Until Dawn (Mike Munroe X F!Reader)

Capítulo 13: Verdad

El grito de un Wendigo en llamas hace que la cabeza de T/n, se levante de golpe.

—¡Mierda, tenemos que irnos! —ordena, sus manos en su cintura. Extendiendo su mano, T/n lo pone de pie. Los dos despegan en una carrera a través de la nieve, empujando las ramas de los árboles.

Aparece una puerta que aparentemente regresa al laberinto de túneles y T/n se arroja contra ella. Mike es rápido detrás, tratando de cerrar la puerta. El monstruo en llamas la empuja y él trata de alejarlo.

—¡Maldita sea! ¡Lárgate! —Suplica, pero el Wendigo es más fuerte y cae al suelo.

—¡Mike! —T/n grita mientras el Wendigo salta sobre él y lucha por mantenerlo a raya. T/n alcanza el machete que se había deslizado por el suelo.

—¡Mierda! —exclama, da un paso adelante y da un golpe.

Con todas sus fuerzas, le corta el cuello, la cabeza rodando hasta el suelo. El cuerpo cae hacia atrás y Mike rápidamente cierra la puerta, volteándose para mirarla.

—¿Estás bien? —pregunta y T/n levanta una ceja, dejándolo tomarla en sus brazos.

—Uhh, define "bien".

—Viva, para empezar —Mike dice y ella sonríe, poniendo sus manos en sus mejillas.

—Sí, viva.

—Vamos a tener que encontrar otro camino hacia donde vive este hijo de puta —T/n agrega y Mike sonríe.

—Oh, ¿todavía estás dispuesta a esto?

—Siempre lista para un desafío.

—¿Te refieres a mí?

—¿Que? No.

T/n, Minas: 06:00

La pareja estaba en lo que parecía un sistema de cuevas de las minas. Había agua rodeando la mayor parte del área y T/n se estremeció, deslizando su mano en la de Mike.

—Siento que estamos cerca de la guarida.

—¿Cómo sabes?

—Me siento terrible de repente —admite y él asiente, acercándola.

—Tranquila —susurra.

Los dos se detienen en la esquina del agua. La tierra se hundió ligeramente y el aliento de T/n se quedó atrapado en su garganta.

—¿Eso es... es una tumba? —pregunta y Mike asiente, incapaz de decir nada más.
Se arrodilla, toma con cautela un reloj y cuando se da cuenta de las iniciales, cae sobre sus pies para volver a levantarse.

—¡Oh, Dios mío, oh, Dios mío! —llora y Mike la estabiliza—. ¡Es de Beth! ¡Es su reloj! —T/nexclama y sacude la cabeza.

—¿Qué? Déjame ver —tiende la mano y T/n señala detrás de ella

—Aquí había una cruz.

—Así que aquí la enterraron —afirma Mike.

—Pero... ¿quién lo hizo? —pregunta.

Guarda el reloj en su bolsillo, cerrando los ojos. Mike mira hacia otro lado, colocando su mano en la parte baja de su espalda para alejarla.

—Sigamos moviéndonos.

Llegan a la orilla del agua y T/n cruza los brazos sobre sí misma. Mirando hacia adentro, hace una mueca.

—Realmente no quiero entrar.

Para aliviar sus nervios, Mike frota su brazo y luego se sienta, saltando.

—Vamos. No pasa nada —promete y T/n se muerde el labio.