¡TWO!

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No era algo que fuese demasiado incómodo; habían compartido cama otras veces, ¿No? con el resto de miembros, sin abrazarse. Así que, ahora, no tenía por qué ser diferente.

O bueno, por supuesto que el inocente Changbin se aferraba ante la posibilidad, cuando en el fondo, bien sabía que Seungmin necesitaba apegarse a los objetos para poder conciliar sueño, No la compañía.

Y allí se encontraba, con sus holgados pantalones negros, la camiseta de, por lo menos, unas tres tallas superiores de la que le correspondía color gris, y sus calcetines a juego con su prenda inferior.

Sólo tienes que dormir con él, Changbin, deja de hacer tanto problema.

Incluso si se lo tatuaban en la frente, el pulso acelerado y las punzadas nerviosas en su abdomen no cesaban. Tomó el barandal de la litera superior, y con ayuda de sus pies, se dio un impulso, hasta apoyarse en uno de los escalones y al segundo siguiente encontrarse arriba.

Alli le esperaba Seungmin, bastante sereno, parecía no llamarle especialmente la atención la situación, sino más bien, tener sueño. Changbin envidió profundamente la tranquilidad del menor, porque su estúpido corazón no paraba de acelerarse, creándole hasta violentos revuelcos de estómago.

—¿Por qué estás tan nervioso?

La mirada del rubio fugazmente se dirigió al menor, soltando un "¿huh?", como si no hubiese oído su pregunta. Changbin juraba haber visto esa burlona sonrisa en Seungmin, a pesar de la oscuridad, lo cual provocó un puchero involuntario, seguido de un reclamo.

—¿Quién está nervioso? idiota. —Murmuró con desprecio, rodeándole los ojos, consciente de que no podía verle.

Y seguido de uno o dos quejidos, finalmente recostó su cuerpo en el colchón, dándole la espalda al más alto y encogiéndose en su lugar. Seungmin dejó una pequeña sonrisita mostrarse en su rostro, satisfecho, y levantó momentáneamente su cuerpo, sólo para cubrir al más joven de ambos con las mantas y cobijas.

Changbin sintió los firmes brazos de Seungmin rodearle la cintura, atrayéndole suavemente contra su cuerpo. Sus vellos se enderezaron y el rubio creía haber sentido un inquietante escalofrío recorrerle, haciéndole sentir pequeño en comparación.

—Sólo dime... si es demasiado. —pronunció adormilado el menor, cauteloso.

Seungmin era totalmente consciente del estado de su mayor, por lo que intentaba alivianar la situación, siendo comprensivo. Sabía el tipo de cosa que le estaba pidiendo, y aunque Changbin fuese alguien muy cariñoso con el resto de miembros, sin notarlo, siempre marcaba una diferencia entre Seungmin y cualquier otra persona. A veces Seungmin decidía no prestarle atención al hostil comportamiento del mayor, quien siempre se inclinaba ante la idea de molestarlo o llevarle la contraria, en lugar de acurrucarse en sus brazos o, mínimamente, hacer un tercio de lo que hacía con los otros integrantes.

Seungmin creía que a veces a Changbin podía ser bastante hiriente con sus acciones, pero sabía que sólo era la extraña forma de ser de Changbin.

Y mientras tanto, del lado de Chang, no percibía realmente el tipo de distancia que trazaba entre el castaño detrás suyo y el resto de personas. A veces simplemente se sentía pequeño o nervioso ante la idea de acercarse primero, por lo que esperaba que se aproximara su mayor, y comenzarían a bromear entre ellos. Changbin retomaba su actitud de niño irrespetuoso e histérico, y Seungmin rodeaba sus ojos con una sonrisa, dándole palmaditas o, muy por el contrario, alterándose también.

Las pocas veces en que Changbin se comportó realmente amoroso, había logrado una calidez particular en el menor, quien sentía violentas sacudidas a su corazón, embelesado (y quizás ligeramente desconcertado) ante aquel cariño pero Changbin era demasiado distraído como para notarlo.

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