Capítulo 10: Wendigo

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—Bueno, dime. Tú eres el experto en estas 'cosas. ¿Qué...? Bueno, ¿qué tengo que saber? —Chris es el primero en hablar entre los tres.

—Tú ten cuidado y haz lo que te diga —Es la respuesta que obtiene.

—Entonces, ¿cuántas veces tengo que dispararle con la escopeta para que se muera? —el adolescente continúa, mirando el arma que sostiene pesadamente en sus manos.

—Bueno, te llevaría un buen rato.

—¿Quieres decir que esa cosa ni siquiera los matará? —T/n pregunta incrédula, sus brazos envueltos alrededor de sí misma.

—No... pero Irán más lentos.

—¿Y cómo los matas? —T/n presiona y él la mira.

—No les gusta el fuego.

Chris se ríe de la simple estupidez de la declaración. —A mi tampoco.

—Le tienen miedo y puede matarlos si es necesario. Su piel es dura como una coraza, pero se ablanda al quemarla.

T/n hace una mueca, observando cómo sus botas dejan huellas en el blanco suelo. —Que asco.

—¿ Cómo son? Es decir, ¿son totalmente impredecibles o puedes deducir lo que van a hacer? —Chris aclara su pregunta.

—Bueno... siguen ciertos patrones, como cualquier animal... o humano —el hombre explica, manteniendo un ritmo rápido para que lo sigan.

—¿Cómo cuales? ¿Tienen un horario? —el rubio bromea a medias

—Bueno, solo cazan de noche.

—¿Por qué?

T/n pone los ojos en blanco ante la pregunta. —Chris, cariño, no creo que se haya quedado para preguntarles.

Él la mira, su boca se abre al darse cuenta de lo que dijo.

—¿Algún consejo contra los Wendigos? Como frotarme ajo en todo el cuerpo para que no me huelan?—continúa y el hombre se ríe.

—Aún así podrían olerte.

—¿No hay ninguna forma? —T/n habla, molestia mezclada en su tono por la idiotez de la pareja.

—No te pueden ver si te quedas quieto.  Como los sapos... su sentido de la vista se basa en los cambios de su campo de visión —el extraño les informa.

—O sea que si no nos movemos, somos básicamente invisibles.

—Sí, bueno, no recomendaría probarlo, a menos que no tengas otra opción.

Llegan al cobertizo, se detienen en la entrada y T/n choca ligeramente con Chris. Pasa y encuentra el taburete de Josh vacío y roto.

—Se ha ido. Llegamos demasiado tarde —T/n dijo  y Chris revisa más adentro.

El adulto estaba en alerta máxima y su cabeza se gira hacia ellos.

—¡Shh! ¡Silencio! Tenemos que irnos. Ahora —aprieta los dientes y Chris se une a él, sacudiendo la cabeza.

—Hay que encontrar a Josh, ¡a lo mejor sigue afuera!

—¡Ja! Primero, el Wendigo te inmovilizara, para después despellejar todo tu cuerpo, trozo por trozo. Y luego te mantendrá con vida y devorará tus órganos, uno por uno.

Los ojos de T/n están muy abiertos, las cejas levantadas, sugiere. —Entonces al refugio.

—Vámonos ya. ¡Tal vez ande cerca! —advierte y se dirige al refugio. Chris lo sigue y T/n mira el taburete, triste.

—Lo siento, Josh.

El hombre y Chris se habían detenido, Chris extiende su brazo una vez que ella sale.

—No te muevas.

El trío se queda quieto, manteniendo su respiración superficial, los ojos de T/n se mueven rápidamente. El extraño sale de repente al aire libre, indicando con la mano.

—¡Corran! ¡Vayanse, ya! —grita.

Un monstruo jorobado, con dientes caninos, largas y esbeltas extremidades, salta frente a ellos. La piel tensa disgusta a los adolescentes.

—¡Mierda, qué carajo!

El Extraño apuntando su lanzallamas al Wendigo, lanzando fuego por el aire.

—¡Atras, atras! —grita y Chris agarra a T/n, tirando de ella hacia atrás con él.

—¡Estamos a la vista, tenemos que salir de aquí! —el hombre grita, pero un Wendigo se abalanza sobre él y le pasa las uñas por el cuello.

T/n grita al ver su cuerpo caer de rodillas, la cabeza cayendo hacia un lado. Chris se queda en blanco y T/n agarra a su amigo, que estaba igual de sorprendido.

—¡Oh, Dios mío, oh, Dios mío, oh, Dios mío!

—¡Oh, mierda, Chris! —T/n dirige su atención a la criatura en los arbustos y él voltea, disparándole.

—¡Corre, T/n! —ordena, colocando una mano en su espalda para empujarla hacia adelante. T/n ropieza con sus propios pies, mirando hacia atrás, al nátre empapado en llamas.

Agachándose debajo de la rama de un árbol, se detiene frente a ella y se da la vuelta, disparando a otro. T/n cae por la cornisa, mira hacia arriba y apresura a su amigo. La sigue, aterrizando torpemente sobre su pie y haciéndolo gritar.

—¡Chris, vamos, tenemos que irnos! —T/n exclama, presionándolo para que continúe.

Chris se abre paso a tiros hacia la puerta y T/m golpea la puerta. Ashley se apresura a abrirla, Mike detrás de ella con miedo en los ojos.

—¡A dios mío! —exclama y Chris cierra la puerta, retrocediendo hacia Ashley.

—¡T/n! ¡Chris! Oh, Dios mío, ¿qué pasó? —Ashley pregunta y T/n cae en los brazos de Mike, respirando con dificultad.

—Tenemos que irnos, esa cosa estaba justo detrás de nosotros- —T/n comienza cuando el Wendigo llega a la puerta y salta hacia ella, asustándolos a todos.

—Vamos —Mike murmura, abrazando a T/n y guiando a los tres escaleras abajo.

Until Dawn (Mike Munroe X F!Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora