8

3.3K 351 25
                                    

-Sophia, despierta.

Sophi volvió la cabeza en la almohada.

—Estoy cansada. Vete.

Alguien le sacudió el hombro.

—Sophia.

Ya estaba lo suficientemente despierta como para darse cuenta de que era una voz femenina que le hablaba, lo que significaba que no era Jungkook-barra-dragón despertándola para tener más sexo. Abrió un ojo y vio que era Samira.

Estaba más que agotada, y por no hablar de dolorida, pero de alguna manera su cerebro se dio cuenta de que la presencia de alguien aparte de Jungkook en su cabaña era significativa. Giró un poco la cabeza y preguntó:

—¿Qué?

Samira apartó el pelo de Sophia de su cara.

—¿Cómo te sientes, querida?

Ella gruñó.

—¿Para eso me has despertado?

—No. Pero necesito asegurarme de que estés despierta antes de que te diga por qué estoy aquí.

Estaba desnuda, pero bajo una sábana, así que Sophi se volvió de espaldas y estiró los brazos. Hizo una mueca ante el dolor entre sus piernas.

—¿Cuánto tiempo estuve encerrada aquí?

—Una semana.

Guau, una semana. Recordaba vagamente el sol que iba y venía, pero era una confusión de dormir, comer y follar. Oh, y tener orgasmos. Hubo un montón de orgasmos.

Miró al otro lado de la cama, pero estaba vacía. Aunque había hablado muy poco con Jungkook durante la última semana, se había acostumbrado a su calor y peso, ya sea junto a ella o encima de ella. Su ausencia se sentía... mal.

Miró hacia Samira.

—¿Dónde está Jungkook?

El rostro de Samira se volvió inexpresivo.

—Regresó a su trabajo esta mañana.

—¿Entrenando a los jóvenes dragones?

Samira asintió. El cerebro de Sophia estaba casi totalmente alerta ahora, e hizo la conexión. Miró su vientre.

—Eso significa que estoy embarazada.

—Sí. Le dijo a Nam que tu olor había cambiado la noche anterior. Cuando llevas a un niño de un cambia-formas dragón, también llevas el perfume del padre. Al menos hasta que nazca el niño.

Voy a tener un bebé. Sophi cerró los ojos. Miedo, alivio, anhelo, soledad y hasta un poco de alegría se arremolinaban dentro de su cabeza. Había sabido que esto iba a venir, pero aun así, era un shock a pesar de todo. Especialmente porque su bebé podría acabar matándola en unos nueve meses.

Respiró profundamente varias veces. Recordaba vagamente que Nam le dijo que cuando un dragón entraba en el frenesí de apareamiento era porque la mujer en cuestión era su mejor oportunidad para tener hijos y encontrar la felicidad. Tal vez, sólo tal vez, eso le daba mejores probabilidades de sobrevivir al nacimiento.

Abrió los ojos y miró hacia el lado del cambia-forma. Aunque apenas lo conocía dado que había estado distante cada vez que su dragón no había estado a la vanguardia, la idea de crecer y dar a luz a un niño sola, entre extraños no menos, le trajo lágrimas a los ojos.

Sophia sintió una mano en su hombro y giró la cabeza. Samira le dio un apretón en el hombro y le dijo:

—No te preocupes, Sophi. Hasta que Jungkook se dé cuenta de que es un tonto por estar lejos de ti, puedes venir a quedarte conmigo y con Jimin.

sᴛᴏɴᴇғɪʀᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴs || ʟɪʙʀᴏ ɪ || sᴀᴄʀɪғɪᴄᴇᴅ ᴛᴏ ᴛʜᴇ ᴅʀᴀɢᴏɴ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora