Me importas

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La chica tenía un debate mental entre si decirle lo que estaba pasando si o no.
No sabía si confiar en él o no, no podía descifrar por que EL quisiera saber lo que pasaba por su mente, por que el estaba preocupado por ella y por las razones de su tormentos.

— ¿Por que quieres saber? — pregunto la chica confundida.

— Por que... — empezó Rudy pero solo se quedo en silencio pensando en que decirle a la chica que solo se quedo ahí con su café entre las manos, y su suaves mejillas acunadas en las grandes manos del rubio que sostenían con delicadeza su pequeño rostro — Por que... Por que me importas — dijo cuando al fin se decidió hablar, T/n lo miro incrédula, claro que no creyó lo que dijo el rubio. ¿Por que lo haría? Literalmente pelean por todo la gran mayoría del tiempo, claro que no le creyó, con cuidado aparto las manos del rubio de su rostro.

— Yo no soy la mentira Pankow — dijo alejándose de el y dirigiéndose a su habitación.

— No — murmuro el pero la chica no lo escucho y siguió caminado — No te miento — dijo el más alto, la chica se detuvo pero no se volteó solo espero alguna explicación de parte del rubio — No puedo mentirte a ti — habló mientras se acercaba a la chica.

— No entiendo, ¿como es eso que no puede mentirme a mi? — dijo y al fin se volteó, su cara era un poema. Llena de confusión, de miedo por dejar entrar el pasado a su prénsente, desconcertada, sin entender ni un acto ni una palabra, ni nada.

— Sabes perfectamente que no soy capaz de mentirte — hablo Rudy mientras se acercaba a la chica — Me importas, no se por que pero me importas — siguió mientras ganaba terreno y estaba aún más cerca de la chica que antes — No se cuando empezó ni como pero maldita sea, me importas niña — resoplo molesto y desesperado.

— ¿En serio puedo confiar en ti? — susurro la chica mientras bajaba la mirada tratando de ignorar de la penetrante mirada azulada de parte del rubio.

— Al menos inténtalo — hablo el chico, tomo su rostro en sus manos y hizo que lo mirara a los ojos.

— ¿Prometes no decirle a nadie? — hablo insegura T/n y levanto su meñique.

El rubio rió y vió con ternura a la chica, saco una de sus manos de la suaves mejillas de la pelinegra y levanto su meñique — Lo prometo niña chiquita — dijo el con una sonrisa y hizo la famosa promesa de meñique, ella sonrió ante la broma del rubio.

— No soy una niña chiquita, ¡La promesa del meñique es la promesa más sagrada que existe! — se burló la chica.

— Ah, que bueno, me alegra — dijo el rendido haciendo reír a la chica — Dime, prometo que no haré nada estúpido — dijo el con una sonrisa, mientras rogaba internamente que la crueldad de la pelinegra se haya agotado por un rato. Ella sonrió con cinismo cosa que asusto al rubio.

— Cuando tenía unos nueve años — empezó la chica cuando desapareció la sonrisa — Yo y mis padres nos fuimos de vacaciones a unas montañas, nos estábamos quedando en una choza, hermosa pero una noche...— siguió hablando pero cuando iba a seguir un gran trueno o rayo o lo que sea la hizo callar, y con broche de oro por que al instante la luz desapareció. Dejando ver la oscuridad que se encontraba fuera de ese apartamento. La chica grito asustada y dejo caer la taza rompiéndose en sus pies y salto a los brazos del rubio. Sin invitación alguna solo se aferro a el mientras el miedo se apoderaba de ella, dejándola inmóvil ante el miedo y solo se aferraba al chico mientras el se quedaba estático, nunca hubo mucho tacto entre este par y que ella saltara así a sus brazos era algo totalmente nuevo.

El rubio sentía como la chica temblaba llena de miedo y escondía se pequeña cabeza en el pecho del rubio — Tranquila niña — dijo y la abrazo, enrollando sus brazos en el pequeño cuerpo de la niña, con su pequeña estatura la cabeza de la niña solo llegaba al hombro del rubio.

— Tengo miedo rubio — confeso la chica aferrándose a el, Rudy acaricio la espalda de la pelinegra tratando de reconfortarla o bueno calmarla. Nunca la vió tan vulnerable, y que le confesara a el, a específicamente a el, que le digiera que tenía miedo. Hizo que su corazón se rompiera, la abrazo fuertemente, como si fuera a desaparecerse entre sus brazos.

— Tranquila niña, estás bien — dijo el cuando empezó a acariciar su pelo con la mano que le quedaba libre — Yo te cuido, estás bien.

— Perdón por la taza — murmuro la chica que se dejaba calmar por el rubio, enrollo sus brazos en la nuca del rubio.

— Odiaba esa taza, ni siquiera se como llego aquí en primer lugar — dijo Rudy, cosa que hizo que a T/n se le escapara una carcajada, aunque al principio fue amarga, poco a poco se convirtió en una real.

— Idiota — dijo la chica entre risas, su risa gentil y suave fue acompañada por la risa del rubio. Ambos reían a medio abrazo, el rubio se sintió mejor al saber que la pelinegra estaba mejor.

Un gran trueno se hizo escuchar haciendo que las risas callaran y que la pobre chica saltara — En serio odio esto — dijo y el temblor volvió — Y aparte sin luz, juro que me va a dar algo — se quejo ella en voz baja.

— Tranquila — dijo el rubio mientras se separaba un poco para voltearla y que de alguna manera alejarla de la porcelana rota, la obligo a ir a su cuarto y recostarse en su cama, el se acosto a su lado y la abrazo. Pudo sentir como temblaba de miedo, se aferro a ella como la chica lo hizo hace rato a el — Solo es agua y electricidad — dijo el acariciando su antebrazo con delicadeza.

La chica agradeció a que sus temblores pudieran esconder como su piel se puso como de gallina ante el tacto del rubio. El delicado tacto del rubio en su antebrazo hacía que su estomago diera vueltas y que su corazón se acelerara. "¿Desde cuando esa zona es tan sensible?" Se preguntó la chica hasta que al fin decidió hablar.

— No, para mi no es solo agua y electricidad — dijo la chica negando — Con esa agua y esa electricidad que tu dices, vienen gritos, golpes, cosas rompiéndose, cosas horribles. Regresando a mi mente en cuestión de segundos, haciendo que todo mi esfuerzos por olvidarlo o superarlo desaparezcan como si nunca hubieran estado ahí — dijo con tono triste.

— ¿Tiene que ver con la choza y tus padres? — decidió preguntar el rubio después de unos minutos de silencio.

— Sí — dijo la chica y escondió su cabeza en la nuca del rubio — Tengo frío, miedo, no puedo controlarme ni mucho menos mantenerme a raya, ni a esas memorias. ¿Que es lo que me falta, que me parta en dos un rayo? Bueno... ¡Entonces que así sea! — se quejo la chica — ¡Termina con mi sufrimiento Dios mío! — chillo ella sarcástica haciendo al rubio reír.

— Estas loca niña — dijo el mientras hacía sus caricias en el antebrazo de la chica más... ¿cómo decirlo? ¿Más salvajes en vez de suaves? Algo así.

¿Amor o Odio? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora