougo, hasta que la pantalla se puso en negro.

¿Karl tiene alguna conexión con esa mujer?

A los segundos siguientes el televisor volvió a mostrar imágenes, está vez mostrando como Tougo sonreía bobo mientras miraba a Sumi.

"Oye Karl, cierra un poco la boca, ¿quieres?" Habló el que sostenía la cámara, un hombre sin dudas.

Karl rodó los ojos y compuso su postura. Esto trajo la atención de Sumi, la cual estaba leyendo un libro tranquilamente.

"Tonto" dejó salir fríamente mientras se levantaba y se iba sin más.

"La hiciste enojar al parecer." Dijo la voz burlona detrás de camaras.

"No entiendo porqué me ignora. Dime, ¿no soy atractivo?" Preguntó lástimero.

"Supongo que no eres su tipo. Ya supéralo" la voz detrás de camaras le dió unas palmadas en la espalda, aún sin dejar ver el rostro.

"Supongo que tienes razón..."

La pantalla nuevamente se puso en negro.

"Interesante..."  Habló Reiji para si mismo.

Esa mujer sin dudas era el cadáver que tenía en su laboratorio. Era hermosa, admitió. Cabello azul oscuro, ojos negros y afilados, piel blanca como el jade, labios delgados y color cerezo, y era tan refinada que sin dudas pertenecía a la alta clase.

Pero la incógnita seguía a pie. ¿Quién era?

¿Por qué se le hacía tan familiar?

Reiji decidió dejar los vídeos por un momento y fué a ver el cadáver inerte que tenía. Cuando entró al laboratorio lo vió, y una idea pasó por su cabeza. Se puso los guantes blancos, agarró una aguja, bisturí y tijeras, fué a traer las extremidades faltantes y con delicadeza fué colocando cada extremo en su lugar correspondiente. Finalmente luego de unas horas, el cadáver estaba reconstruido. Claro, se veía como un mounstro por tantas cortaduras y piel faltante, pero al menos ya estaba completo.

Reiji asintió satisfecho, precedió a limpiar el cadáver nuevamente, más sin embargo está vez usó químicos.

Luego de unos momentos Reiji ya había terminado.

Decidió ir a ver el diario que se encontraba en esas sucias cajas, aún tenía curiosidad por el.

Al llegar al lugar, agarró el diario con elegancia y procedió a leerlo calmadamente.

[Desde hace meses eh querido resolver una incógnita que surge de mi mente, ¿es posible traer vida al muerto? Eh estado experimentando mucho con los tontos humanos, más sin embargo todos mis intentos resultaron negativos. Al parecer, está fuerza no es de química]

¿También a está mujer se le ocurrió lo mismo que a él?

[Luego de varios intentos fallidos y de suma investigación; llegué a la conclusión más nefasta posible: el muerto muerto está, más sin embargo puedes comunicarte con él. Creé una matriz que se activa con lazos sanguíneos de la persona a la cual quieres comunicar, más sin embargo esto no es tan fácil como se ve]

La siguiente página no estaba, al parecer alguien la arranco. Reiji estaba muy extasiado, esa mujer resolvió todas sus dudas. Es admirable. Reiji quería encontrar la siguiente página a toda costa, y talvez las otras cintas tengan alguna pista. Esa mujer es increíble e inteligente a palabras de él.

Rápidamente fué hacia su viejo televisor y puso una cinta. La imagen se comenzó a mostrar y ahí, a la par de esa mujer, se encontraba su 'madre', Beatrix.

La persona que sostenía la cámara al parecer estaba grabando a escondidas. Eso es recalcable por el echo de que estaba un poco lejos de las personas, además de que se podían visualizar algunos arbustos.

"Sumi, ¿no te parece que Karl está un poco demente por ti?" Preguntó calmadamente Beatrix. Reiji frunció el ceño, molesto por ver nuevamente a esa mujer que se llamaba ser su madre.

"Sé que tú lo quieres, vé por ese infeliz y déjame tranquila, ¿quieres?" Respondió Sumi tranquilamente bebiendo una taza de té.

"Me parece estúpido de tu parte asumir que yo lo quiero."

"Estúpida eres tú al saber que la perra de Cordelia anda detrás de él y tú no haces nada" Sumi se levantó tranquilamente de su asiento y dejó la taza de té en la bandeja.

"Yo no estoy para esas cosas de ingenuos. Con permiso, tengo trabajo que hacer" dijo Sumi, y sin más sé fué.

"¡Oye Karl!, ¡¿qué haces espiando a las señoritas?!"

Esa voz Reiji la reconoce. Era el que estaba sosteniendo la cámara en la anterior cinta. Más sin embargo está vez no tenía el tono burlón, más bien parecía enfadado.

La cámara enfocó al hombre dando una imagen completa de él. Vestía ropa formal color azul oscuro, su cabello era negro y sus ojos color magenta. Poseía unos lentes que hacían contraste con su ceño fruncido.

Reiji no era estúpido y cables comenzaron a unirse en su cabeza.

Sumi significa "elegante, refinada".