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POV Jacob

Estaba dispuesto a hablar con Bella, no quería quedarme con esta sensación de saber que pude haberlo intentado.

A pesar de que ella se había ido con el fin de salvar a ese maldito chupa sangres y haberme demostrado que lo quería más a él, sabía que había una remota posibilidad de que en algún punto él cometiera el error y ella al fin fuera mía.

Me pare en medio de la carretera cuando escuche el motor del Volvo de esa sanguijuela.

"Quiero hablar con Bella"

Le informe antes de que siquiera llegara a dónde yo ya me estaba colocando.

Él freno a unos metros de mí.

— Quiere hablar contigo.

En cuanto le dijo me introduje de nuevo al bosque seguro de que ella vendría.

Bella no tardo en llegar a donde yo la esperaba pero esa sanguijuela venia pegada a ella.

— Sigues vivo –dije sin mirarle y con un deje de molestia.

"No puedo acercarme a Bella por tu culpa"

— No solo yo te estoy alejando –dijo él tranquilamente.

— Mantener lejos de mi mente –le pedí entre dientes, no lo soportaba.

— Jacob, se que quieres decirme algo.

Él se comenzó a acercar lentamente a mi.

— Pero quiero decirte algo primero, ¿si no te importa?

Y nuestras miradas se cruzaron.

"Es como... la gravedad, el centro cambia, de pronto no es la tierra la que te sujeta, harías cualquier cosa, serias cualquier cosa que él necesitase, un amigo, un hermano, un protector, su alma gemela"

Seguía tan metido en mi trance.

Todo lo que me ataba a este mundo ahora giraba en torno a él.

Ya no importaba el amor que antes le tenia a Bella, la lealtad hacia mi manada, nada importaba ahora, solo él.

Había imprimado en Edward Cullen, el chico que hace tan solo segundos quería muerto, el chico que no sentía ni una pizca de algo positivo por mi.

— Gracias.

Eso me descolocó.

"¿A que se refiere?"

Me cuestione, estaba perdido en este punto y todo por él.

— Gracias por mantener a Bella con vida, yo no lo hice –dijo y comprendí.

A él le importaba Bella tanto como alguna vez me importo a mi.

— No, no lo hiciste, y no fue para tu beneficio, creeme –dije y me sentí extraño.

— Aun así... Gracias –dijo y me removí incómodo.

— Pero ahora estoy aquí y no voy a dejarla a menos de que ella me lo pida –finalizo con tanta seguridad.

Eso me dolió en lo mas profundo de mi corazón, claro que no lo hice evidente.

— Veremos –dije con convicción, la esperanza a final de cuentas era lo último que moría.

Él se giro dispuesto a irse, tenía que detenerlo cómo fuera.

— ¡Oye!... Ahora es mi turón –dije bajando del tronco donde estaba.

Él se giro a verme así que solo pude decir lo único que quería decirle antes de que supiera que él era el indicado para mí.

Tenía Que Ser Él Donde viven las historias. Descúbrelo ahora