𝑹𝑬𝑾𝑹𝑰𝑻𝑬 𝑻𝑯𝑬 𝑺𝑻𝑨𝑹𝑺 [wyatt x female oc]

𝟯𝟰|𝗴𝗿𝗮𝗻𝗱𝗺𝗮 𝗔𝗻𝗴𝗶𝗲

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La abuela Angie
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La menor de los Wells se vio cegada cuando de repente todo su campo de visión cambió por una sala completamente blanca

Estaba confundida por lo que acababa de pasar y no sabía si quiera donde estaba, pero ver a ciertas personas de cabello color azul y ropa de los mismos colores le hizo darse una idea

A-lan, A-spen y A-li estaban a mitad del pasillo, cuando el destello de color rojo de sus lentes les hizo saber que había alguien más a sus espaldas; voltearon al mismo tiempo encontrándose con la chica de cabellos plateados

—¿Gracey?— llamaron los tres con sorpresa

—Hola— saludó la de ojos marrones con una pequeña sonrisa tímida

—¿La nave te subió?— preguntó A-li confundida

—Eso parece— respondió Gracey —y honestamente no entiendo por qué— admitió

Los alienígenas se miraron entre ellos buscando una explicación lógica para aquello y entonces al chique de cabello azul se le vino algo a la mente

—Bueno, tal vez la nave debió subirte cuando estabas a solo unos pasos junto a mí— habló A-spen con tranquilidad —no te detecto como amenaza así que te subió— explicó

—Y ahora que estás aquí solo nos queda..— dijo A-lan

—Vaporizarte— completo la chica de cabello azul

—Darte la bienvenida— secundó A-lan segundos después mirando a su amiga

La platinada le miró con una expresión de terror, ella ni siquiera había pedido subir a la nave y querían vaporizarla

—Ella está bromeando— intervino A-spen al ver la expresión en el rostro de Gracey

—Sí— asintió A-li, fingiendo —solo era una broma, las personas suelen hacerlo— agregó —¡bienvenida!— le dijo y dio media vuelta para seguir su camino, Gracey asintió lentamente

—Por favor, síguenos Gracey— pidió A-lan acercándose a la chica de ojos marrones

Wells le siguió el paso y cuando los extraterrestres no se dieron cuenta, soltó un suspiro de alivio al saber que no sería vaporizada, o al menos no por ahora

—Ah, hola, sí, de nada— exclamó la nave nodriza al ver como los adolescentes se iban de ahí sin decir nada

—Gracias— le agradeció Gracey y siguió caminando

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Addison seguía con algunos miembros del equipo, todos estaban tomando sus cosas listos para irse

Todos estaban tan concentrados en lo que hacían o conversaban que no miraron cuando el cuerpo de Addison también empezó a destellar y poco a poco desaparecía

—¡Ayúdenme!— le pidió la peliblanca a sus amigos, pero estos seguían metidos en sus asuntos —¡ayúdenme!— pidió de nuevo y entonces desapareció

Al igual que su hermana, su vista fue cegada por la sala completamente iluminada y blanca

—¿Qué está pasando?— preguntó la chica, entonces notó que su alrededor había cambiado —woow— exclamó asombrada

Camino sin rumbo, admirando todo lo que podía; casi llega a una extraña sala cuando sintió como alguien le tomo del hombro

La peliblanca alzó su puño de inmediato, antes de poder golpear a quien sea que la había tomado del hombro, la mano de este la paró