CARETA

Uno. Reconociendote.

Jimin corría desesperado por el pasillo del colegio, algo o alguien lo seguía pero no podía ver que era, solo la silueta de eso, y sentía mucho, mucho miedo, los pasillos pasaban rápidos y parecía que el no avanzaba, sentía que en su espalda algo lo rozaba, ¡algo quería atraparlo y más lloraba y gritaba fuerte!.

— ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡por favor! gritaba Jimin desgarrando su garganta.

Pero el colegio estaba vacío y muy oscuro, sentía que sudaba frío, pequeños reflejos se veían a través de la luz de las ventanas, su corazón estaba agitado.

Algo lo toma del brazo, el toque se siente muy helado, cae al suelo y este parece más cálido que esa mano que lo sujeta, mientras más lo aprieta más frío es, hasta el punto de quemar.

Su corazón agitado! y con los ojos llenos de lágrimas que rodaban sus mejillas, vio un cuerpo de pie junto a él, no sabía si lo miraba, pasó su mirada de esa careta hacia las manos azules que lo sujetaban.

—¡Jimin!, ¡Jimin!, ¡Jimin!— sentía que lo llamaban, —¡Jimin! ¡despierta!

—¡Otra maldita pesadilla!— ya llevaba una semana con lo mismo, su compañero de cuarto Taehyung lo sacudía mientras Jimin lograba despertarse.

— ¿De nuevo Jimin?— Le dice Tae, asustado.

Jimin se despertó llorando, sollozaba en los brazos de su mejor amigo.
—No se que me pasa Tae, ya estoy cansado de esto.

— ¿Otra vez esa persona?

—Si, creo, no sé, pero la misma careta, la misma mano fría.

—Ya, trata de dormir ¿si?—, le decía Tae. —Dormiré contigo.

Tae lo acomodo en sus brazos.—Me quedaré despierto a tu lado.

—¡Gracias Tae, te amo!

Tae y Jimin se habían conocido en la escuela, y eran amigos desde los cinco años, estaban en un internado, estudiando Administración, ambos con dieciséis años de edad, se amaban como hermanos.

Tae le cantaba, le susurraba una canción mientras Jimin sollozaba, tranquilizandolo.

Estaba preocupado por su amigo, de la nada una noche empezó con estas pesadillas recurrentes, no habían podido dormir tranquilos y Jimin cada vez estaba más ensimismado, más silencioso, de eso hace una semana atrás, si seguía así, deberían buscar ayuda.

Jimin se despertó con la alarma, era viernes y había que levantarse para ir al colegio.
Como pudo se removió de los brazos de Tae, cuando se sujeto para levantarse sintió una punzada en su muñeca, gritó y Tae se despertó y abrió los ojos asustado.

"Que paso Jimin!?"

Jimin le muestra su muñeca con un puchero y lágrimas en sus ojos.

Había una marca en su muñeca, cuatro dedos marcados y quemaba.

"Qué es esto!?" Preguntó Tae.

"No se decía casi inaudible Jimin, sollozando."

"Vamos quizá te apretaste solo durante la noche", le dice Tae.

JImin rodó los ojos, "en serio?!!!! mis dedos son más pequeños Tae no juegues conmigo!!!" y cubrió con sus propios dedos su muñeca, "¿te estás burlando de mi cierto?."

Ambos rieron, al menos eso tranquilizó a Jimin un poco.

"Debemos buscar ayuda, investigar un poco, no puede ser lo que está pasando, es muy raro todo esto". Dice Tae.

Se ducharon, desayunaron y partieron ambos con sus mochilas al hombro, todos saludándose entre sí, al llegar a la sala, ya varios de sus compañeros estaban ahí, ambos se sentaron juntos, como siempre desde los cinco años.