¡FOUR!

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Todo pareció marchar en cámara lenta; siendo interrumpido abruptamente por los belfos contrarios, sentiría el gentil movimiento que ejercía sobre los suyos, mientras alternamente el cuerpo ajeno poco a poco se encimaba sobre él.

Changbin tardó en reaccionar, aún con sus ojos abiertos de par en par, pero oh, ¿Por qué se sentía tan bien?

Casi sin notarlo, fue Seo quien cedió al dulce toque, cerrando sus ojos y soltando un suave suspiro en el proceso. Sus brazos rodeando el cuello de Seungmin, minimizando abruptamente la poca distancia que aún había entre ellos, y respondiendo al beso tanto como su cordura se lo permitía.

Las manos del menor posándose firmemente en la cintura del más bajo, ejerciendo ese posesivo agarre que le gustaba hacer. Aunque Seo no solía prestarle tanta atención al acto, pasándolo por desapercibido, no sabía decir con certeza por qué, en aquel instante, lo hizo sentir tan caliente.

¿"caliente"? ¡Oh dios, Changbin, en qué estás pensando!

La cálida lengua de Seungmin no demoró en hacer presencia, rozando con delicadeza el carnoso labio inferior del rubio y, una vez tuvo la chance, adentrándose en la cavidad bucal adversa. El mayor tan sólo pudo ahogar un quejido, poco acostumbrado a esa clase de contacto, antes de seguirle el juego y comenzar a buscar con desesperación el otro sinhueso para ese entonces, Changbin era un manojo de nervios, sonrojado hasta la coronilla y escaso de oxígeno.

Jadeantes y apenados, ambos terminaron por separarse. Sus entrecerrados ojos, sus cálidos alientos chocando mutuamente y el pequeño hilo de saliva uniéndolos artificialmente, claro que ninguno desistió de sus agarres, parados uno frente al otro y mientras la incrédula mirada de Changbin se elevaba sobre Seungmin, el segundo comenzaba a sentir el pánico recorrer su sangre.

—L-lo siento, yo... yo no estaba pensand—el castaño intentaría hablar, más sin embargo fue interrumpido, tal y como él había hecho anteriormente.

Al rubio poco le importaron sus excusas. Él sólo necesitaba sentir nuevamente aquellos dulces labios, volviendo a besarlo, ahora con más determinación, fue Changbin quien marcó el ritmo, adentrando su lengua primero, codicioso.

Claro que Kim respondió al instante, dejándose llevar por aquel sugerente ambiente sin dudarlo dos veces. Mierda, hacía tanto que deseaba una situación como esa, la dulzura en sus belfos no lograba causarle más que hambre.

Y así, le proporcionó al rubio una no muy gentil mordida, provocando en respuesta un ahogado gemido. Golpe bajo para su ingle.

Seo Changbin sería la perdición de Kim Seungmin, atrayéndole sin vergüenza a la cama; incitándole al menor que dominara la situación, pues si bien quería mostrarse valiente y audaz, lo cierto, era que el rubio se desvanecía en pena. Seungmin no se dejó rogar demasiado, acatando su deseo y tumbándole en el frío colchón, con cuidado de no toparse con la madera que sostenía la litera de arriba.

Entre sucios chasquidos y murmuros inteligibles, Changbin tomaba los cabellos de Seungmin en un puño, jalando ligeramente como una señal de disfrute, el menor, por su parte, se colocaba entre medio de los muslos del mayor, y apoyaba sus antebrazos en los lateral del cuerpo yaciente debajo. El rubio se sintió realmente tímido a la hora de hacerlo, pero se inculcó un "a la mierda" y rodeó la estrecha cadera del castaño con sus piernas.

Se sentía tan desesperado por más contacto, llegando a creer que unos simples besos ya no saciaban su sed.

Desafortunados serían ambos cuando la puerta del dormitorio les interrumpiese, oyéndose el sonido de los nudillos golpeando la artificial madera.

—¡Changbin-ah, Seung! ¡la cena está lista! —anunció Felix del otro lado, inocente y puro muchacho. Si supiera.

'♡'

Eran aproximadamente las once de la noche, cuando todos los miembros se hallarían terminando de comer y aunque la mayoría se encontraba en su burbuja, riendo con comentarios tontos o sencillamente conversando de asuntos triviales; había un par de sujetos que no lograban unirse al ambiente.

Changbin apenas tocaba la comida, deslizando absurdamente el tenedor por todo el plato, con sus entrecerrados ojos clavados en la mesa. Se veía perdido y desinteresado, contestando a los llamados con ligeras sonrisas o asentimientos de cabeza y aunque no era un comportamiento tan anormal en él, pues tenía a aislarse en su propia mente, aquella noche había algo distinto.

Seungmin lo sabía.

Y había intentado, en vano, comprender sus movimientos. primeramente, supuso que tal vez no tenía hambre; a veces ocurría, los días que tenía metido muy testarudamente que debía bajar de peso o si no había seguido al pie de la letra la dieta. La verdad, era que Changbin podía ser demasiado sensible e inseguro parte del tiempo, por eso Seungmin siempre se aseguraba de apoyarlo, cuidarlo y, por sobretodas las cosas, no juzgarlo, pero después de unos quince minutos, cuando le atrapó observándole e inmediatamente desvió la mirada, lo entendió.

Era por eso.

Y ahora, en aquella situación, no supo cómo enmendar las cosas. ¿Debía disculparse? porque realmente no se arrepentía. ¿Acaso el mayor sí? oh dios, ¿Y si se había retractado?

El pánico carcomía a Kim, quien se le contagió el poco apetito y se inclinó por permanecer como espectador de la animada mesa. Así transcurrieron unos minutos más, donde vio a Jisung inclinarse hacia Changbin, preguntando con preocupación si no iba a comer más. y en su caso, fue Jeongin, quien le codeó ligeramente, con una expresión relajada, pero con cierto deje extrañado.

—¿Te ocurre algo hoy? —murmuró con cautela, pues tenía bien sabido que a Seungmin no le gustaba el escándalo.

—No, no, todo en orden, no pasa nada. —Una fingida mueca en dirección al rubio más alto, y luego se levantó lentamente, alzando su plato en la diestra y entregándosela a Felix, quien terminaba de juntar los trastes.

Kim se sentó nuevamente, acomodando sus cabellos y retomaba su afilado mirar en el rubio; no era una persona reconocida por disimular, mucho menos enredarse. Él iba directo al punto, y le gustaba que el resto notase sus pensamientos o actitudes, así no debía explicarlos o admitirlos en voz alta. Chan se alzaba en el grupo, recordando a quién le tocaba esa noche limpiar todo lo utilizado: Seungmin.

—¡Pero! ¡Minho cocinó más de lo normal hoy, no es justo! —y allí el mayor comenzaba a quejarse, reintegrando su caprichoso tono.

Seungmin no pudo evitar sonreír al respecto, en verdad le gustaban los reclamos de niño pequeño que Changbin adoptaba. Se le hacía jodidamente adorable.

—¡Y ni siquiera lo comiste, qué cruel! —reclamó el mencionado azabache, con una afligida pero falsa expresión.

Un mohín en los labios del mayor. en los apetecibles labios del mayor.

—¡Bien! —exclamó exasperado el líder, alzando los brazos en señal de rendición, y continuando a hablar.—¿Voluntarios?

Seungmin recorrió la habitación con sus ojos fugazmente, y sin dudarlo mucho, se alzó sobre sus rodillas, dispuesto a dar una mano, pero Changbin no pareció tener los mismos planes, mostrando una clara mueca de pánico cuando observó a Kim levantándose.

—¡Felix! ¡Ayúdame!

"Pánico."

La incrédula mirada del mencionado se elevó, observándole con una clara señal de confusión desde la sala. Una protesta del susodicho, "pero si yo-", antes de que el rubio en su labio le tomara del brazo, arrastrándolo a la cocina.

Bien, eso si había dolido.

La clara decepción en la expresión de Seungmin no se esfumaba, acompañada, para peor, de un suave rastro de tristeza. ¿Así eran las cosas? porque había sentido muy directamente aquella estaca, golpeando en su inseguridad y celos. No había necesidad de ser tan cruel, y aunque el menor normalmente podía lidiar con las muestras de desprecio que puntualmente el rubio le obsequiaba; esa noche era distinta, y definitivamente, no era el momento para hacer semejantes bromas (si es que para empezar era una broma).

Así que sí, tampoco se molestó en pretender estar de buen humor. simplemente golpeó con una fuerza desmedida la silla contra la mesa y se retiró a su dormitorio, obligándose a sí mismo a observar la pantalla de su celular.

¿Por qué siempre era inconscientemente comparado con Felix?

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