Celos y peleas

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Eran las 3:00 a.m. Y la pelinegra se encontraba caminando camino a su casa, esperando qué la novia del rubio se haya ido ya y qué al fin sea un buen momento para regresar.
Se había pasada un buen rato yendo de aquí para allá esperando qué se haga más tarde para no arruinarles el momento a los tórtolos. Pero ya era muy tarde y lo le gustaba estar tanto tiempo fuera, ella prefería estar adentro, con su toca discos y libros. En paz.
La chica al fin llego a la puerta del apartamento, saco su llave y abrió el cerrojo pero antes de abrir la puerta pego la oreja a la puerta para tratar de escuchar algo pero al no hacerlo, decidió abrir. Entro con cuidado y vió la sal totalmente arreglada sin ningún rastro de todo lo qué había dejado cuando se fue.

— ¿Qué paso aquí? — murmuro la chica confundida, fue a su habitación pero luego se detuvo y se volteo y quedo en frente de la puerta de su compañero de piso.

Toc. Toc. Toc.

— ¿Pankow? — dijo y pego la oreja a la puerta tratando de escuchar algo — ¿Estas ahí? — pregunto esperando alguna señal de vida desde el otro lado de la puerta.

Ella espero pero no escucho nada así qué decidió ir a su habitación rendida pero alguien abrió la puerta y la asustó — ¡Por dios! — se quejo la pelinegra.

— ¿Qué pasa? — pregunto desanimado el rubio.

— Eso mismo me pregunto yo, ¿qué pasó aquí? ¿Todo bien con Elaine? — pregunto la chica confundida.

— No se lo creyó y... peleamos más fuerte — dijo el mientras se sentaba en su cama y se llevaba las manos a la nuca rendido.

— Lo siento, quería ayudar — dijo la chica y se recostó en el marco de la puerta.

— Lo se, gracias — dijo el rubio con una sonrisa.

— ¿Fue por mi? — pregunto preocupada la chica.

— Sí — dijo el chico y el rostro de la chica se rompió, ella esa la culpable del dolor del rubio y de seguramente de la chica qué era su novia.

— Ay no, no, no, no, no, — dijo la chica desesperada — ¡Lo siento! ¿Puedo hacer algo? Ya se, puedo hablar con Elaine o no se. No quieren se peleen por mi culpa. ¿En que ayudo? — preguntó rápidamente y el chico rió con tristeza.

— No esta bien — dijo el — No tienes qué arreglarlo ni nada, y no fue en todo por ti — dijo el — No se yo me canse de pelear y eso solo hizo qué nos peleáramos más. Ella esta celosa de ti — dijo el rubio y la pelinegra abrió los ojos como platos.

— ¿Qué? — pregunto sorprendida — ¡No tiene qué estar celosa de mi! — se quejo ella, y se recostó en la puerta de se cuarto — ¿Por que esta celosa de mi? — dijo confundida, Rudy y T/n se la peleando 24/7 ¿por que tendría alguna razón para estar celosa?

— No lo se dice qué yo siento algo por ti — dijo el encogiéndose de hombros.

— Sin ofender pero... ¡Esta loca! ¿Por qué va a pensar eso? Nos vivimos peleando, hasta por respirar nos gritamos — dijo la pelinegra aun más confundida qué antes.

— Ya se — dijo el rubio desanimado.

— ¿Y tu? ¿Como estas tu? — índigo la chica.

— Mal — respondió el seco — No quiero estar así con ella, me duele — dijo el y se tiro en su cama.

— ¿Vas a resolverlo? — pregunto la chica.

— Eso espero — dijo el mientras miraba al techo tratando de pensar en algo para resolver las cosas.

— Bueno dime si necesitas ayuda o algo así — dijo la chica y dio un gran bostezo, ella cerro los ojos poco a poco quedándose dormida. Sentada en el suelo, recostada en la puerta de su habitación. Con la ropa más incomoda qué tenía en su guarda ropa.

— No bueno no se tranquila — dijo y espero por respuesta pero al no tenerla volteo a ver a la chica. La cual dormía con toda tranquilidad del mundo sin contar el vestido apretado a su cuerpo molestándola. Era un lindo vestido negro con cuello de tortuga qué le llegaba un poco más arriba de la rodilla, con una botas largas con tacón, el cabello recogido en un moño descuidado con su mochila llena de libros con sus audífonos. Todo acompañado de un maquillaje sutil.

El bufo divertido y se levanto de su cama para salir de su habitación y recoger a la chica que estaba en el suelo del pasillo de su casa. El la cargo en sus brazos y abrió la puerta de la habitación de la chica, qué estaba decorado al estilo de la chica, con varios libreros llenos de libros y discos, un tocadiscos en la mesita de noche y el balcón iluminando la habitación junto a las delicadas luces de navidad que colgaban por el cuarto.

El chico sonrió a ver todo perfectamente ordenado, el la posicionó con cuidado en su cama y fue a su closet en busca de algo más cómodo para la chica y luego al baño para quitarle el maquillaje.
Luego el rubio cayo en cuenta qué él tendría qué cambiarla, el se rindió y recordó como la chica movió cielo y tierra para ayudarlo con su novia aunque haya salido mal.
El se acerca a la chica y le quita la mochila, para luego quitar el moño con cuidado dejando ver como el cabello negro y largo de T/n caía suavemente por sus hombros.

— A ver niña — dijo el rubio mientras bajaba la pequeña cremallera del vestido tratando de no tocar nada ni de mirar nada.
Pero para el rubio fue casi imposible, T/n es una chica muy atractiva y linda, de cuerpo y cara. Y tenía una ropa interior... Bueno el rubio se obligo a mantenerse a raya, rápidamente le puso una gran camisa que la chica tenía en su closet. Al terminar de cambiarla el con cuidado le quito el maquillaje a la chica — Mierda... Los lentes de contactos — dijo al ver los lentes de la chica en la mesita de noche al lado de una libreta y el tocadiscos.

El suspiro y le dio una ultima mirada a la chica — Dios mío santo — se quejo antes de acercarse a la chica poner delicadamente la manta sobre su pequeño cuerpo para luego depositar un beso en su frente, salió de la habitación molesto por el simple hecho de la debilidad qué le causa la chica al otro lado del pasillo.

¿Amor o Odio? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora