Vuelta Atrás.

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(Narrador omnisciente).

Nuestros héroes, después de llevar a Camil al veterinario, tras ser atacada por un toro, pensaron que sería mejor dejarla descansar en la granja, pero miéntras estaban debatiendo entre si dejar que se quedara con ellos un rato, o dejarla en cama, ella se había separado de ellos sin siquiera notarlo, hasta que no pudieron verla.

Darkness: ¡C-chan! ¡¿Dónde estás?!

Izanagi: ¡No la veo!- aterrizando.

Sona: ¿Estará bien?, es muy peligroso que esté sola en la ciudad.

Rei: Ella se puede cuidar sola, y sabe dónde encontrarnos, pero tenemos otros asuntos de los que preocuparnos.

Notando cómo varios hombres le dedicaban miradas a sus espaldas a las mujeres mayores del grupo.

La hidra recién se dió cuenta de ello, ya que su ropa no era lo bastante grande como para cubrir todo de ella.

Y Rei en realidad no necesita ropa, al no pertenecer a ninguna de las razas de la categoría [Humanidad] no compartía la necesidad de usarla, pero que machos de otras especies se queden mirando su cuerpo es algo que ella odia mucho, pero se aguanta las ganas de sacar las garras.

Rei: ¿Qué me miran, giles?- mirada molesta.

Con eso fué suficiente como para que todos los que las miraban se fueran del lugar.

Rei: Por ahora consigamos algo de ropa, ya buscaremos a Camil más tarde, o ella se encontrará sola.

(Con Camil).

La bolita de pelos celeste y blanco caminaba por la ciudad, arrastrando su cola, una seña clara de tristeza.

Y si eso no era suficiente para darse cuenta, sus ojos se encontraban al borde del llanto, necesitaba un abrazo.

Con un solo movimiento de su mano, rasgó el cono de plástico reforzado como si fuera una tela vieja y lo tiró a la basura, también se quitó los vendajes, ni siquiera los necesitaba en primer lugar, ese toro realmente no le hizo mucho daño, la tristeza se debe a su mala suerte desde que pisó Silvia.

Al menos superó su miedo a los pavos, eso ya era un logro, pero seguían sintiéndose triste.

Miraba las tiendas de la hermosa ciudad, encontrando cosas de todo tipo, hasta consolas de play 3, pero miéntras más avanzaba más triste se ponía.

Camil: ¿No hay nada de Venezuela? ¿O siquiera de Latinoamérica?

Realmente todo lo que vía era cosas de países como Estados Unidos, no había nada de países menos desarrollados y corruptos.

Hasta que de pronto... Sintió un olor tan familiar, que casi se queda petrificada.

Era demasiado familiar, cuándo era humano él y su familia solían comerlo en las reuniones familiares que organizaban una vez al año.

¿Cómo olvidar el sabor y el olor de tu comida favorita?

Guiada por su olfato súper sensible, corrió por vários minutos, dando vueltas por toda la ciudad, buscando la fuente de tan delicioso aroma.

Hasta que finalmente, en una esquina de un local sin clientes, encontró a un hombre humano jóven, de casi 25 años, atendiendo el local.

Apresurada, llegó al mostrador, que como está pensado para especies grandes, no llegaba ni de puntas, así que decidió dar pequeños brinquitos, rayando el mostrador, tratando de no caerse, mirando con esos grandes ojitos de perrito triste al dueño.

Dueño: ...... Esto... ¿Quieres?- ofreciéndole un plato con cuajado.

Los ojos de la niña dragón se iluminan, olvidando toda la tristeza que había sentido, asintió con la cabeza tan rápido que casi se da contra el mostrador en más de una ocasión.

Reencarnardo en una dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora